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–Algo va a salir mal –decía Piscis, la mejor amiga de Cancer –¡Esto no es un cliche de Wattpad donde la nerd enamora al chico malo!
–Su mamá nos invitó a mi y a la mía a tomar el té. No es una cita, ni siquiera sé si va a estar ahí –dijo Cancer, mientras se vestía en el baño. –¿Me ayudas con el cierre?
–Sigo creyendo que algo va a salir mal –dijo la pisciana, mientras subía el cierre del vestido celeste de Cancer.
La cangreja se despidió de su amiga cuando su madre le avisó que ya estaba abajo y subió al auto, un poco nerviosa. Le gustaba Escorpio cuando tenía alrededor de trece, pero él se había mudado y había vuelto ese año, pero después de cuatro años lejos, había cambiado bastante. Estaba más alto, y definitivamente no parecía tan misterioso cuando eran pequeños.
Una vez en la casa de Escorpio, él solo saludó y se fue a su habitación, dejando a Cancer con las madres, quienes se encargaron de ponerse al día en todo lo que había estado pasando en esos cuatro años.
–Te ves aburrida –le dijo la madre del muchacho –¿Por qué no van a dar una vuelta?
–No, no es nece...
–¡¡¡ESCORPIO!!!
Unos minutos después, estaban dando vueltas por los mismos lugares que recorrían cuando eran pequeños, pero había algo diferente. Caminaban en silencio, no riendo a carcajadas como antes.
–¿Estas feliz de haber vuelto? –preguntó ella, intentando conversar un poco.
–No es muy diferente del lugar en el que vivía. –respondió él, sin mucho entusiasmo.
Cancer esperó a que dijera algo más, pero Escorpio se quedó callado, no parecía tener muchas ganas de hablar. O de estar ahí con ella, cosa que la hizo sentir mal. Antes se llevaban bien, tenían muchos amigos en común, aunque no eran mejores amigos. Y, tal vez, ella todavía sentía algo por él.
–¿Viste a alguno de los demás? –preguntó ella, intentando de nuevo.
El solo negó con la cabeza, ni siquiera emitió un sonido, ni la miró a los ojos. Solo miraba hacia el frente, como si ella no existiera.
–Antes eras más agradable –dijo Cancer, dejando de caminar de repente.
–¿Disculpa? –dijo él, dejando de caminar.
La intensidad de los ojos de Escorpio la asustó un poco, pero ya era muy tarde como para echarse atrás, y ni aunque pudiese lo haría.
–Antes eras mas agradable. Ahora vas por ahí todo serio y con tu cara de malo...
El esbozó una sonrisa, la primera sonrisa sincera en mucho tiempo. Ni siquiera sabía que era lo que lo había hecho sonreír. Tal vez fue el tono de la castaña, o la forma en la que lo miraba, desafiante, o el hecho de que el le sacaba cabeza y media pero a ella no parecía importarle. Tal vez fue una mezcla de todo eso
–"Antes" era un niño.
–¿Y por qué las cosas tienen que cambiar porque crecemos? –preguntó Cancer, confundida. Nunca había entendido eso y nunca lo iba a entender ¿Por qué las cosas se hacían más difíciles con los años?
–El que tengas la mentalidad de una nena de cinco años que tomó demasiado café, leyó demasiados libros y escuchó demasiada música eso no significa que todos seamos así.
Ella sonrió. Hacia tiempo que no la describían de esa manera. Todos terminaban diciendo algo relativo a su cuerpo, pero esa descripción le gustaba más, porque describía su personalidad perfectamente.
–Y el que de repente tengas la mentalidad de un chico de trece en pleno "soy demasiado para todos" y "nadie me entiende" no significa que tengas que evitar hablarme o contestarme tajante.
–Antes no contestabas así.
–Antes no me animaba a hablarte.
Ni siquiera sabía de donde sacaba el valor para hablarle. Sabía que solo le discutía porque estaba ofendida y que en el momento en el que eso se le pasara, volvería a ser tímida y a penas diría dos palabras, siempre pasaba lo mismo, pero se aprovecharía de esos pequeños ataques de impulsividad mientras duraran.
Escorpio la observó por unos minutos. Ya no se veía como una niña, había cambiado tanto que a penas la había reconocido. Le costaba creer que era la misma chica que vivía escondida detrás de un libro o un cuaderno. Probablemente seguía hacinado eso, pero ya no para esconderse, sino por diversión. Parecía más segura.
Volvieron a la casa de Escorpio. Antes de abrir la puerta, él le robó un beso, y a ella se le pasaron todas las ganas de discutir. Por desgracia, estas se llevaron su confianza y se puso totalmente roja. Entraron a la casa y él la convenció de jugar videojuegos, en los que ella era sorprendentemente buena. O él tal vez la dejaba ganar para verla sonreír.
Este capítulo es para @YAQ_FELL espero que te haya gustado 💙