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Escorpio y Géminis eran algo así como amigos. No se llevaban especialmente bien, ya que ella creía que él era algo insoportable, pero tampoco se llevaban mal. La verdad era que prácticamente estaban en el mismo grupo por descarte. Prácticamente todo el mundo en la escuela detestaba a Escorpio, y, aunque habían varias chicas detrás de Géminis, él no parecía muy interesado en amigarse con los populares. Escorpio pensaba que era porque se creía superior a todos, pero lo que no sabía era que en realidad era porque Géminis estaba enamorado de ella.
Lo único que los unía era una banda que tenían con otro chico llamado Piscis. Por lo general, discutían bastante por las idioteces de Géminis y porque Escorpio no confiaba en él, pero todo eso desaparecía cuando comenzaban a tocar.
Poco a poco, comenzaron a llevarse mejor. Las idioteces de Géminis, más que molestarla, la hacían reír, como cuando hacía que lo castigaran para poder quedarse después de clases con ella, o cuando hacía de juez de moda cuando ella necesitaba ir de compras. Escorpio nunca había tenido amigos, por lo que le costaba un poco acostumbrarse, pero le gustaba.
Solitaria o popular, Escorio era una adolescente, y no podía evitar pensar que Géminis era lindo. No sabía si se estaba enamorando de él, pero si de algo estaba segura era de que estaba bueno. El tema era que no quería arriesgarse a arruinar la amistad por un beso que podría no llevar a nada, y no sabía si estaba lista para una relación. Se había acostumbrado a mantener sus paredes en alto, y, aunque Géminis las estuviera tirando abajo, todavía no lo había logrado completamente.
Cómo era su último año de secundaria, Géminis necesitaba conquistarla antes de que terminara, para lo que solo quedaban unas pocas semanas. Y ahí fue cuando pensó en su plan maestro. Con la ayuda de Cancer y Tauro, sus mejores amigos de su otro colegio, y Piscis, logró preparar la cita perfecta.
Armaron todo en el bosque que estaba cerca, justo al lado de un arroyo, el lugar favorito de Escorpio. Géminis estaba bastante relajado, a pesar de que esa cita probablemente diría si ella estaba dispuesta a salir con él o no y nada tenía que salir mal. El más mínimo error podría hacer que Escorpio se enojara y no le hablara en tres días, por lo que había mucho en riesgo.
Piscis fue el encargado de llevar a Escorpio hasta el lugar. Fue algo complicado convencerla de simplemente seguirlo sin saber a donde iban ni porqué, pero logró convencerla cuando le dijo que no habría mucha gente y que habría comida. De todas formas, no dejó de interrogarlo en todo el camino, y a él le costó horrores no decirle todo lo que estaba pasando. Ella sabía como presionar a las personas.
Las sospechas de Escorpio comenzaron a crecer cuando vio que se adentraban en el bosque. Imágenes de secuestros y ritos satánicos pasaron por la mente de la escorpiana mientras caminaban, hasta que vio una mesa con dos platos y velas.
