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–Recordame por qué invitamos a Piscis –le dijo Leo a su mejor, amiga Cáncer.
Ninguna de las dos le había hablado a la pisciana desde que esta había estado con Escorpio, el novio de Cancer. Y ahora, la cangreja quería venganza, e iba a conseguirlo. Y para eso necesitaba que Piscis fuera a esa pijamada.
–Para destrozarla emocionalmente –le dijo la canceriana, mientras bajaba las escaleras para abrirle la puerta a la invitada.
Ella entró y las tres empezaron a ver películas y a hablar. A Cancer le dio un poco de nostalgia por los viejos tiempos, pero eso no iba a detenerla. Con la ayuda de Leo, llevaron la conversación hacia lo que había pasado con Escorpio.
–En serio me alegra que no estés enojada conmigo. –dijo Piscis.
Cancer forzó una sonrisa ¿De verdad se lo había creído?
–¿Por qué me enojaría? Es decir, entiendo que te guste Escorpio. Y nuestra relación no estaba en el mejor momento, pero ahora estamos perfectamente bien –la canceriana vio la desilusión en los ojos de Piscis.
–Espera. –dijo Leo –¿En serio pensaste que le gustabas a Escorpio?
Las dos amigas vieron como los ojos de la tercera se llenaron de lágrimas. Y lo disfrutaron. Sabían que habían tocado una fibra sensible. Piscis se enamoraba fácil, no era complicado adivinar que sentía algo por Escorpio.
–El dijo que...
–El suele mentir mucho –dijo Cancer –En especial para conseguir lo que quiere. Y, como se lo diste, ahora te dejó tranquila ¿No?
No sintió una pizca de culpa cuando vio como Piscis bajaba los hombros y se encorvaba un poco. Todo estaba saliendo según el plan. Estaban haciendo que ella se sintiera mal, y no pararían hasta que rompiera a llorar.
–¿Y que quería de vos? –preguntó con un hilo de voz.
–Una relación, por eso vino a rogarme que lo perdonara cuando me di cuenta de lo que pasó –Cancer sonrió. –Aunque fue lindo que lo hayas mantenido ocupado mientras no estaba, ya volví, así que podes alejarte. No es necesario que intentes tener algo con él.
Piscis ya casi estaba llorando. La canceriana se sintió un poco mal, pero su deseo de venganza era más fuerte que cualquier sentimiento de empatía. Estaba haciendo que la pisciana tuviera bien en claro que era "la otra", que no era nadie para él.
–No llores, no debiste haberte hecho ilusiones en un primer lugar –le dijo Cancer, fingiendo consolarla –Escorpio estuvo enamorado de mi desde que éramos niños ¿Por qué cambiaría de opinión de repente?
A Piscis se le resbaló una lágrima por su mejilla. Las palabras de su antigua amiga le daban como cuchillos, cada uno dando en todos sus puntos débiles. Y ese tono dulce e inocente que usaba... le hacía pensar que todo eso era verdaderamente su culpa.