Desagradable Presencia

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Apenas podía soportar no sacar sus garras y destrozar a cada humano que pasaba frente a él.

El rastro lo había llevado hacía ese lugar desagradable solo para encontrarla, los olores eran diversos pero aún podía seguir el hilo de aroma de ella por aquellas calles de la aldea comerciante, se detuvo en seco frente a uno de los puestos donde miró con atención el contenido de unas botellas de cristal, apretó de nuevo sus puños sintiendo como sus garras querían salir libres.

Una mujer mayor lo observaba con curiosidad detrás del puesto.

-¿Qué puedo ofrecerte cariño?

Sasuke la miró debajo de su capucha con un rostro sin expresión alguna, guardando totalmente su ira.

-Una mujer...una chica de cabellos castaños y ojos del mismo color un poco más baja que yo- la miró directo a los ojos sabiendo que si mentía él lo sabría- ¿la ha visto?

-Mmm si creo recordarla el día de ayer- la mujer alzó las cejas extrañada para después fruncir el ceño-de mal gusto, mencionó comprar toda mi mercancía pero al final sólo eran tonterías.

-¿Sabe hacía que dirección se dirigió?

-No, la perdí de vista cuando un chico de cabellos largos se la llevo consigo- la mujer cerró los ojos cruzando las manos- ya basta de preguntas niño, ¿comprarás o no algo de mi mercancía?

Después de unos segundos observando con atención a la mujer, Sasuke tomó entré sus manos un frasco de cristal con el líquido rojo en su interior, lo colocó de lado viendo como este se deslizaba con algo de viscosidad.

-Tienes buen ojo, es sangre de lobo mestizo, de buena calidad, la mantenemos fresca- la mujer sonrió- si la tomas cura cualquier herida o enfermedad, e inclusive hay algunos rumores de que sirve de afrodisíaco natural, claro que sólo son rumores nada comprobado.

Sasuke sonrió dejando el frasco en su lugar y luego miró a la mujer con la misma sonrisa irónica en su rostro.

Las garras luchaban por salir, y había encontrado una presa para divertirse.

-En realidad busco algo más fresco- Sasuke acarició con la yema de sus dedos la tapa del frasco de sangre- me gustaría negociar con usted sobre la captura de un lobo, ¿maneja esa clase de mercancía?

-Claro que si, verá mi hermano es cazador, conseguirá para usted lo que pida, claro por un precio justo- la mujer sonrió entusiasmada- ¿Qué le parece discutir los detalles?

Sasuke asintió con la cabeza dejando de sonreír, la mujer se abrió paso detrás del puesto moviendo una cortina invitándolo a pasar, ella cerró la cortina y Sasuke observó muebles sencillos, mercancía de otro tipo y varios frascos con el mismo contenido que el que había tenido en sus manos hace unos momentos.

-¿Y bien?, dígame sus especificaciones, parece alguien de buen gusto, viene al lugar indicado puedo ofrecerle lobos de todo tipo e incluso de los más buscados como sangre pura.

Cuando el pelinegro vió la cortina cerrada y que no había nadie dentro de la tienda salvó él y la mujer, dejó salir sus garras, con la velocidad que le caracterizaba rasgó la garganta de la mujer dejándola sin habla, está retrocedió y cayó al suelo mientras desesperadamente trataba de cubrir su cuello abierto al rojo vivo observaba en todo momento como el chico sonreía con satisfacción viéndola.

-Y dime...¿Qué se siente desangrarte viva hasta morir?- Sasuke se acercó a ella inclinándose- ¿No es así como extraen de un lobo la sangre fresca?- el chico dejó de sonreír para ver sin interés como los ojos de la mujer perdían el brillo muriendo poco a poco- no eres más que una maldita basura, hasta la bestia más salvaje tendria más dignidad al morir que tú.

Sasuke limpió sus manos con una tela cercana a él, después salió por la parte trasera de la tienda siguiendo de nuevo el rastro de Tenten, está vez hacía un bar de humanos, cuando entró varios olores se mezclaron entre sí, entrecerró los ojos molesto notando como el olor del cazador que se había llevado a su pareja persistía más en ese lugar que el de ella.

Salió rápidamente ya que no había mucho rastro en ese lugar, miró hacia las montañas, el olor de Tenten por la marca de apareamiento cada vez era más débil al no estar junto a ella tanto tiempo.

Escuchó un grito venir de unos metros, observó varios aldeanos se aglomeraban en la tienda en la que él había desquitando su estrés.

Caminó hacia las montañas, su olor era débil pero fresco, cada vez estaba más cerca de encontrarla.

El Reflejo De Tu AlmaWhere stories live. Discover now