i. soledad

1.3K 120 22
                                    

SENTÍ LA necesidad de alejarme un poco de mi entorno social

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

SENTÍ LA necesidad de alejarme un poco de mi entorno social. De hecho, me encapsulé tanto en mí que para pronto, estaba recibiendo propuestas de nuevos —y mejores—, empleos. Sin embargo, muchos de ellos consistían en mudarme a otra ciudad. No quería eso a pesar de prácticamente, no tener mucho porque quedarme aquí en los recientes momentos. No le quité mucho merito al que fue mi culpa; yo quise esto. Mi relación amorosa con Ben ciertamente creció abundantemente. Nos llevábamos de maravilla y lo quería con locura. Él era el único que me acompañaba. De hecho, se prestó a viajar conmigo a mi país a festejar el gran cumpleaños que se le haría a mi abuelo. Fue un detalle que enamoró a mi familia. No obstante, era un hombre sumamente ocupado. Tenía constantes viajes, juntas, extensas horas de trabajo y en contra con mi trabajo, daban como resultado pocos días viéndonos. Benditas fueron las redes sociales, que me otorgaron la alegría de seguir comunicándome con él.

La cuestión de Sebastian parecía no tener inicio ni fin. Desde mi último encuentro con mis supuestos amigos —que por cierto, fue hacía bastante tiempo—, no sucedió nada más. Las palabras quedaron volátiles y terminaron esfumándose. A raíz de todo esto, mi vida había cambiado muchísimo, como es evidente.

Estaba de camino hacía mi apartamento. También, estaba llamando por teléfono con mi pareja.

—Estoy llegando a tu casa cariño —me comunicó—. Llevo algo para comer ¿está bien?

—Es perfecto. El tráfico es un infierno pero no en más de veinte estoy ahí. Te quiero.

—Te quiero más.

Una vez llegué, saludé a todos como de costumbre y subí por las escaleras hasta mi piso. Me encontré en el sofá con Ben viendo el noticiero. Lo saludé con un beso y me senté a su lado, observando la cena que había traído. Le regalé una enorme sonrisa.

—Tacos —volteé a verlo como niña mimada y consentida. Él me sonrió enteramente—. Este local está hasta la otra punta de la ciudad, Ben.

—No te mereces unos tacos de Taco Bell —me dijo y solté una carcajada—. La verdad es que... también tenía muchas ganas de estos tacos y me quedaba de camino.

—Eso no queda ni remotamente en tu camino —lo miré con los ojos entrecerrados.

—Bueno, quizá me desvié un poco de mi ruta. Pero valdrá la pena ¿no?

—Valdrá la pena —aseveré.

Ambos comenzamos a preparar nuestros tacos y procedimos a poner algún documental que nos encontrásemos y los llamase la atención. Cuando por fin encontramos uno, después de una larga discusión para elegirlo, una paz reinó en mi apartamento. Estábamos tan entretenidos y atentos a la televisión que no presté atención a mi celular vibrando por todo el sofá. No fue hasta cuando irrumpieron esa aura, con fuertes toques en mi puerta. Mi acompañante y yo nos miramos desconcertados y él pidió la oportunidad de abrir la puerta. Yo esperé sentada, pero girando hacía la puerta. Encontré a mi grupo antiguo de amigos, parados esperando a algo que aun no sabía que y ciertamente, no me interesaba mucho. Parecían niños pequeños, esperando a que su amigo saliese a jugar.

darling  ━ sebastian stanWhere stories live. Discover now