My inner demons

Extra: acercamiento

—¿Por qué no te quedaste más tiempo con tu mamá?

—Creo que me dio miedo.

Habían dejado atrás la cafetería y el auto. Quizás era porque a ambos le hacían falta un poco de aire fresco, si con aire fresco se referían a las grandes cantidades de dióxido de carbono que expiraban algunas fábricas en la distancia. Rachel pensó que era como si una enorme bestia soplara su aliento de alquitrán sobre las nubes.

Hacía tiempo que Azarath había dejado de parecerle bonita. Aunque, con mayor franqueza, para ella Azarath nunca fue bonita. Era probable que lo único digno de apreciarse era el parque del centro, en el que se encontraban, y en el cual ella recordaba porque a veces iba allí a fumar con Malchior. Casi ni había basura en el césped, nada más que algunas bolsas de plástico y botellas, y alrededor del campo crecían fresnos que proyectaban su sombra sobre ambos. Parecía que los árboles querían resguardarlos del resto de la ciudad.

—Se veía como... desgastada. Me asustó un poco verla así —suspiró ella, intentando distraerse con el sonido de la hierba blanda crujiendo bajo sus pies. Luego alzó la mirada hacia su compañero y le sonrió levemente—. Además, no podía dejarte mucho tiempo con Trigon. Te veías tan desesperado por huir de allí.

—¡Hey! —gruñó el chico, aunque no se le veía molesto en absoluto—. Creo pasar tiempo con tu, por cierto, muy aterrador padre, es lo más difícil que me ha pasado en la vida. Mucho más que intentar encontrar pirotecnia que escriba mi nombre en el cielo.

Rachel amplió su sonrisa, aunque sin dejar se le notaran los dientes. Un chispazo de gracia que recorrió sus ojos violetas e hizo que se le iluminara el rostro.

—¿Qué te dijo?

—Me empezó a preguntar cosas de padre, supongo —y empezó a imitar la voz grave y gruñona de Trigon—. "¿Qué intenciones tienes con mi hija?", "¿Cómo conociste a Rachel?", "¿Sabías que huyó de casa cuando tenía diecisiete?".

Ella arrugó un poco el semblante al escuchar eso último.

—¿De verdad te dijo eso?

—Tranquila. Si a me hubiera pasado lo que a ti, hubiera huido a los catorce. No sé cómo soportaste tanto tiempo.

Rachel sonrió, irónica.

—Ni yo.

Caminaron un poco más bajo la sombra de los árboles, respirando la tranquilidad del parque y el olor a planta que se impregnaba en la ropa. Rachel se sintió serena entre los fresnos, las flores y la presencia lumínica de Garfield, que era cálida y verde como una luciérnaga que se posa en tu dedo meñique.

—Oye...

—¿Qué? —dijo ella, sin darle demasiada importancia.

—Lo decía en serio, lo de antes.

Esta vez se giró a mirarlo, para asegurarse de que no dijera alguna tontería.

—¿Qué cosa?

Garfield se rascó la parte de atrás del cuello, dubitativo, pero cuando por fin se decidió a mirarla a los ojos, escondido debajo de láminas nerviosas que delataban sus nervios, halló una fiel resolución, una más fuerte de la que le veía cada vez que se decidía a ganar en un videojuego contra Víctor.

—Que no dejaré que te haga nada.

A Rachel le pareció que el viento que agitaba las hojas de los árboles, removía algo en ella también. Fue casi un suspiro, una revelación, y tuvo la extraña corazonada de que, si se dejaba caer, Garfield estaría allí para sostenerla.

O para dejarse caer con ella, quién sabe.

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Lo sé, me tardé, pero gracias por esperarme. Uff, no puedo creer que pasaron siete días desde la última vez que actualicé.

Por otro lado, capítulo dedicado a LolitaRios703 que también se ha unido al elenco de fans de MID x3