Alfa Melancólico.

06- Omega Indeseada.

La tensión se sentía en el aire y aquello solo ponía de punta los pelos de la nuca del mayor, quien reaccionó después de que el Alfa menor lo mordiera, gruñó levemente pero aquello hizo que el Alfa moreno apretara más el agarre en su cintura.
Y YoonGi lo entendió, su Alfa, aún no Alfa. Estaba celoso y territorial al ver a la que alguna vez fue su Omega. Miró hacía arriba y notó lo tenso que se veía el rostro que le miraba cariñoso y dulce por las mañanas, el que reflejaba sus emociones de amor y atracción y este ahora se encontraba totalmente fruncido.
Mostraba clara señal de desagrado y aquello lo entendía a la perfección.

Iba a abrir la boca para hablar cuando la mujer en tacones habló primero.
—¿Y esto qué es?, ¿Un Omega con esteroides?.— rió hasta más no poder y la mandíbula de JiMin se apretó más de lo que estaba, YoonGi soltó un ligero jadeo de dolor al sentir los dedos ajenos apretar cada vez más la sensible y pálida piel de su cintura, el Alfa menor lo notó y decidió hacer algo que no hacía en público.
—Ve a la habitación y llévate a JiHyun contigo, ¡Ahora!.— Usó su potente voz de mando y toda la piel del Alfa pálido se erizó y tembló.
Sin objeción alguna tomó a su hijo en brazos y tragándose sus lágrimas por aquella humillado fue a encerrarse a la habitación que compartía con el Alfa.
Por otra parte la Omega quedó boquiabierta y en un poco de sumisión al escuchar aquella voz tan potente.
—Largo de mi casa, Omega.—  Ordenó y está asintió, pero antes de irse habló.
—Esto no se va a a quedar así Omega con esteroides.— dijo con claro enojo, cosa que disgustó al Alfa y le dedicó una mirada que muy pocas veces usaba. Sus ojos se tornaron dorados y sus caninos amenazaban con tronar el cuello de la Omega. YoonGi sintió el aroma del Alfa y dejó a su hijo en el corral para ir corriendo hacia su Alfa. —¡Alfa, Alfa, Alfa!, ¡Mírame!, ¡Aquí estoy!.— tomó sus mejillas y el nombrado lo miró. Se concentró en su rostro e importándole poco tomó la cintura de su mayor y cerró los ojos para besarle de forma un tanto dominante. La Omega miraba espectante y cuestionaba en su cabeza si aquello sería posible.
Sin dignidad y con el orgullo roto salió de donde nunca debió volver. Cerró la puerta con cuidado y dejó que aquel par de alfas siguiera en lo suyo. JiMin besaba los labios del mayor como si fuese su último suspiro y YoonGi correspondía de igual forma. Creando un ambiente un tanto denso y nublado por la lujuria y un celo que se aproximaba en su mayor expresión.

Jadeos y gemidos era todo lo que se escuchaba en aquella pequeña burbuja de lujuria. El ritmo cardíaco de YoonGi aumento y entre abrió sus ojos mientras seguía besándolo con insistencia. JiMin también abrió los ojos y mordió el labio inferior del Alfa y jaló de este al separarse de sus labios causando un gemido por parte del otro.
Sus manos se metieron en el pantalón ajeno y lo jaló con un poco de fuerza hacia su propio cuerpo.
—Yoonie... Ve al cuarto y quédate ahí con JiHyun hasta que te diga.— lo miró con esos ojos tan intimidantes para otros, pero tan dulces y delicados para él. YoonGi asintió y dejó un beso sobre sus labios antes de ir a la habitación donde había dejado a su hijo. Cerró la puerta con cuidado y miró a su hijo jugando con carritos dentro del corral, decidió dejarlo ahí y se acostó en la cama con una sensación diferente en su estómago. Se sentía acalorado y su celo aún no debía llegar. Tomó una camisa que tenía el aroma del Alfa moreno y lo llevó a su nariz para inhalar el aroma de este, segundos después se quedó dormido con una sonrisa en sus labios.

Mientras tanto afuera de la habitación se encontraba un Alfa sexualmente frustrado. Desde hace tiempo que no tenía algún encuentro nocturno y las manos le picaban por recorrer la piel del mayor.
Sus fantasías en los sueños cada vez las veía más lejanas de la realidad y aquello le molestaba un poco. Mucho.  Su lobo quería reclamar al contrario, quería poseerlo en su mayor expresión y marcarlo de forma tan salvaje y territorial como fuese posible. Sin embargo no quería apresurar las cosas, llevaba dos años viviendo en la casa del mayor y apenas unos cuantos meses de relación, no quería arruinar lo que tenía ahora, tampoco quería perder la confianza de su pareja. Pero la cordura se le iba y la cabeza que tenía entre las piernas parecía ganarle a aquella que pensaba en todo menos en el celo.
—Yoonie...— habló roncamente y con voz de mando, se sentó en el sofá y bajó el cierre de su pantalón y acarició el bulto que se asomaba por debajo de su bóxer. Metió su mano y sacó su miembro erecto comenzando a masturbarse de forma lenta pero profunda. Sus gemidos no tardaron en salir y sus feromonas salieron a flote, inconscientemente comenzó a llamar a su pareja con roncos gemidos y aquello hizo despertar a YoonGi.
¿Que pasaría si también entrase en celo?, ¿Lucharian por el dominio?, ¿O YoonGi se dejará dominar por el hombre a quien ya ama?.