Min YoonGi es un alfa con un lazo roto y un hijo.
cabe mencionar que esta en un estado melancólico y depresivo.
Park JiMin es un alfa que no cree en las parejas predestinadas tras su ultima pareja.
Pero todo cambia cuando conoce al padre del pequeño...
JiMin se bañó con pesar y ni siquiera le intereso tocarse para apasiguar su calor de celo. Mientras tanto YoonGi se encontraba preparando un supresor que su abuela le hacía en sus celos de adolescente. Aquel era mucho más potente que las pastillitas que vendían hoy en día.
JiMin salió de la ducha con una toalla enredada en su cadera y caminó a paso rápido hasta su habitación para cambiarse. Se puso ropa cómoda que consistía en un pantalón deportivo y una sudadera negra holgada. — ¿Te encuentras bien?.— dijo el Alfa moreno mientras se acercaba a él pálido. Olfateo el aire y notó algo diferente, vio la mezcla que se veía un tanto asquerosa y después vió como su mayor la preparaba con dedicación. — Estoy bien, ahora ve a sentarte. Dijo serio mientras apagaba la estufa, vertió en un caballito tequilero la mezcla y se lo pasó, le miró con una ceja arqueada y con una mano en la cintura. — Bebelo todo antes de que se enfríe. Ordenó, caminó hasta su habitación y prosiguió a vestirse de forma rápida y cómoda, se colocó un short y una camiseta de tirantes. En brazos traía a su hijo quien había despertado, fue hasta donde el menor y sonrió al verlo dormido sobre el sofá, pues aquel supresor había hecho que cayera rendido en un sueño.
Caminó hasta él y acarició sus cabellos para luego inclinarse y así poder besar su frente. Lo acomodó en el sofá y se sentó aún lado de este. Su hijo yacía en su regazo mirando de forma curiosa al alfa que dormía plácidamente en el sofá. YoonGi encendió el televisor y colocó una película infantil, dejó a su hijo viendo la película de "Mulán" y se levantó para ir hasta la cocina.
Recogió todo el desastre que anteriormente había hecho y sacó todo lo necesario para hacer la comida. Haría carne de res en salsa de soya. Unas cuantas verduras al vapor y una refrescante agua de limón. Regresó su mirada hasta el sofá y sonrió al ver que su hijo y su pareja se entraban abrazados y sumamente dormidos. Negó suavemente con la cabeza mientras reía y prosiguió a hacer la comida.
El recuerdo de lo que había pasado en el baño aun permanecía en su mente. Tenía tanto sin que le acariciaran de esa forma, sin que le hicieran sentir lo más valioso y deseoso. Pero definitivamente nunca había estando en el medio receptor, no era extraño pero era un poco incómodo para su lobo. Tenía que tomar una decisión antes de que el celo de su pareja se terminara.
Agitó la cabeza para quitar de su mente todo aquel tema y sin duda alguna sus mejillas se encontraban sonrojandas por pensar en tal cosa.
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