Capítulo 23 - La flor de la sabana en el exilio

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Capítulo 23

LA FLOR DE LA SABANA EN EL EXILIO

Gulliana retozaba en el exilio de su escondite con la mente dispersa, los recuerdos deambulando traviesos, sacándole sonrisas a ratos.

Un alcaraván se posó en la ventana, y su atención fue devuelta al presente en un trinar frenético. El olor a campo le era familiar, como esa hermosa casa que albergaba trozos de su infancia, anteriores a los viajes a España, cuando ella era una niña inocente que disfrutaba de los placeres simples de la vida. La habitación que le asignó su tía era la más grande, con una cama matrimonial antigua, poseedora de cuatro altos pilares dispuestos para extender el mosquitero, "lo mejor para la niña", dijo. Entonces era una princesa en los confines del alto Apure, en el recóndito pueblo de la sabana donde creció su padre.

-Como lamento no haber invitado al gringo. Le hubiese encantado este lugar – Comentó de manera casual Don José, mientras su hija enfocaba la vista en el paisaje a través del alto ventanal de la habitación principal.

-¿Qué te hace pensar que a Shawn le agradan las vacas y los mosquitos? – Gulliana, le imprimió su característico sello irónico a la pregunta, sin embargo una parte de ella coincidía con su padre- Como se ve que no lo conoces.

-Hija, tu amigo y yo compartimos tiempo de calidad. Es un buen muchacho, de gustos refinados, pero con cualidades para apreciar la belleza de lo natural. Tengo que admitir que confío plenamente en él y no me molestaría que te gustara aunque sea un poco.

-No puedo creer lo que estoy oyendo ¿Me entregarías a un extranjero sin dudar? Te recuerdo que este viaje no es de placer, nos estamos escondiendo.

-Sí, nos escondemos por tu mala selección de príncipe azul – Don José, se acercó a su hija y la tomó de la mano apenado.- Lo siento...no debí decir eso.

-Es la verdad. Ya no voy a evadir mi responsabilidad, Papa. Me empeñé en amar a alguien que no me amaba. – Gulliana aceptaba su error, mientras la remembranza de Shawn le confortaba. Decirle eso a su padre era inaceptable. Una ligera sonrisa decoró su sonrosado rostro.

-Por lo menos lo estas superando con rapidez. Ya veo que estas de buen humor.

-Es el aire fresco de la sabana, Papa. – Cerró sus ojos para recordar al tierno australiano que esperó con paciencia a que despertara. El mismo que se tuvo que ir a su país obligado por las circunstancias, y que en un arrojo de sinceridad absoluta le había confesado su amor pensando que ella dormía.

___

Al otro lado del mundo, en la ciudad Sidney, Shawn se desplomaba en su ergonómico asiento de cuero. Con el teléfono móvil en la mano, escuchando los regaños de su confidente y amiga, la única persona que lo retaba a conciencia:

-Sé que no debo meterme en tus cosas y menos ahora que no estoy en Sidney para apoyarte, pero ¿Me puedes explicar porque regresaste a la ciudad sin definir tu situación con la princesa de porcelana? – El tono de reproche se confundía con la agitación de sus pasos en el pavimento. Eva era de armas tomar cuando la ocasión lo exigía, además había tenido la desafortunada suerte de ver llorar al gladiador por culpa de Gulliana.

-Ya te lo dije antes, se la llevaron durante la noche. Ni siquiera me despedí de ella y su padre. Ahora no sé dónde se encuentran, no atienden mis llamadas, y el Inspector Morales me advirtió que no la buscara por mi propio bien. – Su cabello estaba enmarañado de tanto agarrárselo. A lo lejos, su nueva secretaria lo miraba de soslayo a través de las paredes de cristal de su oficina.

-Excusas tontas. Venezuela es un país pequeño, así que dudo que no te hagas ni una vaga idea de adonde fueron - Eva se introdujo en su vehículo sin arrancar, tenía mucho tiempo deseando conversar ampliamente con su antiguo jefe – No te preocupes. Por ahora concentra tus esfuerzos en el día a día, sabes que Gulliana estará bien y eso es lo importante.

-Ni que lo digas. Me alegra que June sea competente a niveles inauditos, a controlado el trabajo de manera admirable.

-Te dije que ella era la mejor elección.

-Como empleada nadie la supera, en cuanto al trato es bastante seria. No sonríe, no conversa, nada que delate que tenga un lado humano. Luego en la tarde viene un auto deportivo, último modelo y se va con su novio millonario, Andrew. Lo conozco, estudiamos juntos en la preparatoria y sigue siendo igual de engreído. Es una pareja intimidante.

-Shawn, al principio June desconcierta. Luego entran en confianza y veras que su seriedad es una máscara que mantiene a los indeseables a raya.

-Si tú lo dices es porque así será. ¿Acaso tengo esperanzas de recuperar a mi antigua secretaria y mano derecha?- Su tono de voz fue una súplica disfrazada.

-Ni lo sueñes, jefe. Estoy enamorada de España y su gente...

-Querrás decir de España y Rodrigo – Corrigió a modo de burla el imponente rubio.

La risa contagiosa de Eva era una infusión de aliento – Quizás, jefe, quizás...Volviendo al tema anterior ¿Seguirás asociado con Vicente? Lo digo por tú seguridad, es un riesgo enorme continuar en esta situación.

-Eva, las ventas del producto automotor aumentaron en un cincuenta por ciento, gracias a la maravilla tecnológica del pequeño motor. Ahora estamos patentando otras piezas de su autoría que nos colocan a la vanguardia en diseños de bajo impacto ambiental. No voy a deshacer ningún contrato por mas jodido que este Vicente. Su cerebro es una mina de oro sin explotar, yo le diría un milagro de Dios...

-¡Alto! ¿Estas nombrando la palabra Milagro y Dios en una misma oración? – No era ningún secreto que Shawn era un auto proclamado ateo. - ¿Desde cuándo eres creyente?

-Digamos que Dios me concedió un deseo y ahora estamos haciendo las paces.- Ese deseo fue detener la boda. Shawn, estaba convencido de haber recibido una señal divina.

-Si esto tiene que ver con Gulliana, te juro que yo misma te ayudare a conquistar a tu princesa de Porcelana.- Eva se emocionó por el hallazgo.

Por alguna razón los sucesos estaban envueltos en un halo místico. Era cierto eso que decía "Dios escribe recto con líneas torcidas"...

EVA

EVA

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ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE (TERCERA PARTE)Where stories live. Discover now