Capítulo 99-Reminiscencias de un oscuro pasado

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Capítulo 99

REMINISCENCIAS DE UN OSCURO PASADO

En Bogotá aun no amanecía.

Augusto estaba a un océano y un continente de distancia, con seis horas de diferencia horaria, entre las placidas sabanas de seda de su perfecto cuarto, descansando para otra jornada victoriosa, a punto de consagrarse el máximo ganador en las encuestas, el indiscutible próximo presidente de la república.

En lo profundo de su ser habían recuerdos apresados, imágenes que se transformaban en pesadillas recurrentes que sufría en soledad. No tenía un confesor habitual que escuchara sus lamentos, ni conservó a un viejo amigo que le calmara las angustias, después de recrear en su memoria la historia detrás de la historia.

..."El joven Augusto ingresó conmocionado al estudio, con la vista fija de un caballero de ojos claros y aspecto impecable, que le ayudaba a quitarse los guantes y la chaqueta con capucha.

-¿Lo hiciste? – Le preguntó con su acento italiano, introduciendo todo el material en una bolsa negra.

La respiración entrecortada y el terror le impedían articular palabras comprensibles. En sus gestos no había rastros de prepotencia o disfrute, Augusto le miró incrédulo de sí mismo, asintiendo en respuesta a la pregunta anterior.

-¡Perfecto!...no te exijas...respira, Augusto, simplemente respira – Le recomendó, sosteniendo ambos hombros con sus brazos- Hiciste lo que tenías que hacer, es preferible cargar con la culpa que vivir con el miedo – El italiano embalsamó su dolor con gracia, Augusto se mantuvo callado mientras recuperaba el dominio de su cuerpo inyectado de adrenalina.

-¿Y si se vengan? – Augusto frunció el ceño, temeroso de su premonición.

-Ya no es tú asunto, Augusto. Nadie sabrá lo que hiciste, tú no se lo contaras a nadie, yo tampoco lo hare. Sigue adelante y pórtate bien...- El caballero de edad madura sacó un cigarrillo de la solapa de su chaqueta y lo encendió- ¿Quieres uno? – Le ofreció.

Augusto lo tomó sin dudar, nunca había fumado, era una medida desesperada por controlar la ansiedad. Sus dedos temblorosos recibieron el fuego del yesquero con torpeza de principiante.

-¿Qué es lo que sigue? – Inhaló demasiado rápido y tosió con el rostro rojo, en el ahogo de su primera experiencia con la nicotina.

-Que te calmes. Yo me encargare del resto. No es la primera vez que maquillo o limpio un escenario, lo que para ti es nuevo y peligroso, para mi es rutina diaria- Detalló su forma de fumar – No hagas cosas que no van contigo, como esta de fumar, despertaras sospechas. De ahora en adelante trabajaras cada día de tu vida por construir una reputación honorable, ya no eres el abogado de la mafia, sino el defensor de los pobres.

-No sé si pueda aprender a vivir con la culpa – Renegó, desechando en el pequeño cenicero de vidrio el filtro gastado.

-Aprenderás, todos lo hacemos, es cuestión de enfocarte en una meta y no aferrarte al pasado. Tienes una hermosa familia que te servirá de escudo, además de un apellido renombrado como respaldo – El galante italiano era frio, o tal vez cínico. Era complicado atribuirle un calificativo.

-Sé que no debo indagar, ya me explicaste las razones, sin embargo no han encontrado rastros de la criatura...

-No sigas hurgando Augusto, por el bien de todos, deja eso así..."

Era el punto final de la repetida pesadilla de Augusto. Su cuerpo todavía firme, perfectamente tonificado se incorporaba sudoroso, con el mal sabor de antiguos recuerdos, que lo atormentaban.

El miedo fue reemplazado por la culpa, y con ella aprendió a vivir. Aunque en las noches, como esta, no había donde esconderse del temor mismo de saberse culpable.


ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE (TERCERA PARTE)Onde histórias criam vida. Descubra agora