Capítulo 139 - El tema común

11 0 0
                                    


Capítulo 139

EL TEMA COMÚN

Marco Benedetti optó por sumergirse en los negocios tras descubrir el desenlace fatídico del Patrón a manos del Infierno. Los augurios del Potrillo se cristalizaron dando paso al miedo. Miedo a ser el próximo en la lista imaginaria del demonio.

Aunque, con miedo o sin él, su verdadero deseo era viajar a Venezuela.

Gulliana había trascendido de ser un gusto incidental a una creciente obsesión, y Marco ya no aguantaba las ganas de experimentar el placer de verla nuevamente, obviando la inexplicable conexión emocional con la abogada y su posible negativa a corresponderle. Marco se enfocó en los puntos positivos. El seguía con vida y ella también.

Dios ya no era un concepto banal en un mundo pragmático. Era real, tanto como lo era el mal, tanto como lo fue el Patrón y su extraño episodio de posesión demoníaca. Lo único inevitable, después de la vida, era la muerte, Ese final menos glorioso, que juzgaba según las actuaciones en vida.

Marco se sabía merecedor del Infierno, por eso era preciso que aprovechara la gracia de existir, alcanzando ese mínimo grado de felicidad que se extinguiría con su partida temprana. Ya tenía una fecha para su viaje a Venezuela.

El Potrillo estaba en desacuerdo con su nuevo jefe. El que estuviera libre de cargos no le daba derecho a pasearse libremente por el mundo. La mafia del Mazo no se limitaba a los muertos de la Isla de Capri. Los mejicanos no se conformarían con llorar la pérdida del padre amado. La sangre se pagaba con sangre.

-Ven conmigo, Potrillo – Le invitó Marco, desde la intimidad del despacho, en la seguridad de su mansión.

-Tengo el luto fresco, mi señor, valla usted y luche por la mujer, pero recuerde que el amor no se impone. Si la hembra no está interesada en lo que le ofrece es mejor no encapricharse.

Eso era lo que justamente hizo Carlos Ignacio Restrepo con la Joya, ahora se invertían los papeles. El Potrillo funcionaba como un recordatorio viviente de los errores del pasado reciente.

-Yo no soy El Patrón, yo sé cuándo parar – Marco se expresó con arrogancia, subestimando el poder de la atracción.

-Eso mismo decía el difunto, y mire como terminó – La sabiduría de la calle era superior al autocontrol del líder. Ese demacrado indígena era acertado.

-Entonces, con más razón te necesito a mi lado durante el viaje. Tú serás mis ojos en la espalda. Me cuidaras, tal como hiciste con tu antiguo jefe.

-No lo hice bien, él ya no está en este mundo...

-Porque las circunstancias los separaron- Razonó con energía positiva – Tienes la capacidad de percibir aquello que es ajeno al ojo humano, y es estos tiempos prefiero fiarme de tus dones que de las armas de mis guardaespaldas.

La plática fue interrumpida por el aviso de un visitante inesperado que aguardaba en la estancia principal, nada más y nada menos que Braulio Corona.

- ¿Qué querrá? – Se preguntó Marco, en voz alta.

-Usted dijo que las autoridades no lo asociaban con los sucesos de Capri, pero ambos sabemos que Braulio Corona estuvo en el exorcismo y tuvo acceso a su voz.

- ¿Sospechara de mí? – Inquirió preocupado.

-Solo existe una manera de averiguarlo – Sugirió El Potrillo.

-Iré a atenderle. Por ningún motivo bajes – La orden fue acatada con un asentimiento de cabeza.

---

Hipnotizado por el cuadro de la artista plástica, Elena Chang, Braulio ignoró el ingreso de Marco en la estancia principal. Las difusas líneas le recordaron a su padre, y su precaria opinión del arte en general.

-Ese cuadro debería estar en su poder – Se escuchó decir a Marco – Su estimación de la obra es indudable.

Braulio, se volteó para dedicarle una mirada sentenciosa al hombre que conocía toda la historia desde las sombras.

-No bien en nombre de la DEA. Tampoco estoy interesado en llevarme objetos de su casa. Pero he de reconocer que – Le dijo con libertad – usted y yo tenemos algo en común...

Marco se percató de la intención, internamente se relajó. - ¿Y que puede haber en común entre un funcionario colombiano de la DEA y un empresario vinícola italiano?

-La amistad de nuestros padres...- Posteriormente, Braulio esbozó una franca sonrisa.

ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE (TERCERA PARTE)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant