Siete.

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«Capítulo siete.»

Gabriela.

La pieza de Valentín era linda, nunca me imaginé que fuera en un tono medio negro tirando a marrón.

Era obvio que tenía una imagen diferente de Valentín, los pósters colgados de bandas de Rock y algunos grafitis pegados en la pared me decían que estaba equivocada, su cama era de dos plazas y tanto como los muebles que tenía y el sillón eran negros. Estaba muy concentrada viendo toda su habitación, cuando un oso de peluche blanco me desconcentra totalmente.

Sonreí y caminé hasta el oso para agarrarlo, era grande y muy suave. Lo apagué a mi cuerpo, tenía una adicción con los peluches, me encantaban.

— ¿Quién te lo dio?—Pregunté, mirándolo a los ojos, estaba sentado en su cama con todas las hojas desparramadas.

Se rasco la nuca nervioso y sonrió.

— Nadie importante.—Habló y miró para abajo, supe que no quería hablar de ese tema por eso no le pregunté nada más, dejé el oso de donde lo habia sacado y me senté en la cama con él.

— ¿Te gusta dibujar?—Pregunte volviendo a ver los dibujos en las paredes, asintió con la cabeza y sonrió.

— Me encanta.—Buscó algo en su carpeta y cuando lo encontró me lo mostró, cuándo lo agarré y lo vi me sorprendí al ver que era yo.

El dibujo era a lapiz y la hoja era de carpeta, no se si era yo pero se parecía mucho a mi, era una chica de frente con una capucha con auriculares, hasta tenía el mismo lunar que yo.

— ¿Soy...—Murmure sin poder creerlo, toqué el dibujo igual de atontada que recién, no porque era yo, sino que estaba muy bien dibujado.— yo?

Saqué la vista del dibujo cuando no escuché ninguna respuesta de su parte, lo vi: con la vista en algún lado de su cama y las mejillas rojas. Entonces me di cuenta que si era yo.

Sonreí y volví mi vista al dibujo, era realmente hermoso, parecía tan real que llegue a pensar que él no lo había hecho.

Entonces me puse a pensar; Valentín era un pibe que no conocía casi pero aun así se tomó el trabajo de hacerme un dibujo, solo de mi cara, y no pensé en que capaz estaba obsesionado conmigo, sino que fue al revés, me veía como una chica normal. Aun así, haberlo visto tan poco y que me haya alegrado la noche con un solo dibujo me encataba.

Me encantó que sin conocerme me haya dibujado.

Y por un momento me olvidé lo que todos los hombres querían de mi, por un momento me olvidé del mal rato que me había hecho pasar Julian.

— ¿Me lo das?—Pregunté con una sensación rara en mi panza, horrible, linda, no sabía como describirla.

— Si.—Respondió solamente, sonreí y con los ojos aguados me tire arriba de él para abrazarlo.

Y a los segundos después ya estaba llorando, por haberme alegrado todo el día. Aunque él me puso feliz yo no podía parar de pensar en lo mierda y basura que fui al haberlo hecho esperar, a un chico tan bueno como él.

Me arrepentia totalmente, me sentía mal, muy mal.

— ¿Estas bien Gabi?—Preguntó la voz suave de Valentín, seguramente al notar que yo no me separaba de él y lloraba como una loca.

— Perdón.—Murmure, me tragué todas las lágrimas y me separé así lo miraba, él fruncio su ceño preocupado al verme con todas las lágrimas en la cara.—Es que nunca nadie me había hecho algo así y bueno...—Murmure mirando el dibujo y volviendo a sonreír.

— No sabía.

Sonreí y negué con la cabeza calmandome un poco.

Justo cuando le iba a agradecer y volver a pedir perdón por lo que le hice mi celular sonó, indicándo una llamada.

— ¿Hola?—Atendi sin ver quién era.

— Hey, boba.—Escuché del otro lado a Mauro, sonreí y lo saludé, hoy no lo había visto y obviamente lo extrañaba.

— ¿Qué querías nene?—Pregunté mirando como Valentín empezaba a hacer la tarea, quería colgar rápido así lo ayudaba.

— Hay joda en mi dulce morada ahre —Habló divertido haciendo que suelte una risa.—¿Venis gorda?

— Dejame pensarlo, yo te aviso ¿Dale?

— Dale gila, nos vemos.—Saludó antes de colgar, negué con la cabeza cuando no esperó a que yo conteste.

Volví a mirar a Valentín, estaba un toque despeinado y la ropa que llevaba lo hacía ver mas blanco resaltando sus dos ojos azules. Llevé mi vista a su pelo, pensando que tan malo sería si lo acomodó un poco, el estilo de despeinado no le quedaba para nada mal.

Pero simplemente tenía que buscar una excusa para acariciarlo.

Me senté mas cerca de él y cuándo volteo a mirarme con una sonrisita yo llevé mis manos a su pelo, tocandolo suavemente y tratando de "peinarlo", porque lo que menos hacía era eso, estaba tenso y seguramente nervioso. Sus ojos se cerraron instintivamente y apoyó su cabeza en el respaldo de la cama, quedando más cerca.

Sonreí cuando vi que se relajó, su pelo era suave y parecía que cada vez que pasaba mi mano por su pelo era una invitación a que durmamos juntos.

Pensándolo bien no me molestaría dormir algún día con él.

— Me da sueño.—Habló abriendo los ojos para mirarme, yo estaba fascinada con su pelo, era realmente hermoso.

Sonreí y lo miré divertida.

— Y yo que te iba a invitar a una joda.—Bromeé, se río un poco y volvió a cerrar sus ojos.

Ahora llevé mis manos a su nuca para atraerlo a mi, cuando lo vi nervioso hablé yo esta vez.

— Tranquilo, solo quiero tocar tu pelo.—Aclaré antes de apoyar su cabeza en mis piernas, lo miré, parecía nervioso y como si fuera la primera vez que alguien hace esto por él.

Volví a tocar su pelo, le hacía mimos y esto parecía relajarlo cada vez más porque veía como sus músculos dejaban de estar tensos y como iba cerrando los ojos de a poco. Se acomodó en la cama, en posición de un bebé.

Era extremadamente relajante estar así con él y mirándolo detalladamente logre ver algunos lunares que tenía en su cara.

Después de unos minutos supe que se había quedado dormido, su respiración tranquila me decía todo. Con mucho cuidado me fui parando, para no despertarlo y ya poder irme, cuando logré salir sin que se de cuenta lo miré en la cama.

Durmiendo tranquilamente, con sus labios entreabiertos, junte mis cosas y me agache hasta su altura para dejarle un beso en la frente y salir de su pieza, sin antes mirarlo una última vez.

Y llegué a pensar que era el sinónimo de perfección.




















🏵🏵🏵

Ysi, obvio que Valentín es la perfección en carne propia.

Perdón por tardar. Como dije, voy a estar desaparecida esta semana porque tengo que rendir.

Perdón por un capítulo tan garcha.

Lo vómito todo.

Virgen ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora