Dieciséis.

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«Capítulo dieciséis.»

Gabriela.

— No entiendo porque nunca fuiste a un cine.—Le hablé a Valentín tirandolo del brazo y riendo al ver su cara.

Seguro que la gente que esta mirándonos pensarán que es un antisocial, aunque mucho no le erraban.

— No es así, fui a cines, pero nunca con alguien.—Habló mirandome un poco nervioso, por toda las miradas que estaba recibiendo.

Sonreí y apoyé mi cabeza en su hombro, hacia frío y seguía lloviendo, pero igualmente yo quise traerlo al cine porque estábamos aburridos los dos y además quería seguir pasando tiempo con él.

— Bueno es lo mismos.—Le reste importancia haciendo una seña y riendo al ver que apoyó su cara en mi cuello cuando me separé de él.

— Me están mirando raro Gabi.—Susurró, sus palabras chocaron contra mi piel y esas sensaciones llegaron a mi otra vez.

Venía bastante bien controlandolas, pero el hecho de tenerlo escondido en mi cuello y que sus labios esten rozando mi piel volvía a descontrolarme.

— Es porque te ven hermoso ¿Por qué más?—Y sabía muy bien que por ese comentario sus mejillas se habían teñido de rojas, ese rojo lindo.

— No mientas.—Se río un poco, mordi mi labio.

¿Cuando se iba a dar cuenta de que en verdad es hermoso?

Agarré su manos que estaba en su pierna y empecé a acariciarla, mirándola detenidamente, eran blancas y las venas se marcaban en el torso, sonreí.

Hasta sus manos eran hermosas.

Nos quedamos así, yo jugando y acariciando su mano y él escondido en mi cuello, no sabía si se había dormido porque su respiración era tan suave que me hacía sospechar, pero igualmente no lo molesté.

Me encantaba sentirlo.

Cuando la función comenzó nosotros nos paramos y yo con una sonrisa en la cara lo agarré para que nos adentremos a la sala, buscamos lugares mientras él llevaba los pochoclos y cuando encontramos, nos sentamos enseguida.

— ¿Estas segura de querer ver esta?—Preguntó, traté de buscar su mirada entre la oscuridad y al encotrarla lo miré a los ojos.

— ¿Vos estas seguro? Si tenes miedo no la miramos nada.—Dije divertida, pude ver su sonrisa y como se reía en voz baja.

— Yo me la banco re piola, no sé vos.—Mordi mi labio y giré los ojos divertida.

— Vamos a ver si te la bancas re piola como decís.—Susurre y ni bien dije eso, la película había comenzado.

Habíamos elegido Insidius: La última llave. Y la verdad es que yo era bastante cagona para las películas de terror, pero igualmente la quise ver cuando él me pregunto.

No iba a mentir, tenía miedo pero lo disimulada bastante bien comiendo pochoclos.

Mientras la película pasaba y las cosas raras ya se iban notando, yo me asustaba más, miraba a Valen pero el estaba entretenido mirando.

Tragué saliva y moví mi pié en el piso, el corazón me latía rápido y necesitaba algo para sacarme el miedo que cargaba.

Empecé a buscar la mano de Valen, moviendo disimuladamente la mía en la oscuridad, sin querer la choque, ganandome que saqué la vista de la película. Sonrió cuando se dio cuenta de que tenía miedo, y yo como toda la cagona que soy puse mi mano arriba de la de él.

Mirándolo a los ojos y mordiendo mi labio, me encataba cuando hacía algo así y él se ponía rojo, aun estando en la oscuridad se le notaba.

— Tengo miedo.—Murmure, sus dedos se deslizaron entre los mios hasta entrelazar nuestras manos y empezar a hacer caricias con su dedo pulgar sobre mi piel.

— ¿Qué hago?—Susurró mojando sus labios, mi corazón empezó a bombear sangre a un ritmo desesperado, como si quisiera que él sepa a la velocidad en la que iba.

— No sé, abrazame.—Pedí tirando de su brazo, se río levemente, enseguida al escuchar eso me acerqué a él.

Pase mis brazos por su abdomen, me acerqué a su mejilla para dejar un beso y después esconderme en su cuello, respirando su perfume rico.

Cerré los ojos cuando sentí sus manos pasar por mi cintura y abrazarme fuerte a él.

Un cosquilleo se centro en mi estómago cuando una de sus manos fue a mi pierna y empezó a acariciarla con la yema de sus dedos, todo un hormigueo pasaba por mi espalda hasta llegar a la punta de mis dedos.

Sin darme cuenta empecé a pasar la punta de mi nariz por su cuello, oliendo a su paso su perfume y seguramente dándole cosquillas él, ya que dio un leve apretoncito en mi cintura.

— Me matas Gabi.—Susurró Valen cuando dejé un pequeño beso en su cuello, y escuchar esas palabras hizo que mi corazón se vuelva completamente loco.

Latía de una forma nueva en mi, y las cosquillas que había en mi estómago habían aumentado el doble, Valentín me provocaba tantas cosas que no se como explicarlo.

Pero aun así no quitaban lo hermosas que eran.

Nos quedamos así, yo de vez en cuando dejaba otro beso, para escuchar como el suspiraba y apretaba mi cintura entre sus manos. La película había terminado y por lo tanto, cuando prendieron las luces nos tuvimos que separar, ya que nos paramos rápido.

Salimos del cine, yo con una sonrisa y todavía con las sensaciones en mi cuerpo.

Él hablaba de la película, solo de algunas partes que había alcanzado a ver por arriba, mientras que yo lo escuchaba y comentaba algo gracioso a lo que él decía. Me acompañó a mi casa porque tenía miedo de que me pase algo y cuando llegamos yo no quería que se vaya.

— No te tenes que ir eh, yo ahora estoy sola.—Dije haciendo puchero, quería que se quede el mayor tiempo posible.

— Me quiero quedar Gabi, pero no puedo, creeme que es lo que más quiero en el mundo.—Me miró a los ojos, hice puchero tratando de convencerlo, mordió su labio y largó un suspiró.

¿Tan difícil me la vas a hacer Valentín?

— No me hagas así, me hace mal decirte que no.

— Bueno esta bien, anda.—Giré los ojos, el sonrió y se acercó a mi para levantar mi mentón, con un poco de vergüenza y acerme que lo mire.

— Perdón.—Susurró, por esos ojos perdono lo que sea.

— No pasa nada, otro día.—Le sonreí, dejé un beso en su nariz.

— Gracias por todo, me encantó ir al cine con vos.—Acotó con una sonrisa linda y sus ojos brillosos, lo abracé casi colgandome de él.

— De nada.

Sonrió y dejó un beso en mi mejilla en forma de despedida,

— Chau Gabi.—Habló mirándome, acomodó su pelo y me regaló otra sonrisa hermosa.

— Nos vemos Valen.

Lo vi irse, como caminaba con las manos en los bolsillos y cada vez que pasaba por algún alumbrado público su pelo se distinguía mejor, lo quedé mirando hasta que desapareció.

Y ahí recién pude respirar y sonreír como una tonta ante de susurrar como una loca.

— Sos hermoso Valentín.





























🏵🏵🏵

En cinco minutos lo escribí jjejeje.

Gracias a todos por los hermosos comentarios que me dejaron en el capítulo anterior, no se como decirle que los amo banda.

Son lo mejor que hay 💕

Virgen ; WosWhere stories live. Discover now