Veinte.

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«Capítulo veinte.»

Gabriela.

Me desperté a la mitad de la noche cuando Valen se movió en la cama, después del beso solo nos habíamos quedando hablando sobre teorias y el origen de la vida.

Una charla bastante flashera pero como a los dos nos gustaban esas cosas nos pareció bien.

No entendía como era tan tímido, con el cuerpazo que tenía y la sonrisa enamoraba a cualquier persona, y no solo era eso su personalidad era fascinante, combinado con esos dos faros azules.

Sonreí cuando lo vi acomodarse entredormido, sus ojos estaban cerrados y su boca entreabierta, podía ver su cuello y como la famosa "nuez de Adam" se le marcaba cuando lo tiraba un poco para atrás.

Me levanté para ir a tomar agua, pensando en lo rápido que había caído por él, se sentía tan irreal y a la vez tan puro, pensar en que no había tenido que hacer nada para que caiga rendida a sus pies, admirando lo hermosa que era su alma tan pura. Volví a la pieza cuando tomé el vaso de agua, pero ver a Valen semisentado en la cama con la cara de dormido, su pelo castaño todo revuelto cayendo por su frente y sus ojos azules brillosos, hizo que mi corazón salte en mi pecho.

— ¿Qué haces despierto?—Pregunté riendo levemente, sonrió y pasó una mano por su cara para despejarse.

— Creí que todo lo de anoche había sido un sueño cuando me desperté y no te vi.—Se volvió a tirar con la espalda pegada al colchón, sonreí y miré para afuera, todavía era de noche por ende acá adentró estaba oscuro.

Me acosté a su lado y me tape, él me miraba atentamente y por eso se sorprendió cuando me acerqué a él y lo abracé por la cintura poniendo mi cabeza en su pecho.

— Abrazame.—Pedí al notar que no iba a hacer nada.

Aunque no lo viera podía saber que tenía las mejillas rojas.

Sus manos fueron a mi cintura y con un movimiento me acercó a él.

— ¿Esta bien así?—Preguntó susurrando, sonreí y por inercia me subí a horcajadas arriba de él.

Llevé mis manos a su cuello y empecé a acariciarlo, mirándolo a los ojos.

— Nunca dormí con una chica.—Confesó.—Ni abracé a una...—Dijo, mordí mi labio y bajé a su cara.

— ¿Cómo es que sos tan lindo?—Susurré, sentí sus manos en mi cintura y vi su sonrisa.

— ¿T-te parezco lindo?

Asentí con la cabeza y lo besé, sin avisar, pero igualmente él me lo siguió, sus labios se movían tiernamente y me encantaba que sea así, con movimientos tan suaves e inocente, sin querer hacerme daño, cuidándome en cierta forma, con su tacto puro quemando en mi piel.

Me sorprendió cuando sentí su lengua en mi boca y como un beso tierno, lo convertimos en un chape intenso. No estaba segura si esa fui yo o él. Cuando nos separamos lo vi agitado, yo también estaba así.

Llevé mis labios a su cuello y empecé a dejar besos suaves, era consciente de que nunca nadie le dio este tipo de besos y tal vez estaba nervioso, pero cuando lo sentí largar un jadeo sonreí y le hice un chupón.

No me frenó en nada de lo que hice y eso me dio a entender que le gustaba.

Me acomode arriba de él y cuando me senté un poco más arriba sentí algo duro, sonreí al darme cuenta de lo que era.

— G-gabi...—Jadeo agitado.—Se m-me paro la...—Lo interrumpi antes de que siga.

— Ya sé.—Sonreí y le dejé un beso en los labios.—¿Querés seguir? No hay problema si no querés.—Hablé mirándolo a los ojos.

Virgen ; WosWhere stories live. Discover now