Treinta.

15.8K 1.1K 447
                                    

«Capítulo treinta.»

Gabriela.

Largue un suspiro y metí mi mano en los bolsillos de mi campera, pensando en que tan malo era haber venido a la casa de Valentin, sabía que no tenía intenciones de verme, pero tenía que explicarle que todo lo lo que había visto había sido un error.

Ya había llorado lo suficiente en mi casa, y había tomado las fuerzas suficientes para hablar con él y aclararle todo.

Aunque las imágenes de él llorando adelante mio no podía sacarmelas de la cabeza, no podía dejar de pensar que por mi culpa él ahora seguramente estaba sufriendo y llorando, encerrado en el baño o en su pieza.

Pero en realidad era culpa de Mauro, aunque tampoco me podía enojar con él, Valentín era lo que más me importaba en este momento.

Largue un suspiró y junte todas mis fuerzas para tocar la puerta de su casa, dejé todos mis miedos y cerrando los ojos con fuerza levanté mi mano para dar algunos golpes, pero antes de hacer eso, la puerta se abrió.

— Gracias por tod...—Escuché su voz que fue interrumpida al verme, y al darme cuenta de que él había salido de su casa mis manos empezaron a temblar.

— De nada.—Y entonces escuché otra voz, y esta la reconocí al instante cuando empecé a hilar todas las veces que la vi.

Paola se encontraba atrás de Valentín, ambos mirándome a mí, la mirada de ella era de confusión, pero la de él era otra.

No me miraba como siempre.

— ¿Qué haces acá?—Preguntó en un hilo de voz, trague saliva y suspire dejando que todos los pensamientos malos desaparezcan de mi cabeza.

Él nunca podría haber estado con ella, era una mal interpretación.

— Vine a hablar con vos.—Dije, mirándolo unos segundos a los ojos y después mirando a Paola, ella al darse cuento de todo lo que pasaba aclaró su garganta.

— ¡Ah! Si, yo me voy.—Exclamó, salió de atrás de Valentín y se puso en frente de él.—Chau bebé.—Le dejó un besos en su mejilla, muy cerca de sus labios y yo conté hasta diez para no agarrarla de los pelos y decirle que se aleje de Valentín.

— Chau.—Murmuró él mirando al piso, y al ver esos ojos brillosos me dieron ganas de levantarle la carita y llenarlo de besos hasta que se le pase las ganas de llorar.

— Chau... ¿Gabriela no?— Preguntó haciendose la que no recordaba mi nombre, asenti levemente con la cabeza y ella sonrió.—Cuidense.—Habló antes de irse.

Si, andate antes de que te saque a las patadas capa.

La quedé mirando hasta que desapareció de la cuadra, y recién ahí pude mirar a Valentín, quién seguía entretenido mirando al piso, como si no quisira verme, y eso me dolió.

— Es tarde.—Avisó mirándome esta vez, y al darme cuenta de que tenía los ojos rojos y brillosos quise llorar.

Él era muy sensible, yo nunca le haría algo malo para verlo así, lo cuidaria un montón.

Lo quiero cuidar de todo lo malo.

— Y-ya se Valen, pero quiero hablar con vos, explicarte todo lo que viste.—Hablé, pidiendo internamente por favor, quería que me escuche, porque si no escucha mi versión, lo iba a perder.

— Estoy cansado, hoy fui un largo día y no...—Sus palabras quedaron a la mitad, porque un sollozo interrumpió.

Se había largado a llorar, y me partió completamente el corazón verlo sufrir, esto nunca tendría que haber pasado, todo era mi culpa.

Si no me hubiera quedado cuando Mauro me lo pidió hubiese evitado que Valentín ahora este llorando en la puerta de su casa, tapandose los ojos con sus manos y largando sollozos de sus labios.

— Valen, en serio tenes que escucharme. No llores por favor —Pedí acercandome a él y tomandolo de las mejillas para que me miré y a diferencia de hoy a la mañana él no se alejo.

— Q-quiero dormir.—Aviso cuando yo le empecé a secar las lágrimas que caían, lo miré a los ojos y pude notar lo rojos y decaidos que se veían.

— Valen...—Susurre, negó con la cabeza para que no hable y aunque quiera hacerle caso no pude, necesitaba que me escuche y sepa todo lo que había pasado.—Necesito que me escuches, por favor.—Un nudo en mi garganta se iba formando.

— Y-yo necesito un... un tiempo Gabi, quiero pensar muchas cosas y-y...—Su voz se quebraba a medida que hablaba y mi corazón se rompía al escuchar sus palabras, no, yo no necesitaba alejarme de él.

No necesitaba un tiempo, quería estar con él, llenandolo de besos todos los días y abrazandolo cuando me lo pida, no quería estar lejos, no lo iba a permitir.

— N-no Valen, escuchame.—Volví a pedir pegando mi frente con la de él y sintiendo como las lágrimas empezaban a caer por mis mejillas, tragué saliva intentando que el nudo en mi garganta desaparezca, pero en vez de eso, se hizo mas grande.

Negó cerrando sus ojos, sus manos fueron a las mias, las cuales agarraban su mejilla, y las envolvió con las de él, apretando con suavidad, provocando que más lágrimas salgan de mis ojos y que mi corazón lata con mucha fuerza.

Pidiéndome que no permitiera todo lo que estaba pasando.

— Necesito un tiempo, para pensar un poco y aclarar todo lo que estoy sintiendo, porque recordar que t-tus...—Largó un suspiró entre lágrimas y llevó su mano a mis labios, para acariciar lenta y suavemente el inferior con su dedo pulgar.—, que tus labios no me corresponden, me hace mal, me duele.—Finalizó en voz baja.

Negué rápidamente con la cabeza, llorando el doble que recién.

Claro que le correspondían a él mis labios, a él le pertenecían todos mis sentimientos, le pertenecía mi corazón.

— N-no Valen... por eso tenes que escucharme, quiero que me escuches y que me creas, yo te quiero mucho Valentín por favor, creeme.—Hablé con la voz quebrada, me dolía tanto estar así, me dolía verlo a él así.

Triste y creyendo que yo no lo amo, cuando no es así, lo amo más que a nadie en este mundo.

— Si me queres, d-deja que me vaya un tiempo, no sólo por mi, sino por vos también, capaz que solamente estás confundida y n-no... gustas de mi.—Terminó de decir, quería negarle rotundamente que no era así.

Quería decirle que me tenía loca y me ponía el mundo al revés, pero no me dio el tiempo, estaba demasiado concentrada en poder procesar todo lo que estaba pasando.

— L-lo tomo como un si...—Habló, dejando un beso en la punta de mi nariz y después de un rato acariciando mi mano, la soltó y se metió adentró de su casa.

El frío de la noche me envolvió, y todo lo que acababa de pasar me calló como un baldazo de agua fria, haciendo que llore mucho más, empecé a caminar, dejando a Valentín atrás.

Y él dejándome con el corazón roto en mil pedazos.























🏵🏵🏵
es triste porq estoy triste, ysi.

no se quejen, querían bardo, acá lo tiene en la forma más hermosa que lo puedo hacer.

ahre.

lxs amo 💗

Virgen ; WosOnde as histórias ganham vida. Descobre agora