Virgen ; Wos

Veintitrés.

«Capítulo veintitrés.»

Gabriela.

— Gabi, me voy.—Escuché que me susurraban en el oído, me moví inquieta en la cama y al ver a Valen vestido me desperté un poco más.

— ¿A dónde?—Pregunté todavía dormida.—Quedate.—Lo agarré del brazo y lo tiré arriba mio para que me abracé.

Escuché su risita.

— A mi casa, tengo que bañarme y buscar mi mochila.—Dijo acariciando mi pelo y dejando un beso en mi mejilla.

Largue un quejido, en serio quería seguir durmiendo con él, sentir como su respiración chocaba contra mi muca y su brazo rodeaba mi cintura.

— Dale Valen, no vamos nada a la escuela.—Pedí sin abrir los ojos, chasqueo su lengua y suspiró.

— No puedo faltar más Gabi, no me pidas cosas así porque me hace mal decirte que no.—Habló sin alejarse, abrí los ojos e hice puchero.

— Bueno, anda.—Accedí, sonrió y apoyó su frente con la mía cerrando los ojos.

— Chau.—Susurró dejando un beso en mi nariz y después me dejó otro en la boca.—Nos vemos en la escuela ¿Sí?

Asentí con la cabeza y miré como se alejaba de mi, salió de mi pieza regalandome una sonrisa y murmurando un "te quiero".

Me volví a dormir con una sonrisa, Valentín era el sinónimo de la palabra perfección, y no podía negar que así, tan tierno y tímido me había re conquistado.

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—¿Y entonces que pasó?—Me pregunto Flor, susurrando, a ella era la única que le había contado todo lo que había pasado con Valen.

Mauro e Ignacio estaban adelante, jugando al tutti frutti.

Sonreí y mordí mi labio.

— Ay no —Exclamó sin levantar la voz y emocionada.—¿Te lo garchaste?—Preguntó, llevando su mano a la boca.

— No fue garchar, fue muy diferente.—Hablé recordando todo, desde que lo besé hasta que lo hicimos, dos veces.—Me trataba sin experiencia y tan tiernamente...—Sonreí y uní mis manos, Flor me miraba con una sonrisa.—Fue la mejor experiencia de mi vida.

— Ay boluda, te enamoraste.—Sonrió emocionada.—Te enamoraste de Valentín.

— No se, pero me encanta que sea tan él, tan tierno y me trate como nadie me trato, siento que todo el mundo desaparece cuando me sonríe.—Concluí sonriendo, ni bien dije eso la puerta del aula se abrió dejando ver esos ojos azules.

Ya me parecía raro que no este acá antes que el profesor.

— Tarde Oliva.—Dijo el de química mirándolo ceñudo, Valen al sentir todas las miradas fijas en él se puso colorado.

Y mi corazón se llenó de ternura.

— Perdón.—Murmuró, caminó a su banco para sentarse, me buscó con la mirada y me dio una pequeña sonrisa antes de hacerlo

— ¿Vieron eso?—Preguntó susurrando Mauro, dandose vuelta para vernos.

— ¿Qué cosa?—Pregunté frunciendo el ceño.

— Tenía marcas en el cuello.—Habló subiendo y bajando las cejas, su voz sonaba con ternura.—Ya tuvo su primera vez.—Dijo uniendo sus manos y haciendo una cara.

— Dejate de hablar pavadas.—Dije girando los ojos, aunque en el fondo quería decirle que su primera vez la había tenido conmigo y fue la mejor de todas.