Veintidós.

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«Capítulo veintidós.»

Gabriela.

Me moví e hice que Valentín apoyé su espalda en la pared mientras lo besaba.

Desde que lo dejé tocarme el culo no me sacó las manos de encima, me apretaba contra él y eso me encantaba. Sonreí cuando me separé de sus labios y bajé una de mis manos a su boxer para apretar su pija por arriba.

Largó un gemido y mordió su labio agitado.

— Si no te gusta parame.—Dije dejando besos por su cuello.

— ¿Q-qué vas a hacer?—Preguntó agitado, por el tiempo que llevaba besandolo seguramente que lo había dejado casi sin oxígeno.

Sonreí e hice una escalera de besos los cuales bajaban por su pecho y abdomen pasando mi lengua, escuchaba su respiración pesada y sentía su mirada atenta en mi

Me arrodille en el piso, adelante de su boxer que adentro contenía lo que mas me importaba en ese momento. Lo bajé mirándolo, sus mejillas se volvieron de un rojo intenso cuando su miembro salió erecto quedando a la altura de mi cara.

Lo agarré con una mano y empecé a moverla de arriba a abajo para ver si le gustaba, cuando llevó su cabeza para atrás y gimio me dio a entender que le encataba. Miré su miembro, largo y con una vena notosa que recorría toda su longitud hasta llegar a la punta.

Sin pensarlo me lo metí a la boca, mi lengua jugó con la punta y podía sentir lo caliente que estaba, empecé a chuparlo escuchando sus gemidos fuertes. En las manos se le marcaban las venas y al darme cuenta que las tenía al costado de su cuerpo agarré una y la puse en mi cabeza, para que me controle como mas le guste.

Lo miré a los ojos, viéndolo largar gemidos de sus labios mojandome mucho más.

Me encantaba Valentín, amaba lo tímido que era y lo inexperto que llegaba a ser en esto, me encantaba que experimente conmigo.

Con cuidado agarró mi nuca y la fue hundiendo lentamente hasta donde a él más le gustaba, gemia bastante fuerte y tiraba su cabeza para atrás. Seguí chupando hasta donde el quería y cuándo su miembro se puso duro en mi boca a los segundos sentí su líquido espeso recorrer mi garganta.

Me paré cuándo me lo tragué y lo miré a los ojos, tenía la cabeza apoyada en la pared y los ojos cerrados. Hasta que me miró sonriendo.

— ¿Te gusto?—Pregunté llevando mis manos a su pelo, asintió con la cabeza y me atrajo a él para besarme.

— Me encantó.

— Agarrarme.—Dije cuando nos separamos, salte arriba de él y envolvi mis piernas alrededor de su cintura.

Rápido me agarró de los muslos para que no me caiga y yo sonreí. Miró escaneando la habitación y caminó hasta sentarme en mi escritorio, se puso entre mis piernas y suspiró con una sonrisa tímida.

Mordi mi labio y lo besé, me mataba cuando me miraba así, metí mi lengua en su boca y con mis piernas lo acerqué a mi cuerpo, para sentirlo pegado a mi, sus labios se movían mucho mejor y ahora él hacía lo que quería.

Sus manos que antes estaban en mis muslos fueron al elástico de mi tanga y se animó a bajarla, sonreí a mitad del beso y lo profundice más.

— ¿Podía hacer eso no?—Preguntó escondiéndose en mi cuello.

— Si Valen.—Dije riendo levemente, su respiración chocaba contra mi cuello provocandome esa linda sensación que me daba cuando lo tenía cerca.

— N-no tengo experiencia Gabi, seguro que a veces te harto.—Murmuró tímido sin salir de donde estaba, mi corazón bombeo sangre a un ritmo rápido.

Virgen ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora