Virgen ; Wos

Catorce.

«Capítulo catorce.»

Gabriela.

El timbre tocó dandonos a entender que ya nos podíamos ir a la casa, y agradecí mentalmente porque tanto hablar en inglés me estaba haciendo doler la cabeza, pero por otro lado no quería que Valentín sacara su mano de mi pierna.

Había empezado a formar un calor tan agradable en mi, que las ganas de dormir abrazada a él eran tan grandes, que hasta en un momento apoyé mi cabeza en su hombro cerrando los ojos.

Pero solo son detalles.

Nos levantamos del banco, Flor e Ignacio se habían quedado esperándome para irnos juntos.

— Mi mamá viene con el auto.—Dice Flor mirándonos, más a Ignacio y a mí que a Valentín, ya que iba caminando a mi lado.

Solo porque yo no lo deje irse antes.

— ¿Quieren que los lleve a su casa?—Preguntó, miré un rato a Valen y al ver que bajó la mirada yo negué.

— Nah, me voy caminando.

— Eh, yo si.—Dijo Ignacio en un tono medio rocho, haciendonos reír un poco.

— ¿Segura Gabi? Te vas a mojar toda.—Preguntó Flor frenando en la puerta, asenti con la cabeza dejándola segura y esta llevó su mirada a Valen.—¿Vos Valen?

Él levantó la mirada y con una sonrisa negó con la cabeza.

— Gracias igual, voy con Gabi.—Dijo, después de hablar un rato más, nos fuimos.

Salimos de la escuela sin Flor ni Ignacio ya que iban a esperar adentro. Sonreí cuando vi como las gotas de agua caían por el pelo de Valentín mojandolo todo.

— ¿No te da frío?—Preguntó mirándome, me reí y negué con la cabeza.

— Me encanta sentir como las gotitas caen en mi cara.—Hablé, él sonrió mordiendo su labio y pisando un charquito de agua.

Seguimos caminando un rato más en silencio, pero aunque sea lindo y agradable escuchar la lluvia chocar contra el piso, quería escuchar la voz de Valen y sabía muy bien que le pasaba algo.

Lo miré un poco, él iba con la mirada pegada al piso y sus manos en su pantalón.

— Valen ¿Estas bien?—Pregunté sacandolo de sus pensamientos y logrando captar su atención.

Mordió un poco su labio y después de un rato pensando la respuesta, habló.

— Me peleé con mi papá.—Dijo con la mirada perdida, largue un suspiró, yo más que nadie sabía lo que era eso.—Y nunca lo vi tan enojado como hoy.—Sus ojos azules parecían querer decir otra cosa, pero yo no le quise preguntar más.

Hice una mueca y me acerqué para pasar uno de mis brazos por su espalda y abrazarlo un poco.

— Yo siempre me peleo con mi papá, nunca me quiso.—Dije en un intento de calmarlo.—Se que es diferente, a vos tu papá si te quiere y es difícil porqué nunca debe pasar.—Apoyé mi cara en su cuerpo y cuándo sentí un brazo de él en mis hombros sonreí.—A mi ya no me importa pero igual me sigue doliendo saber que nunca voy a tener el amor paterno.

Escuché como Valentín largó un suspiró y no dijo nada, solamente se dedicó a acariciar mi pelo ya mojado.

Seguimos caminando así, hasta llegar a mi casa y él se separó lentamente para mirarme y despedirse de mi.

— Chau Gabi.—Se despidió con una sonrisa chiquita.—Y gracias por escucharme.

Sonreí y le dejé un beso en la mejilla, vi como se dio la vuelta para irse a su casa, pero yo no quería, quería que se quede conmigo acá. Quería poder tenerlo cerca.

Bajé los tres escalones que había subido y corrí hasta él, iba casi a mitad de cuadra.

Tragué saliva y lo agarré del brazo para que se de vuelta, y al verle la carita toda mojada me dieron ganas de llenarlo a besos, no podía ser que exista una persona con tanta belleza.

— Estoy sola.—Avisé mirándolo a los ojos, enseguida se puso un poco rojo y sonrió, moviendome todo.—¿Queres venir un rato hasta que deje de llover?

Lo miré un par de segundos esperando su respuesta, y es que no creo que este pensando una, porque como yo, me había quedado mirando sus ojos azules.

— B-bueno...—Susurró.—Eh digo, si, si quiero.—Soltó nervioso, sonreí y sin soltar su brazo lo arrastre hasta mi casa mientras él reía.

Cerré la puerta con llave, y cuándo lo vi acomodar su mochila en el piso sonreí.

— Traela acá.—Dije refiriéndome a la mochila, le hice una seña para que me siguiera y eso hizo, empezamos a subir las escaleras con él atrás mio.

Entramos a mi pieza e hice que se siente en la silla de mi escritorio.

— Tengo sueño ¿Dormimos?—Pregunté mirándolo.

— Yo también.—Sonrió mirándome a los ojos.

— ¿Te queres cambiar? Tengo algo de ropa.—Dije mirando lo mojado que estaba, asintió con la cabeza y yo caminé hasta mi placard para sacar un pantalón y una remera.

Para mi solo saqué la remera que me había regalado hoy y un pantalón corto de algodón.

— Yo voy al baño.—Avisé dándole la ropa, pero antes de irme me agarró del brazo y tiró un poco para que lo mire otra vez.

Me caí prácticamente arriba de su cuerpo, pegando mi cara cerca de la de él. Sus mejillas no tardaron en ponerse rojas cuando yo lo mire divertida.

— P-perdón yo...—Tragó saliva nervioso y pasó una mano por su pelo, levanté una ceja.—Gracias.—Dijo después de unos minutos.

Reí un poco y lo tomé de las mejillas acercandolo un poco más a mi viendo sus lindas facciones. Lo que más me gustaba de su cara eran sus ojos, brillaban cuando miraba algo nuevo para él y eso me encantaba.

Mojó sus labios mirándome todavía nervioso, y no pude evitar bajar mi vista a estos, se veían tan suaves que no podía dejar de pensar en que sería probarlos.

Lo acerqué a mi, más todavía, logrando que la punta de nuestras narices choquen y que él cierre los ojos rápidamente, una sensación se centró en mi panza, poniéndome todo al revés y quise ser yo la primera en todo. Quise probar sus labios, era la primera vez que dudaba en hacer algo.

Pero sabía que si lo hacía se iba a poner muy incómodo y no quería que pase eso.

Por eso solo decidí dejarle un suave beso en la punta de su nariz.

— De nada.—Un simple "de nada" fue lo que me salió, y me arrepentí totalmente en eso.

Porque cuando me separé sentí como sus labios me llamaban, pero no volví, me dediqué a caminar a mi baño y quedar encerrada ahí por un buen rato.

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Perdón por tan poco posta, odio escribir y que no me salgan bien los capítulos.

Me pongo medio bajón a veces.

Lxs amo igual 💕