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Kyla obedeció sin pensarlo dos veces, pues aquella voz le había revuelto el estómago con cientos de mariposas que revoloteaban. En cierto modo, podía tratarse del hecho de que recién acababa de vomitar, pero también fue por la esperanza que le daba, al menos que hablara su idioma, después de cabalgar durante horas con personas a las que no entendía, escuchar a alguien hablar inglés le había resultado de lo más tranquilizante. No sabía si sería para bien o para mal pero parecía que no pasaría mucho tiempo más en manos de aquellos sucios hombres. 

En cuanto aquel hombre al que no había logrado ver la cara le había dicho esto, se había dirigido con fiereza hacia los desaliñados hombres, quienes ni siquiera se habían dado cuenta, hasta que de los árboles y arbustos de sus alrededores salieron unos cinco hombres más, quienes también iban armados.

-Ionnsaigh!-gritó entonces el hombre cuya voz la había cautivado ahora con un tono aterrador, seguía sin comprender el idioma, pese a serle no del todo conocido, sentía que lo había escuchado en algún momento pero era incapaz de recordar cuando. Entonces, comenzó la lucha.

Los hombres que la apresaban, se sorprendieron por el ataque, algunos intentaron llegar a sus espadas, las cuales tenían guardadas en una de las tiendas, pero les fue imposible, ya que los atacantes se habían posicionado de tal manera que al ir a por ellas los atravesaron con las suyas. Otros, que llevaban sus espadas encima, lograron desenvainarlas, pero de poco les sirvió, pues sus oponentes estaban mucho mejor capacitados, parecían profesionales y casi sin esfuerzo lograron matar a todos. Kyla, quien seguía observándolo todo desde la lejanía, no daba crédito a lo que veía. Nunca se había visto envuelta en una situación así de violenta y mucho menos una tan sangrienta, pues la máxima violencia que había experimentado era la de matar a los conejos o los pollos cuando era hora de cocinar, algo que Diane y Caroline despreciaban, ya que lo consideraban un acto repulsivo al cual una dama nunca debería someterse. Margaret y ella siempre las imitaban respecto a ese tema y siempre acababan a carcajadas. 

-Si estuvieran aqui...-pensó-se desmayarían en el acto.

Recordar aquello la entristeció un poco, ya no volvería a compartir momentos así con Margaret y estaba casi segura de que con nadie más.

Entonces, vio que los hombres se acercaban a ella, agradeció su buen vestir y su aspecto nada desaliñado, nunca había sido una persona prejuiciosa, pero en esta ocasión no podía evitarlo. El hombre que había hablado con ella antes, quien había dado lo que le había parecido la señal de ataque, parecía tratarse del líder, y se dirigió a ella muy decidido. Ahora podía apreciar su aspecto, era muy atractivo. Era e tez bronceada y tenía el pelo algo oscuro pero nada comparado con el de ella, sus ojos eran verdes y poseían una profundidad cautivadora que invitaba a indagar en ellos y perderte en sus pensamientos. Una vez estuvo a escasos pasos de ella, dijo:

-A bheil thu ceart gu leòr?

-¿Perdón? Lo siento pero no le entiendo, señor. -dijo ella algo intimidada por su tono de voz, grave y tan profundo como sus ojos.

-¿No sabes gaélico? Lo que me faltaba.-exclamó el con una mirada de desaprobación.

-No se quien es usted, pero no tengo por qué saber lo que usted habla.

-Soy Niall McLeod y si hablo en gaélico es porque es mi lengua natal, provengo de Escocia, de la isla de Sky precisamente y mis hombres no saben nada de inglés, por lo que sí, que usted no hable mi lengua me supone un grave problema, señorita.

-Mi nombre es Kyla Woods y gracias por deshaceros de esos hombres, pero tengo un largo camino que recorrer y me gustaría que me dejaran sola, no me malinterpreten, agradezco mucho su ayuda, pero es un asunto familiar. 

Niall se rió y cuando vio que Kyla lo miraba confundida, exclamó:

-Kyla, ¿piensa usted que le he salvado por la gracia de Dios?-preguntó esperando una respuesta que Kyla no le dio- Se equivoca. Aquellos hombres intentaron negociar con nosotros hace unos días y simplemente buscábamos venganza. Que tuvieran una mujer entre ellos no me desagrada lo más mínimo. ¿Piensa usted que la dejaré libre viajar hasta Escocia? ¿A caso quiere usted que la vuelvan a secuestrar? Es muy peligroso para una mujer diambular sola.

-Siento mucho decirlo, pero ¿que le hace pensar a usted que querría viajar con ustedes?-preguntó sin esperar respuesta, pero cuando vio que Niall estaba dispuesto a hablar, prosiguió:- ¿A caso no me está insinuando que me raptará usted también? Se cuidar de mi misma y no necesito que ni usted ni nadie me diga lo que es peligroso o no, ya le he agradecido que me liberaran, pero si dice usted que no venían por eso, siento decirle que no queda ninguna deuda entre usted y yo, por lo que si me permite, voy a preparar a mi yegua para el largo viaje que me espera.-dijo esto último mientras lo desafiaba con la mirada y pasaba junto a él con aires de superioridad, cuando él la asió del brazo haciendole dar media vuelta.

El joven la miró de arriba a bajo, pero no reflejaba lujuria en sus ojos, algo a lo que Angus la tenía acostumbrada, si no que reflejaba desaprobación en todo momento. Entonces, se dio cuenta de que llevaba solamente el camisón y que probablemente no fuera lo más apropiado, pero le gustara o no a aquel hombre, era ella la que decidía lo que vestía, por lo que eso aun la enfadó más.

-Es usted una mujer con mucha osadía me parece a mi. ¿A donde se dirige, si se puede saber?

-A Escocia.

-¿Se puede saber a que parte? 

-No le importa, señor. Es un asunto familiar como le he dicho antes y me gustaría mantenerlo en privado.-espetó desafiante.

-Vaya, vaya, señorita Kyla. Esa actitud podría traerle problemas, no me gustaría que la contagiara a mis hombres. 

-Ya le he dicho que...-le interrumpió ella.

-Acepto, le dejaré libre y podrá usted emprender el viaje a donde quiera que vaya sola, pero con una condición.

-¿Con una condición?

-Sí. Si dentro de tres días no nos hemos encontrado aún, lo cual dudo, puesto que estoy bastante seguro de que volverá usted a caer en problemas. Nos encontraremos en la posada más famosa de Stirling, pregunte por Meghan y diga que va de mi parte. Una vez allí, y después de experimentar usted el haber viajado completamente sola, decidirá si prefiere venir conmigo y mis hombres, pese a no ser nada de su agrado o continúalos el viaje sola. ¿Qué le parece, acepta?

-¿Qué pasaría si no me presento allí?

-La buscaría y la mataría.-dijo con una seriedad que heló la sangre a Kyla- No lo digo en serio, no me mire así. Solamente pretenda estar allí el día acordado. Es un trato, la palabra de un escocés es muy importante y siempre se cumple, ¿qué me dice de la de una inglesa?

-Acepto, sigue pareciendome algo absurdo, espero que no retrase mi viaje. 

-Si pretende usted llegar antes, le sugiero que baje de la nube, suerte tendrá si llega el día acordado. Se le nota que no acostumbra a viajar sola. Sigue en pie mi oferta, señorita, ¿está segura de que no le interesa?

-Muy segura. Ahora permitame marcharme a por mi yegua.

-Detrás de usted.


CON UNA CONDICIÓNWhere stories live. Discover now