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Tras una larga discusión, que había consistido básicamente de quejas de Kyla ignoradas por Niall, montaron los dos en sus respectivos corceles y pusieron rumbo al campamento en el que estaban instalados Niall y sus hombres. Kyla llevaba la cara más larga que podía poner, pero era difícil mantenerse seria y dura cuando el dolor del brazo se intensificaba con cada trote del animal, sentía que el brazo se le caía por momentos y el intentar disimularlo no hacía mas que torturarle, pero no estaba dispuesta a demostrar debilidad ante él, cuando llegaran se intentaría apañar ella. 

No intercambiaron palabra durante el trayecto, Kyla cabalgaba a escasos metros tras él y Niall se giraba de vez en cuando para asegurarse de que ella continuaba allí, había intentado hablar algo con ella pero ella era muy terca y se había cerrado por completo, por lo que el hombre decidió no dañar su orgullo y adquirir la misma actitud que la mujer. No mucho más tarde, tras un rato cabalgando entre arboles bajos cuyas ramas tenían que apartar para pasar entre ellas, llegaron a un pequeño claro, no muy grande pero lo suficiente como para plantar algunas tiendas y ocultar algunas pertenencias en los pequeños arbustos que había allí instalados.

Lo primero que observó Kyla fue el fuego, se había quedado helada y necesitaba calentarse, pues aquel vestido pese a ser bonito no abrigaba y ya sabía que debía arreglarlo para que lo hiciera. Una vez atada su yegua, junto al caballo de Niall, procedió a dirigirse hacia unos troncos junto al fuego en los que estaban sentados los hombres de Niall, quienes la miraban de arriba a abajo con descaro y mala cara. Tenían aspecto desaliñado pero no demasiado, pensaba que si se lavaran mas a menudo y se cortaran aquellas barbas serían todos mucho más atractivos, pues ninguno de ellos parecía mayor de cuarenta años. Finalmente, haciendo caso omiso a sus miradas, se sentó junto a un hombre que afilaba su espada muy concentrado, la miró atentamente, pero no dijo nada y prosiguió su tarea, ella se disponía a decir algo pero entonces recordó lo que le había dicho Niall: sus hombres no hablaban inglés, por lo que decidió callarse y simplemente acercar sus manos al fuego lo máximo posible sin llegar a quemarse. 

Las horas pasaron y fue entonces cuando llegó la hora de la cena. Algunos de los hombres habían salido a cazar y habían conseguido un ciervo, lo comían con ansia y a Kyla le pareció algo desagradable. Ella no estaba acostumbrada a que comieran así, en su casa siempre se había comido en un plato y le habían enseñado buenos modales, por lo que cuando el hombre con el que se había sentado antes le ofreció un trozo de carne con la mano, se sobresaltó, pero no tuvo más remedio que agradecérselo con una sonrisa. Buscó a Niall con la mirada, no lo había visto desde su llegada y le parecía algo absurdo estar ahí por su supuesta protección y que el hombre que era el encargarlo de hacerlo no estuviera presente. Tras acabarse el trozo de carne, que acabó resultando mucho mejor de lo que parecía, y cuando creía conocer algunos nombres de los hombres tras haber escuchado atentamente su conversación mientras cenaban, decidió ir a hacerle una visita a su yegua, ella tampoco estaba acostumbrada a aquel ambiente y estaba preocupada por ella, esperaba que la trataran bien. Cuando se levantó, los hombres fijaron su mirada en ella, pero para no alarmarles les dirigió la mejor de sus sonrisas y se disculpó gesticulando lo mejor que pudo. Una vez se había alejado lo suficiente escuchó a los hombres cuchichear, pese a no entender su idioma, le pareció curioso que aquel gesto fuera inocultable. 

Se dirigió a donde descansaban los caballos, había cinco caballos y Blue, algo que le sorprendió, pues había allí siete hombres y lo habitual era que cada uno llevara al suyo, pero decidió no darle importancia a un detalle tan simple y se acercó a Blue, su confidente, su fiel amiga. Cuando la yegua la olió giró su cabeza hacia ella y acercó su hocico a su mano para que la acariciara, y así lo hizo Kyla.

-¿Te están tratando bien, pequeña?-dijo mientras la acariciaba lentamente- Siento que estemos aquí, es en parte por mi culpa, pero te prometo que no dejaré que te pase nada, ¿vale? No creo que estos hombres vayan a hacernos nada malo, pero si eso ocurriera debes de volver a casa para que Margaret lo sepa. 

Kyla se separó y se dio la vuelta mirando al cielo, en el que se veían las estrellas que brillaban con más intensidad en aquella parte del bosque.

-¿A quien pretendo engañar?-dijo girando de nuevo hacia el animal- Nos tienen secuestradas, seguramente nos vendan, a mi como esclava y a ti como.... ¡yegua, obviamente! Me estoy volviendo loca, ¿crees que deberíamos huir? Se que le di mi palabra a ese terco escocés, pero me importa bien poco su opinión, me parece que se cree superior a mi, cree tener algun tipo de autoridad sobre mi. 

Blue le dio un golpecito en el brazo reclamando atención y Kyla soltó un fuerte quejido de dolor.

-¡Blue! -gritó espantando al animal- Lo siento, lo siento-dijo ahora con un suspiro- Mejor me marcho. Buenas noches, preciosa.-dijo besando a su preciada amiga, quien pese a no entender nada le daba apoyo moral, como ella lo llamaba.

Se dirigió de nuevo a donde estaban los hombres. Ni rastro de Niall. Había aprovechado el camino de vuelta para buscarlo sin mérito alguno, lo que le pareció muy extraño. Comenzó a asustarse, pues él era su medio de comunicación allí, el único que hablaba su idioma. Sonrió a los hombres y se sentó junto a ellos, escuchando de nuevo una conversación que no entendía, así que poco a poco se le cerraban los ojos, y fue entonces cuando sintió que alguien la agarraba del brazo y ella gritó como nunca, sentía como si mil cuchillos atravesaran a la vez su hombro. Fue entonces cuando todo se volvió negro.

CON UNA CONDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora