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Era una mañana muy especial para Kyla, después de tantos años creyendo que su madre estaba muerta, iba a conocerla al fin. Kyla había dormido especialmente bien esa noche, por increíble que le pareciera, había conseguido alejar todo pensamiento sobre Niall y lo que le había confesado, pues no tenía tiempo ni fuerzas para pensar en ello. No estaba segura de por qué le dolía aquello, le había mentido, sí, pero no era nada diferente a lo que había estado haciendo su familia e incluso Margaret durante años, pero por alguna razón, pensar en él y cómo lo había dicho hacía que algo dentro de ella entrara en alerta. No quería pensar en ello, lo del lago había sido mágico, pensaba que también lo habría sido para él pero ya no estaba segura, tenía la sensación de no poder confiar en nadie, deseaba con todas sus ganas hablar con su madre y su abuelo y tener de una vez por todas las respuestas de todas y cada una de sus preguntas.

Una vez recogido todo el campamento, pusieron rumbo a Dunrobin finalmente. Fue un camino silencioso, lo necesitaba para aclararse. La mayor parte del cual estuvo por el final del grupo, Niall estaba al frente y no tenía especialmente ganas de plantarle cara. En algún momento se sorprendió a si misma intentando buscar su mirada, pero no lo consiguió, el hombre estaba muy concentrado en su misión.

-Nos acercamos a Dunrobin, -dijo Ewan pasando por su lado disimuladamente- el señor la reclama al frente.

Escuchar eso hizo que le diera un vuelco el corazón, estaba en Dunrobin, finalmente. Tenía sentimientos encontrados, pues aun estaba triste de haber dejado Melrose pero este era realmente su lugar, su hogar y estaba deseando conocer cada uno de sus rincones. Como una niña pequeña, miraba todo a su alrededor intentando quedarse con cada detalle, intentando memorizar cada cara. Era un lugar precioso, verde y con muchísimos colores, la gente parecía muy alegre y puesto que ella y Niall lideraban el grupo de hombres, todos se les quedaban mirando. Entonces una niña llamó la atención de Kyla, la miraba con una gran sonrisa y entonces se giró hacia su madre diciendo:

-¿Es ella? ¿La hija de la señora Aileen?

-Sí, cariño. Por fin la tenemos aquí. -respondió la madre mirando a Kyla con orgullo.

Entonces Kyla les dirigió una sonrisa y se giró hacia Niall:

-¿Saben quién soy? ¿Por qué me conocen?

-Ya se lo dije ayer. Sabe quien son su madre y su abuelo. Es más, el parecido con su madre es innegable.

-¿Qué ha sido de lo de tutearnos?

-Creo que en nuestra conversación de ayer fui claro.

-Pues no, siento decirle que no, señor MacLeod.

-No me llame así.

-¿Por qué? ¿Pretende que le tutee cuando usted mismo no lo hace conmigo? No va a ocurrir.

-No estoy para juegos, lo siento. Pretendo cumplir la promesa que hice a un buen hombre, eso es todo.

-Tranquilo, me ha quedado claro que lo único que le importa a usted es no defraudar a aliados, porque eso es todo para usted ¿verdad? Las personas dan igual, se les puede mentir. -dijo sintiendo como se le iba quebrando la voz, por lo que giró la cara intentando evitar que un momento tan importante fuera arruinado.

-Kyla...yo...-susurró Niall con la mirada baja, se sentía fatal por lo que estaba pasando, pero sentía que no podía hacer otra cosa, ese era su deber y estaba dispuesto a sacrificar lo que fuera que sintiera cada vez que esa mujer se le acercaba.

-¡NO ME LO PUEDO CREER! Es verdad lo que comentan, eres igualita a Aileen. -exclamó una voz entusiasmada.

Kyla miró hacia donde procedía la voz. Se trataba de una mujer alta y robusta, llevaba sus cabellos anaranjados recogidos en una larga trenza, vestía con pantalones y llevaba un arco en la mano. Caminaba arrastrando su peso, por eso y por su aspecto parecía que viniera de cazar o algo parecido, no supo por qué en ese momento pero la mujer le cayó realmente bien.

CON UNA CONDICIÓNKde žijí příběhy. Začni objevovat