Capítulo 8: Sin nombre, sin pasado y sin esperanza

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−Claro que tengo derecho a hablar de ese gusano cuando me dé la gana−golpea la pared a mi lado, furioso−Además era un idiota...−toma un mechón de mi cabello.

−¡Era tu hermano maldito imbécil!−grito completamente enojada.

Bastian tuvo dos hijos; Max y Alec.

Mi mejor amigo siempre fue el favorito, el niño mimado y la adoración de Bastian (difícil creer que ese tipo pudiera querer a alguien, pero cierto) hijo también de Amalia, el amor de la vida de Bastian Petrov y la hija de uno de los grandes jefes de la mafia rusa. Pero Max era hijo de una de las prostitutas del burdel, él nació y creció aquí, rodeado de todo esto, nunca fue realmente malo, solo estaba confundido. Él y Alec se criaron juntos sabiendo que eran medio hermanos, hasta unos meses después de haber llegado al burdel noté cómo se creó un abismo entre ambos y luego Max nunca volvió a ser el mismo, convirtiéndose en alguien tan roto y trastornado como yo, pero él prefiere usar los puños, yo las palabras.

−¡¿Y eso qué mierda importa?! −grita pegando su rostro al mío.

−Él te quería, y tú...−mi voz se quiebra.

De alguna forma aún no puedo dejar que aquellas palabras salgan de mi boca. Sólo harían todo más real.

−Lo maté−completa por mí.

Un gemido de dolor se escapa de mí, contengo las ganas de llorar, no voy a quebrarme frente a él.

El nudo en mi garganta duele, el pecho me quema y mi nariz pica. La cabeza se me va a estallar en cualquier momento.

−¡Cállate! −grito con todas mis fuerzas. Pero él sigue repitiendo aquellas palabras una y otra vez.

Destrozando todo lo que Alec un día había llenado con su luz.

Caigo de rodillas tapando mis oídos con mis manos para dejar de escuchar aquellas palabras que arremeten violentamente con mi ya de por sí trastornada mente.

−¡Cállate! −grito una y otra vez tratando de opacar su voz. Pero es inútil. El puñal ya fue clavado y ahora me desangro.

Estoy tan sumida en el dolor que apenas si escucho un fuerte golpe a mi lado derecho. Al levantar la mirada encuentro al Ken moreno sosteniendo a Max por el cuello.

Se ve realmente molesto y Max se nota indefenso, casi no llega a tocar el suelo.

−Vete ahora mismo−le ordena de manera fría, muy parecido a Bastian.

−Esto no ha terminado−anuncia mientras el chico lo suelta y se pierde en la esquina del pasillo.

Cuando lo pierde de vista su mirada se encuentra con la mía.

−¿Puedo...?−pregunta y yo asiento sin saber muy bien por qué o qué es lo que pregunta.

De inmediato se arrodilla frente a mí y en un abrir y cerrar de ojos estoy entre sus brazos. Tardo algunos segundos en responder, pero finalmente termino por aferrarme a él como si fuera el único bote salvavidas en medio de un naufragio.

El dolor no se va, pero tampoco aumenta, sólo estoy ahí y se siente bien, siento paz y algo muy parecido a la calidez y al cariño. Y puedo percibir por cómo me estrecha contra él que siente lo mismo que yo y quizá un poco más.

De repente me pregunto por qué lo estoy abrazando. Pero decido que puedo preocuparme por eso después. Ahora solo necesito un respiro para luego volver al campo de batalla.

Pasamos largos segundos aferrados el uno al otro hasta que decido que puedo volver a levantarme y ceñirme con mi armadura. Pero entonces mientras me alejo un poco decide mirarme a los ojos y mis planes parecen correr peligro, porque es tan intenso, y hay tanto amor y bondad en su mirada que es difícil no perderse en el azul de su mirada.

−¿Mejor? −pregunta en voz baja. Como si hablara con un animal herido.

Asiento lentamente y me pongo de pie de nuevo. Él imita la acción y quedamos frente a frente, pero ahora debo mirar un poco hacia arriba ya que me lleva una cabeza de alto.

−¿Puedo preguntar qué fue todo eso? −es precavido y parece cuidar cada palabra.

Sé que hace unos minutos había dicho cosas horribles sobre él, pero ahora he decidido que es una buena persona, y que por más que esa dualidad entre la luz y el peligro que irradia me atraigan, no voy a involucrarlo en nada que pueda dañarle. Por alguna extraña razón quiero alejarlo.

−No tengo pasado, no tengo alma y mucho menos esperanza, así que aléjate de mí y haz de cuenta que nunca me has visto−le pido (casi imploro) mientras doy pequeños pasos hasta que mi espalda choca contra la puerta.

Doy media vuelta y entro sin dejarle responder.

...
Tengo un conflicto interno respecto a Theo, ¿Ustedes también? ¿O soy la única? 😓

Jardín de mariposas (Golden Souls #1)Where stories live. Discover now