Capítulo 32: Valientes

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El nuevo lugar es muy grande, mucho más que el de antes.

Paso la noche ahí, se siente frío y oscuro.

Max regresa a la mañana siguiente y entra sin pedir permiso.

−En el baño hay ropa, un guardia vendrá por ti en media hora−se va sin decir nada.

Cierro la puerta y entro al baño.

La ropa es elegante, pero para nada sensual, algo sospechoso, creo que saldremos del burdel.

Un pantalón clásico negro de tiro alto, una camisa blanca, stilettos negros de charol y un abrigo de cuadros en gris, negro y rojo.

Supongo que las lentejuelas no son apropiadas para el lugar al que iremos.

Al terminar de vestirme me peino con una coleta alta y labios rojos.

Justo cuando termino Kena toca la puerta.

Abre sin permiso también y me sonríe al entrar.

−¿Qué tal está Theo?−pregunta.

−Despertó ayer en la mañana, Flinck dice que estará bien, pero supongo que ya lo sabes...−le doy un rápido abrazo notando la maliciosa sonrisa en su rostro.

Sólo quería hacerme hablar de él...

−Petrov te espera, mañana será tu gran día, hoy no se abre el Golden−anuncia.

−Será un largo día entonces−suspiro y salgo de la habitación hacia la oficina de Bastian.

Conozco este lugar bastante bien, no es difícil encontrar el camino hacia la oficina de Petrov, el primer sótano es un laberinto de lo que parecen ser interminables pasillos, pero en realidad si se le conoce lo suficientemente bien terminan siendo buenos atajos.

Al llegar me sorprende ver a Val sentada en el sillón.

Lleva un bonito vestido blanco hasta la rodilla, un abrigo rosa pálido y tacones de aguja color crema, su maquillaje es suave, y lleva el cabello suelto con unas bonitas ondas.

También está sorprendida de verme.

−¿A dónde iremos?−pregunto mientras tomo asiento en la silla frente al escritorio.

−Pasaremos la noche fuera−responde mientras firma una hoja, parece un contrato.

−¿Por qué?−siento curiosidad, nunca he pasado la noche fuera con él.

−Hay mucha gente que quiere conocerte y otros viejos amigos que están esperando verte de nuevo−cierra la carpeta de color negro y la guarda en un cajón bajo llave.

−¿Y para qué quieres a la rubia?−me intriga saber que habrá tantos hombres, y me preocupa la pequeña rubia.

−Será mi acompañante−sonríe de medio lado, levanto una ceja incrédula−Descuida, no planeo compartirla−le guiña un ojo a la rubia.

Dios, por favor, que sea verdad

−¿Y para qué una acompañante si estaré yo ahí?−inquiero, tratando de persuadirlo de llevar a la rubia−Sin ofender−me dirijo a ella, que se mantiene seria, vuelvo mi mirada a Bastian.

Sonríe tanto que comienza a desesperarme.

−Tú eres demasiado... Poderosa para estar a mi lado, quiero a alguien sumisa, tierna, y obediente, como Val−habla como si la rubia fuera una especie de musa. Espero que no se esté encariñando con ella.

−Tienes razón, pero si uno de tus amigos intenta pasarse de listo le rompo el cuello−advierto.

Haberla visto tan vulnerable y luego tan llena de confianza hoy hizo que algo en mí despertara, como si supiera que ella sería alguien importante, como el día que Kena rompió la primera regla.

−Vamos−camina hacia la puerta, Val se levanta, las manos le tiemblan.

−Si les demuestras miedo te comerán viva−le digo mientras cierro la oficina.

−¿Cómo puedes no tener miedo?−susurra frustrada.

−Nunca dije que no tuviera miedo−con la mano en su hombro le indico que se apure.

Al salir del burdel el sol lastima mis ojos, pasó más de una semana antes de que pudiera salir, después de un rato me acostumbro. A la rubia no parece afectarla tanto.

Petrov les permite salir al menos una hora al día para que tomen el sol, algunas trabajan en el invernadero dónde Bastian tiene algunas plantas extrañas traídas de todas partes del mundo que soportan el clima de Londres.

El camino hacia el centro se hace eterno, pero no vemos nada, yo conozco cada parte del camino, pero supongo que Val no, así que las ventanas se oscurecen y nos dejan en penumbra algunos minutos hasta que estamos cerca del centro.

−Llegamos−anuncia Petrov.

Se baja y ayuda a Val, es una caballerosidad ensayada, puedo ver cuánto miedo le tiene a él, y eso lo hace feliz.

Yo por mi parte bajo del otro lado y cierro de un portazo. Rodeo el auto y me encuentro con el ceño fruncido de Bastian Petrov.

−Dijiste no me necesitabas a tu lado, puedo bajar y caminar por mi cuenta, después de todo Kena sigue encerrada en tu asqueroso burdel, no tengo opción−suspira y entramos a un elegante restaurante.

Pasamos todo el día de reunión en reunión, yo fingiendo que estoy feliz de volver al Golden Club y Petrov presentándome como un trofeo, Val permanece al margen de todo, un par de veces bastó con lanzar una mirada asesina para alejarlos de ella.

Bastian cumplió con su palabra.

...
Hoy es miércoles y hay doble actualización...
Porque hoy es mi día feliz
Y subo el primero a esta hora porque acabo de terminar otro cap y no sé cómo seguir con mi vida 😗

No olviden lavarse las manitas 💛✨

Jardín de mariposas (Golden Souls #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora