Capítulo 40: Momentos eternos

60 9 6
                                    

Cопротивляться маленькая бабочка−susurro para mí misma, recordando las palabras de Max, recordando el peso de las palabras escritas sobre el trozo de papel que está sobre mi cama.

−Liah... lo siento−dice él.

−Vete−es lo único que digo mientras limpio las lágrimas que han salido de mis ojos. Los sentimientos me ganaron.

No es su culpa pensar mal de Max, yo misma lo odié durante varios años a pesar de conocer su vida, a pesar de compartir una historia con él. Pero sí lo culpo por creer que tiene derecho a suponer cosas sobre mí, y por creer que yo dejaría que alguien le hiciera daño a Kena cuando me he partido el trasero tratando de protegerla, a veces he llegado tarde, pero llevo años intentando protegerla aunque sea yo quien salga lastimada muchas veces, y no me arrepiento, pero si no sabe nada de nosotros y nuestra historia no tiene derecho a emitir juicios que no le corresponden.

−Lo lamento−se acerca, pero yo retrocedo.

Puedo ver la decepción en sus ojos. De nuevo hay una tormenta en ellos y un abismo entre nosotros.

−Si supiera que puedo confiar en ti lo haría, pero no es el caso, debo proteger a los míos−le explico intentando que mi voz no suene tan fría.

De la misma forma que juzgo a otros seré juzgada, así que quiero creer por un momento que él sabrá comprender mis razones para dejarlo fuera de esto.

−Pero...

−Tú ocultaste durante dos años que Val es tu hermana, y no te juzgo por eso, intentabas protegerla. Así que de la misma forma yo estoy cuidando a mi familia, no te metas y no digas nada, imagina que esta noche terminó cuando bajé del escenario−abro la puerta para que se vaya.

Intenta decir algo más, pero es inútil. A menos que demuestre que daría la vida por acabar con todo el negocio de su jefe, no lo involucraré, perdí a demasiadas personas inocentes la última vez, no quiero repetir la historia de nuevo.

−Una última pregunta y te dejaré en paz−dice con aire de derrota.

−Dispara−respondo sintiendo que mi pecho se comprime ante esa mirada de tristeza y culpa.

−¿Qué tanto te dijo mi hermana?−su voz suena más ronca y profunda.

−Todo−respondo recordando a la rubia llorar mientras me contaba su historia. Petrov pagará todo lo que le ha hecho a ella y a todas las que han tenido que entrar a este infierno.

Creo que su corazón ha hecho corto circuito, y supongo que si lo pregunta es porque ella nunca le ha contado nada. Y no la juzgo, él no podría entender todo el dolor que se esconde entre las sombras de lo que fue, de lo que ahora es y de un futuro incierto que solo augura cosas mucho peores para ella.

Val me dejó ver lo que había detrás de la chica rubia, se quitó la máscara y me mostró cada una de sus heridas, todas sangrando aún, pero con la esperanza de que un día se conviertan en insignias de guerra. Su vulnerabilidad y transparencia le abrieron la puerta a mi corazón, no porque su historia sea violenta y triste (todas aquí han sufrido) fue algo que iba mucho más allá del dolor; fe.

Quizá su hermano ha sufrido mucho aquí, pero estoy segura de que ni siquiera en sus más espeluznantes pesadillas ha visto los horrores a los que su pequeña hermana ha sido sometida. No está listo para tanto dolor, nunca, ni en millón de años lo estará. Ella me contó su historia porque dentro de ella sabía que yo podría entenderla, que sabría guardar para mí sus secretos más oscuros, y no la defraudaré.

−No me pidas que te cuente, si ella no te ha dicho nada es su decisión y pretendo respetar ese deseo, y te advierto que no la presiones, lo único que puedo decirte es que no estás listo para saber su historia, y ella tampoco está lista para quitarse la máscara delante de ti, pero no te equivoques, está rota pero es fuerte, no se ha derrumbado aún y dudo que lo haga algún día−intento controlar mi voz tanto como puedo y le indico con un ademán que salga.

Veo a Theo irse, no sólo físicamente, lo que sea que estuviera comenzando entre nosotros se ha roto.

Al cerrar la puerta voy a la cama. Y me permito pensar en mis fantasmas del pasado, comienzo con J.

Casi he olvidado cómo suena su voz, aunque después de diez años seguro ha cambiado por completo, recuerdo el color de su cabello, a veces parecía un sol, otras un día nublado, y sus ojos, siempre era como mirar el cielo en primavera, cuando todo florecía y no había nada en el mundo mejor que estar junto a él. Lo extraño cada día, pero no me arrepiento de no estar junto a él, merecía una vida feliz, y creo que la tuvo, espero que sí.

Mis recuerdos me llevan a Beth y George; dos ancianos con corazón de niño.

Mi hermosa Beth, antigua maestra de canto y bailarina de ballet, me enseñó todo lo que sé, y me dio más amor del que creí merecer.

El buen George, director de ópera retirado y el hombre más amoroso que he visto jamás. Miraba a Beth de la forma en la que todos desearían ser vistos, más allá de la piel, él amaba su alma y todo lo que ella era, incluso cuando ella estaba enojada el brillo en los ojos de su esposo nunca lo abandonó.

Recuerdo que murieron abrazados, junto a mí, debajo de un puente que hace varios años fue derrumbado, fue una noche fría, demasiado para un par de ancianos con una salud deteriorada. Ni la muerte pudo quebrar su amor. Si pudiera amar a alguien quisiera hacerlo de esa forma; sincera, apasionada e incondicional.

Nunca olvidaré sus palabras antes de irse a dormir; Te amamos más que a nada en el mundo, mi hermosa niña sin nombre.

Supongo que ellos presentían que no despertarían, yo también lo sentí cuando ambos me dieron un beso en la frente.

Aquellas palabras se quedaron talladas a fuego en mi alma. Ese era el tipo de amor que todos deberían recibir, fui afortunada de compartir con ellos, de ser parte de sus vidas y de aprender todo lo que una niña puede aprender de dos almas nobles.

Luego mi mente viaja a Alec, no a nuestro primer encuentro, más bien al primer momento donde supe que él sería alguien importante para mí, más de lo que quería admitir.

Estábamos en el invernadero de Bastian, le rogó que me dejara ir con él, Petrov nos envió con dos guardias (yo ya había intentado escapar muchas veces).

Recuerdo que sin querer quebré el tallo de una flor y me largué a llorar, tenía miedo de que su padre me fuera castigar por eso, acababa de salir de una semana en los calabozos, no quería estar ahí de nuevo. Alec tomó la flor y le ató un palillo al tallo para estabilizarla y luego me miró con sus preciosos ojos amarillos, sonrió y me dio un abrazo.

Si él podía sanar aquella flor entonces quizás, sólo quizás también podría hacerlo conmigo, cuando regresamos unos días después y flor estaba curada de la fractura supe que ese chico tendría un gran trozo de mi corazón.

Voy a resistir, lo prometo. Y nunca más podrán dañar a mi familia, me aseguraré de eso.

...
Guenos días!
Este es sin dudas mi capítulo favorito hasta ahora, ver parte de lo que hay detrás del pasado de la chica sin nombre me hace sentir nostalgia. Y todavía sigo impaktadah con la cachetada que le dió a Theo 😂

Por otra parte quiero hacerle el regalo de este cap a la fans #1 de esta historia, Bebé Nas feliz cumpleaños adelantado, eres pura luz 🔥

Jardín de mariposas (Golden Souls #1)Where stories live. Discover now