Capítulo 61: Jordan o Hope

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Necesito aire.

Theo lo nota, y con sigilo toma mi mano y me lleva a un rincón apartado del bullicio y todo el caos por la fuga de mi hermano y su novia.

El dolor en mi pecho se hace casi insoportable.

Este es un no de esos momentos donde amar tanto a alguien lastima, es ese momento donde desearía quererlo un poco menos, para que esto que me está haciendo pedazos no me hiera tanto.

Pero cuando el ojiazul está por agacharse frente a mí su radio suena, y aunque vacila termina por irse.

Sonrío sin gracia y una lágrima caliente y salada se cuela por mi boca.

No me duele haberle dicho adiós, duele aquella mirada fría, indiferente y rencorosa que me decía a gritos que soy un monstruo.

¿De verdad soy así de mala? ¿Me he convertido en un monstruo igual que Bastian?

−No eres un monstruo, eres mi amiga, eres la chica que ha recibido miles de golpes por mí, la guardiana de los peores secretos, la esperanza de cientos de chicas y la única que puede hacernos sonreír ante el caos−la pelirroja me abraza.

No lloro, no grito, ni siquiera me muevo.

Sólo veo a todos correr de un lado a otro mientras las palabras de Kena se repiten sin parar en mi memoria.

Creo que cuando nos hundimos necesitamos a alguien que nos recuerde quiénes somos, que ahuyente a los fantasmas y encienda una luz en la oscuridad. Pero Kena no enciende luces, ella sola puede encender una hoguera.

−Puedo hacerlo−respiro profundo y limpio el rastro de la única lágrima que logró escaparse.

−Siempre puedes−responde aún en el suelo.

Cuando todo acaba unas horas después y Bastian se ha ido a su casa la pandilla irrumpe en mi cuarto.

−Creo que tu hermano nos odia−dice Max recostando su cabeza en mi regazo.

−¿Tu hermano?−preguntan Theo, Kena y Val sin esconder su sorpresa.

−Sí... tuve una vida antes de entrar aquí...−digo jugando con el cabello de Max para ocultar el temblor de mis manos, hablar de J me hace recordar a nuestros padres, y no quiero recordarlos.

Ya es suficiente con las pesadillas que me atormentan.

−Hablando de hermanos...−dice Max para cambiar de tema−Alec me pidió un contrato que firmó mi padre con el ministro ruso que estaba con Sabba, no sé para qué lo quiere, pero dice que es importante−todos le prestan atención, sorprendentemente olvidando el tema de mi hermano, lo cual es todo un alivio, pero al mismo tiempo también me intriga saber sobre ese contrato.

−Necesitamos encontrarlo lo más pronto posible−dice Kena uniéndose a la conversación.

−Yo podría...−comienza a decir Val.

−Ni lo sueñes−la corta su hermano con firmeza.

−Puedo hacerlo, quiero ayudar−se queja la rubia sentándose de golpe junto a mí.

−No lo creo...−dice él en un tono más suave.

Si supiera por lo que su linda hermana ha pasado no diría eso. De hecho la enviaría directo a buscar el dichoso papel ahora mismo confiando en que ella no es de cristal, porque es una mariposa con alas de titanio.

−Ella puede−le digo dedicándole un asentimiento a la rubia que lo recibe con una tímida sonrisa.

−Yo puedo hacerlo por ella−el moreno está bastante obstinado hoy.

Jardín de mariposas (Golden Souls #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora