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—Per-fec-ta— Nathaniel había salido de la habitación de Alexy, vestido y maquillado. Se paró en frente de su amigo; muy nervioso, bajó la mirada y se sobaba el brazo con su mano.

—¿Crees que me veo así de bien?— preguntó sintiéndose estúpido; como una quinceañera que va a recibir su primer beso, realmente patético.

—Te ves muy linda Nathalia—Alexy le sonrió — Gira para verte mejor.

Hizo caso y giró sobre si, levantando levemente los vuelos del vestido azul que estaba puesto. Llevaba unos pequeños tacones, y su maquillaje no muy cargado. El vestido tenía un descote en el cuello que dejaba a la vista sus lindas clavículas y como el vestido era un poco cargado disimulaba muy bien su falta de pechos, y la forma en que la tela se levantaba en su trasero, era definitivamente hermoso.

—Es que realmente pareces una chica— se llevó las manos a su rostro, aún sorprendido— si fuera heterosexual tú serías mi prototipo de chica definitivamente, eres realmente bella.

Tras unos cuantos halagos más se encontraba en la puerta a punto de salir a su cita, ¡vamos Nathaniel, no puedes rendirte al final! Se animó.

—Recuerda que no debes demorar— le recordó por milésima vez Alexy.— Debes tener cuidado, hablar pensando para que nada te delate, actuar como una señorita, y solo conseguir lo que quieres ¿ok?

Nathaniel abrazó a su amigo; Alexy le ayudó el día de hoy, ya que Armin seguía durmiendo tras haberle enviado el mensaje.

—Estaré bien.—prometió, envolviendo en un abrazo al peliazul.

»»»»»»

Llegó a la hora exacta. Caminó buscando al pelirrojo al frente de «Sweet» un lugar donde vendían caramelos y en el que habían quedado de acuerdo en encontrarse.

Lo miró a lo lejos frente al local. Estaba moviendo sus pies muy nervioso, miraba de lado a lado; buscándola.

El corazón le empezó a latir al verlo, era la primera cita de Nathalia, y era con quien menos lo haya esperado; Castiel, el chico que alguna vez fue su mejor amigo. ¿Por qué estaba tan seguro que no lo iba a reconocer?, prácticamente crecieron juntos... No, Castiel no merecía que lo engañe de esa forma y si se entera su reacción no va a ser buena.

Empezó a frustrarse y la preocupación lo invadió, se acobardó por completo y encontró la solución mas lógica; correr. Pero a lo que lo iba a hacer, lo detuvo esa mano fría debida al metal que reposaban en aquellos dedos, y prácticamente su sangre se heló, giró para verlo; estaba sorprendido igual que él, pero rápidamente su expresión se aliviano y bajó su mano.

—¿Nathalia?— preguntó con la voz ronca, grave y muy masculina que poseía. Enseguida se incorporó y le sonrió.

—Sí, soy yo... Un gusto Castiel — extendió su mano y el pelirrojo la apretó gustoso.

—Creí que no vendrías— llevó su mano detrás de su nuca, aún recuperándose de los nervios.

—Que poco me conoces— rió, nervioso; mucho más que el pelirrojo.—¿Nos vamos?

—Claro— le sonrió.

»»»»»»

—¡Maldito cabrón, hijo de puta!— la rubia estaba insultando a diestra y siniestra, haciendo que las personas regresaran a ver curiosos la raíz de aquellos gritos.

Se encontraban en la sala de juegos y habían elegido uno en el que debías matar a zombies para evitar lógicamente que comieran tu cerebro. Nathalia era realmente mala, tenía diez vidas de las cuales ya perdió ocho y ni siquiera pasaba las instrucciones para pasar al primer nivel.

(Nath)alia「casthaniel」Où les histoires vivent. Découvrez maintenant