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Estaban sentados en la sala de cine, con dos gigantes porciones de palomitas de maíz, nachos, y dos vasos enormes de gaseosa. Estaban esperando que la película empezara. «Aquaman» estaba de estreno y ninguno de los dos la había visto. Estan recién en los créditos y Nathalia ya estaba comiendo las palomitas a grandes puñados. Castiel miraba a la chica de reojo, esta disfrutando de su compañía, no podía pedir más.

Todo transcurrió de manera normal, era una película realmente buena o eso decían las críticas, no podían saberlo ya que ambos no la estaban mirando. Estaban luchando internamente en cual sería el siguiente paso y es que la comida se había acabado y la tensión estaba presente en el ambiente. Nath... no sabía que pensar de todo esto, los latidos no habían parado desde que salieron de los juegos y poco a poco empezaba a sudar, movía las rodillas nervioso, esperando que Castiel le pasara el brazo por encima de sus hombros, ¿por qué estaba esperando eso? Ni siquiera él podría imaginar una respuesta.

Castiel por su lado se debatía mentalmente en que si debía abrazarla o no ¿sería muy arriesgado? Era su primera cita, su primer encuentro cara a cara, sería demasiado abusivo si hiciera eso, pero ella se lanzó a sus brazos en el patio de juegos, ¿aquello era una señal? ¿no le molestaría que lo hiciera?, se estaba preocupando de sobre manera y es que quería con todas sus fuerzas no cagarla; no con ella.

Lo minutos pasaban y ambos no decían nada, el sonido de la película opacaba hasta sus pensamientos.

Los latidos de Castiel se aceleraron cuando se decidió en rodearla con su brazo. Arriesgado; pero si no sacrificas no ganas. Levantó el brazo y no era tonto para no saber que Nathalia ya se había dado cuenta, no sabe si fue real pero vio una pequeña sonrisa en los labios de la rubia, tal vez esté un poco imbécil que imagina cosas donde no las hay. Tembló al bajar su brazo por detrás de la cabellera rubia y ella se inclinó hacia adelante dándole paso, el pelirrojo se tranquilizó, ya no había problema. Una vez abajo su brazo, abrazó a Nathalia y ella se inclinó a él recostando su cabeza en su hombro. Los nervios estaban presentes a todo momento por parte de los dos, pero se sentían contentos, no dijeron nada; no había nada que decir. Cada vez Nath se apegaba más a él, y Castiel atraía el delicado cuerpo de la chica más a su costado. Sus espacios personales fueron invadidos por el otro, pero nunca se sintieron tan a gusto con aquello.

La película terminó con Nathalia recostada y Castiel rodeándola, no se separaron hasta que prendieron las luces, se sonrieron avergonzados y salieron del cine.

Caminaron un poco más, visitando la librería y la tienda de instrumentos, el reloj marcaba las 17:06 pm, y los dos se miraron; el día había acabado.

Castiel acompañó a Nathalia a su casa que se encontraba "casualmente" en el complejo departamental de Alexy y Armin.

Llegaron a la puerta y de verdad no querían despedirse.

-Bueno... - comenzó a hablar el pelirrojo sin saber que decir- Gracias.

No sabia que más hacer o decir, sus anteriores citas eran para besarse o solo coger, nunca había tenido una como esta; y le encantó, tal vez fue por Nathalia, solo tal vez..

-Gracias a ti- se removió nervioso al sentir la mirada gris del más alto puesta en él.- Este día fue... genial.

-Para mi igual- eran dos chicos tontos, evitandose la mirada del contrario.

-¿Quisieras salir otra vez?-preguntó el pelirrojo caminando más cerca de Nathalia.

-Sí-no lo pensó dos veces antes de responder-Digo... me encantaría- los nervios aparecieron agitándolo más fuerte, pensaba que era solo por Nathalia por el hecho de que había salido como ella, pero no, era algo mucho más que solo eso.

(Nath)alia「casthaniel」Where stories live. Discover now