(Nath)alia「casthaniel」

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—¡Lysandro!— Castiel le había gritado en medio del salón ganándose las miradas curiosas de sus compañeros que se encontraban ahí. Recorrió la clase con la mirada encontrando a su amigo sentado junto a Sucrette y Armin. Se acercó, ya no con tantos ánimos que antes, le parecía extraño.

—¿Castiel?— los chicos alzaron la mirada al pelirrojo— Ahora estoy ocupado en receso hablamos ¿bien?— Lysandro le sonrió a modo de disculpa y Castiel salió furioso del salón.

Caminaba con el ceño fruncido por los pasillos, aún  faltaba un poco de tiempo antes de que las clases comenzaran y es que había venido temprano cuando vio un anuncio de una competencia de bandas musicales en la ciudad.

Caminando cerca de la jardinería oyó que alguien estaba discutiendo y se acercó para escuchar mejor.

—¿¡Quieres terminarme!?— por aquel tono irritante de aquella voz, supo que se trataba de Melody.—Nath, llevamos más de un año juntos— las lágrimas salían sin control de los ojos celestes de la chica.— ¿¡Sales con alguien más!? ¿¡Es eso!?

Nathaniel estaba al frente de ella, no decía nada, ¿sale con alguien más? Tal vez no esté saliendo, pero su corazón le pertenece a Castiel, no puede seguir fingiendo con Melody... Irónico.

—Me gusta alguien más — respondió bajo, pero el pelirrojo alcanzó a escucharlo.—Gracias por todo este tiempo, pero no quiero lastimarte, así que es mejor que terminemos.

La chica balbuceó incoherencias y se retiró con la mirada gacha, golpeando a Castiel cuando pasó por su lado.

El pelirrojo se acercó a Nathaniel. El rubio alzó la mirada al chico pero la desvió al momento.

—¿Escuchaste?— preguntó sentándose en el suelo que era cubierto por hierba.

—Sin querer— encogió los hombros —¿Es verdad eso que te gusta alguien más? — ladeó una sonrisa.

Era verdad.

Eres tú.

Tú le gustas.

—¿Te importa saberlo?— contestó abrazando sus rodillas.

Castiel botó aire pesadamente para sentarse a su lado.

—La verdad no, no tienes que decirlo si no quieres — Nathaniel quería abrazarlo, besarlo, hacerle saber que él es el chico que le gusta, que se gustan.

—Me gusta...— dijo en susurro y la mirada de Castiel se posó en él — un chico.

El silencio reinó el ambiente, el asombro de Castiel se notaba en su rostro. No estaba preparado para esto.

—No se que decirte— dijo al cabo de unos minutos. Se rascó la nuca incómodo por aquella situación— Está bien, supongo ¿no?

—Sí... supongo— Nathaniel lo miró con sus ojitos cristalizados. Castiel también lo hizo y una punzada sintió en su corazón, aquella mirada dorada le perturbó, era casi igual, no, era idéntica a la de Nathalia. Los latidos aparecían en el pecho del pelirrojo, inconscientemente lo estaba mirando embobado, quería lanzarse a sus carnosos labios rosas, una locura, solo está confundido por la confesión de Nathaniel. Por nada más.

—¿Sigues con Nathalia?— preguntó desviando el tema.

—Sí — adorno su afirmación con una sonrisa. Para así pensar en otra cosa que no sea sus anteriores pensamientos.

—¿La quieres?— estaba seguro que sí, se lo había demostrado, se lo repetía diariamente.

—Mucho—contestó con la misma mirada embobada. Nathaniel no sabía que sentir, Castiel le gustaba tanto que quería que lo quisiera comprendiendo todo de él, pero era imposible, ¿como reaccionaría? conoce tanto tiempo a Castiel, conoce sus actitud  explosiva e impulsiva, lo odiaría más de lo que actualmente lo hace, lo odiaría tanto que no supiera como sobrellevarlo. Estaba jugando con fuego y cuando llegue aquel punto se iba a quemar.