›› 13 ‹‹

1.3K 149 99
                                    

—Hoy luces hermosa—habló el pelirrojo envolviendo en su dedo un mechón rubio de la peluca de Nathaniel.

Era una de esas noches en que se sentía cada vez más culpable, las noches en que quería decirle la verdad, en la que el pecho se le encogía por sentirse amado a base de engañarlo.

—Mentir es malo ¿sabes?—sonrió tímido bajando la mirada, pero al rato sintió los labios de Castiel acariciarle detrás de su oreja.

—Nunca te mentiría—susurró haciendo que Nath se girara, quedando a una corta distancia de los labios de su chico.

"Quisiera poder decir lo mismo"

Apegó sus labios en los de Castiel, queriendo embriagarse de su sabor, morir cuando las manos del pelirrojo le sujetaban la espalda para apegarlo más a él, quería sentirse así; libre, feliz, querido, amado.

Era una de esas noches, en las que no pudo decirle la verdad.

»»»»»»»»»»

Lysandro, Armin y Sucrette se encontraban en el sótano, todos se miraron unos a otros, cuando el vídeo que se estaba reproduciendo había terminado.

—Nath—comenzó la castaña, pulsando par volver a repetir el vídeo, donde se mostraba a Debrah seduciendo a Nathaniel, y el rubio enfrentándola. El momento en el que ella se lanzó al rubio para besarle y sosteniendo su nuca para que Nathaniel no pueda separarla de él, y cuando Castiel entró a la sala en ese instante y se encontró con la escena, donde ella dice que no es lo que cree, y él le responde que no proteja a Nathaniel y la sonrisa se le marca en el rostro, y el pelirrojo empuña sus manos y golpea a Nathaniel hasta que este cae, hasta que queda en el suelo llorando diciendo que le crea, que él jamás le haría eso, no a él...

—Dijo la verdad—término con la frase Lysandro, quien mantenía una expresión seria observando el vídeo que se reproducía en el celular de Armin.

—¿Tenemos que decirlo?—preguntó el pelinegro alzando la mirada a Lysandro.

—Le voy a decir, ¿quieren acompañarme?—Armin y Sucrette se miraron y negaron con la cabeza sonriendo a Lysandro.

—Creo que tú tienes que hacerlo—le dijo Armin poniendo el celular en sus manos.

—Has que ese cabeza hueca entienda de una vez por todas—le animó Sucrette poniéndose de pie.—Voy al baño, nos vemos en clases.

Los dos chicos miraron a la chica que desaparecía por la puerta.

—¿Me ocultas algo, Armin?—fue lo primero que el victoriano preguntó levantando la vista a aquellos azules que lo miraron sorprendido.

Y es que si lo hacía, estaba todo este tiempo pensando en que si debía decirle lo de Nathaniel a Lysandro. 

Pero la respuesta siempre era no, no podía hacerlo, no podía desechar la confianza que Nathaniel puso en él, ni aunque tuviera la mayor confianza en el albino, no podía.

—No, no lo hago.—le sonrió y Lysandro hizo lo mismo cogiendo su mochila que yacía en el suelo, levantandose y extendiendo su mano para que Armin la tome. El gamer la tomó para ayudarse a ponerse de pie.

—¿Podrías hacerme un favor?—preguntó el de ojos heterocrómicos traspasando la puerta.

—¿Cuál?

—¿Me ayudarías a encontrar mi libreta?, parece que se me ha caído por ahí.

El pelinegro soltó una risita, ladeando la cabeza—No pierdes la cabeza porque está pegada a tu cuerpo—se burló apegándose más a él—Busquemosla, hace poco me instalé un juego que te ayuda a restrear cosas.

(Nath)alia「casthaniel」Where stories live. Discover now