Carta 33.

1.9K 158 13
                                    

Me sentía algo sola.

Cameron había llevado a Charlotte a su día de padre e hija mensual; se me hacía difícil decir las palabras "padre e hija" cuando yo misma sabía que no lo eran.

Esa mañana, luego de que ambos se fueran; me tomé el tiempo para salir a correr un rato. Llegué hasta lo más alto que pude de Hollywood, luego regresé con tranquilidad a casa; me di un baño y me senté a almorzar.

La casa se sentía tan vacía sin mi loquita corriendo por todo lado.

Suspiré y me concentré en mi comida.

Me gustaba que Cameron y Charlotte se llevaran bien; para ella él era su padre, y él la trababa como si fuera realmente su hija. Por eso lo dejaba llevársela, que pasaran tiempo juntos; pero yo me sentía tan vacía sin ella en casa.

También entendía que Cameron lo hacía para que yo tuviera un tiempo a solas para mí, que me relajara, fuera de compras o algo parecido sin tener que cargar con mi bebe. Aun así, prefería estar con ella que sola.

Al terminar de almorzar me recosté en el sillón de la sala y encendí el televisor para sentir algo de ruido en la casa.
Me puse a enviarle mensajes de texto a Kaimy; me dijo que se había tomado el día para pasear y que había dejado a Anderson de padre soltero en casa.

Lo primero que pensé fue en Anthony, últimamente se había estado comportando muy rebelde, tenía un carácter muy típico de Teylor. Esa semana había demostrado lo mucho que lo dominaban los genes.

Al igual que Teylor, Thony tenía ese instinto de no poder vivir sin una mujer. Claro, Thony lo hacía buscando un instinto de madre, Teylor lo hacía buscando complacer sus genitales.

De inmediato llamé a Anderson y le pregunté cómo le estaba yendo con los niños; se que Benji no le daría problemas, mi gordito es la cosa más dulce e inocente en este mundo. Como era de esperarse; Anthony le estaba dando guerra, y Anderson estaba frustrado al no poder calmarlo.

Lo escuchaba gritar por el teléfono.
Yo conocía a Thony mejor que a nadie e intente darle mis tip's para calmarlo.

Anderson dijo que lo intentaría y si no funcionaba, llamaría por auxilio.
Me frustraba aquello, sabía que no solo Anderson estaba angustiado; mi bebito también lo estaba, odiaba que se sintiera así.

Le envié otro mensaje de texto a Kaimy diciéndole que la próxima me dejara a Thony; ella me respondió que quería que Thony se acostumbrara a estar solo con Anderson. Aunque aun así, prefería que se quedara conmigo, ella tenía razón, debía acostumbrarse.

El timbre de la puerta sonó; me senté en el sillón y miré la puerta extrañada.
Nadie jamás me visitaba, bueno, nadie que tocara la puerta.

Jean acostumbraba a entrar por el jardín trasero o dónde yo no pudiera verlo.
Cameron y Anderson tenían llaves. Roberth y Ella nunca habían asomado la nariz por mi casa y Casey solo llegaba si Cameron lo traía.
Simone no estaba en California y siempre me llamaba antes de venir.
Teylor no me había vuelto a hablar y Biel ... Él buscaba la manera de tirar abajo una puerta o ventana, sabía que jamás le abriría.

El timbre sonó un par de veces más haciéndome pararme del sillón; miré por el ojo de la puerta, me extraño ver quién era.

Entre abrí la puerta y lo miré con ironía.
¿Desde cuándo usaba la puerta principal?

No le dije nada y él guardó silencio por un minuto; mirándome a los ojos.
Esa maldita mirada que hacía que mis rodillas temblaran.

Rompió el silencio con:
"¿Piensas dejarme entrar?".

Mi respuesta fue un seco:
"No", e intente cerrar la puerta, pero él me lo impidió.
Me tomó de la cintura y prácticamente me echó sobre su hombro para ingresar conmigo hasta dentro de la casa.

Me ponía furiosa que hiciera estas cosas; debería estar en casa con su prometida. No aquí molestándome a mí.
Aun no lograba entenderlo...

¿Por qué me buscaba tanto, si amaba a su novia?
¡Estaba a menos de tres semanas de casarse con ella!

Me tiró en el sillón donde anteriormente estaba recostada y me atrapó entre sus piernas.

Yo solo lo miré cortante; estaba harta de estos juegos.
Quería entender que era lo que sucedía con él, con nosotros, porque aunque lo evitase y me enojara por esto; yo lo seguía queriendo, no había logrado superarlo.

Él se inclinó y me besó; no podía mentir, jamás podría mentir sobre el glorioso sabor de sus besos o particular forma de besarme, a pesar de todo, lo único que quería era que Jean se detuviera.

¡Déjame en paz!

Lo hubiera golpeado, pero mis manos estaban completamente atadas por sus rodillas.

Mi celular y el teléfono de la casa empezaron a sonar con insistencia; le pedí en forma de suplica a Jean que se detuviera y me pasara uno de los teléfonos.

Al fin accedió, dejándome libre y pasándome él teléfono de casa; luego me dio el celular.
Leí el mensaje de Kaimy casi al mismo tiempo en que Anderson me hablo por el teléfono:

"Thony se escapó, va para tu casa".

Me paré de inmediato del sillón alarmada; solo tiene tres años, caminando cuatro kilómetros de su casa a la mía, ¡en medio de Hollywood!

Jalé a Jean de la chaqueta sacándolo de la casa; mientras lo arrastraba hasta su auto le expliqué lo que sucedía y lo entendió a la perfección.
Me llevó por el camino en su auto.

Thony era mi bebé; aunque fuera mi sobrino. Si le llegaba a pasar algo, moriría con él.

Jean me señaló al otro lado de la carretera, un pequeño niño en pijamas y con un paso muy convencido; recocía ese gorrito, suspiré aliviada, al menos aun no había dejado las aceras.

Jean aparcó el auto y me bajé desesperada.
Anthony corrió a mí al verme, lo levanté y lo llené de besos.

Le dije:
"No se te ocurra volver a hacerme pasar este susto".
Y él asintió.

Caminé hasta Jean que nos esperaba al lado del auto. Aunque odiaba que Thony se hubiera escapado; debía agradecerle, me había librado de Jean por hoy.

Una señora pasó a nuestro lado y se quedó mirándonos; al principio creí que era porque había reconocido a Jean pero cuando dijo:
"¡Qué bonita familia!", supe que nos veía en general a los tres.

Jean y yo solo nos miramos; intenté desmentirle a la señora su erróneo hecho pero era demasiado tarde.

Él ni siquiera lo intentó.
Cada vez me confundía más.

Jean nos dejó en la puerta de nuestra casa. Le agradecí y salí del auto, él solo me sonrió y sin decir nada puso el auto en marcha.

Me toqué la barriga y recordé que estaba embarazada de Cameron, por alguna razón, sentía la necesidad de decírselo a Jean, pero no como una noticia, si no como una confesión.
La confusión me dominaba; no entendía por qué era la primera vez en que no quería estar embarazada.

Cuando los sueños son mas que fantasías ©Where stories live. Discover now