Capítulo 24

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MI TE QUIERO HACIA TI

"Nada hay en el mundo, ni hombre ni diablo ni cosa alguna, que sea para mí tan sospechoso como el amor, pues éste penetra en el alma más que cualquier otra cosa. Nada hay que ocupe y ate más al corazón que el amor. Por eso, cuando no dispone de armas para gobernarse, el alma se hunde, por el amor, en la más honda de las ruinas".

—El Nombre de la Rosa, Umberto Eco.


DUNCAN

Sentado con los codos sobre las rodillas al filo de la cama, en el reflejo del espejo contemplo mi ruina.

Hice esto durante las últimas horas, después de todo hay algo que está lo bastante mal conmigo como para resultar alarmante...

Es la primera vez que no he recurrido a tener sexo con una chica o ingerir cafeína para mantenerme despierto durante toda la noche.

No, no. Estoy mintiéndome porque no es así.

Seré honesto.

En realidad, apenas acabo de darme cuenta que no lo hago desde el día en que Jake me descubrió con la enfermera en el hospital. Sí, esa misma noche en que la vi deshecha fue cuando, con mayor fuerza, mi preocupación por ella dio marcha, ocupando desde entonces la mayor parte de mis pensamientos.

¿Pero cuándo empezó la preocupación?

Claro...

Específicamente desde la noche en que salí del cementerio y perdí el control cuando ese bastardo estuvo a punto de atacarla. Esa fue la primera vez que la vi llorar y la primera ocasión en la que no pude dejarla sola.

Ahora también resulta que desde su cumpleaños tengo pesadillas con su persona, quizá hasta más aterradoras. Ya no encuentro a mi hermano sin vida, sino a ella. Y la clase de sentimiento que me invade es indescriptible. Una clase de dolor que me roba el aliento. Siento que pierdo el control. No puedo perdonármelo. Y tras responder con rabia ahogada por la impotencia, termino despertando en medio de un grito sofocado.

Las veces en las que tengo dormir por necesidad son las peores.

Sigo sudando frío. Aunque esta vez se ha sumado una extraña sensación de terror. Y es que odiaría que esa pesadilla se convierta en realidad.

Suspiro.

Estoy malditamente mal.

Es sábado, pero si tras la pesadilla desperté y me mantuve en este mismo estado catastrófico, fue todo por culpa suya.

¿Por qué hacer tanto drama con los mensajes y todo este mal rollo?

«Se puede querer de muchas maneras, ¿no?». Las palabras de June se unen al tormento, remarcándose en mi cabeza y empeorando las cosas.

Pero le doy la razón. Puedo quererla del mismo modo en que quiero a Violet, así como también puede molestarme la forma en que Jake la haya tratado durante todo este tiempo. Es normal. Sentir todo este cabreo hacia mi mejor amigo es muy normal, de hecho, es lo que sentiría cualquier persona en su sano juicio, así que debo parar de darle tantas vueltas al asunto.

Masajeo mis sienes cuando la voz de Violet aparece para recordarme:

«Conócela mejor, seguramente al final te sorprende gratamente».

Pero si más bien se ha insertado como un virus, y si esto no es la definición de algún tipo de demencia, entonces no sé qué diablos es.

De repente la pantalla de mi teléfono celular se enciende, tardo un momento en reaccionar y finalmente me inclino para tomarlo. Es un mensaje.

La inocencia prohibida ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora