VI

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Si bien Luffy había estado seguro de poder encontrar al doctor en aquel lugar, las dudas pronto comenzaron a asaltarlo. 

— ¡Oí! ¡Doctor Chopper!... Por favor, ¡necesito más que nunca su ayuda! — gritaba golpeando fuertemente la puerta, hasta que de pronto vio cómo una pequeña sombra pasaba por una de las ventanas.

— ¿Sí? Qué necesitan a estas horas... — preguntó entre bostezos un pequeño reno parlante, pero al mirar bien de quien se trataba y viendo el estado en el que traía a aquella chica en brazos, se puso en sus cinco sentidos, abrió completamente la puerta y les indicó que entraran. 

— Tiéndela en la camilla del fondo por favor Luffy — indicó comenzando a preparar todos los implementos que necesitaría para revisar a la joven chica. 

— ¿Qué síntomas presenta y por qué viene desmayada? — preguntó a Nojiko ya listo y tomándo el pulso de la pelinaranja.

— Bueno, hoy en la mañana cuando estábamos desayunando comenzó a vomitar sangre y se puso completamente pálida, y en el trayecto hacia aquí volvió a vomitar un gran charco de sangre...— contestó muy nerviosa la morena puesto que nunca antes en su vida había visto que un animal fuese médico. Le costaba un poco creer que él fuera el mejor, pero confiaba en la palabra de Luffy.

— Chopper... ¿Ella va a estar bien? La última vez que vomitó se desmayó y está muy fría y pálida... — comentó Luffy al pequeño reno viendo cómo este le tomaba muestras de sangre  y saliva, le chequeaba la respiración, las fosas nasales y demás. 

— No lo sé todavía Luffy, su pulso es muy bajo, al parecer perdió bastante sangre y si se desmayó fue porque su grado de anemia debe ser alto — contestó seriamente el médico analizando rápidamente las muestras, y al hacerlo pudo notar de inmediato qué fue lo que se había introducido en el cuerpo de la joven, por lo que corrió hasta ella y le revisó ambas manos, viendo de inmediato una pequeña mancha morada en una de sus palmas. 

— Luffy... A esta chica le han introducido una bacteria a través de algo, ya sea el plomo de una puerta, la manilla de una ventana o algo similar... Pero no te preocupes, gracias a Dios la trajeron de inmediato, la bacteria que tiene no es letal si es tratada a tiempo, le produjo esos vómitos porque está instalada en el duodeno de su cuerpo y se lo perforó, generando una hemorragia interna, pero tengo el medicamento que la va a desechar de inmediato — concluyó al fin, preparando una inyección con un líquido transparente para inyectarlo directamente en una de las venas de Nami. 

— Lo que me falta es el hierro y las vitaminas para su cuerpo, las va a necesitar dado que perdió demasiada sangre y podría enfermarse de cualquier otro virus que esté en el aire puesto que sus defensas se debilitaron completamente — informó insertando a la joven afectada una sonda por su nariz para extraer toda la sangre que tenía en su estómago, y en la mano que tenía la pinta morada puso una intravenosa, mirando luego de ello a Nojiko y al moreno.

— Gracias al cielo que tenías razón Luffy... Este doctor definitivamente es el mejor — susurró la morena, expulsando todo el aire que había retenido mientras Chopper decía lo que su hermana tenía y le hacía todas esas cosas que parecían dolorosas. 

— "Menos mal que Nami está dormida o eso le hubiese dolido mucho" — pensó la chica. 

— Que digas eso no me va a hacer sentir bien, cabrona — contestó de pronto el pequeño reno haciendo un baile gracioso, pero Luffy lo hizo volver en sí de inmediato. 

— Oí Chopper, ¿dónde puedo conseguir el hierro y las vitaminas? — preguntó sin soltar la pálida y fría mano de su amada. 

— En el pueblo que sigue de este, queda a dos horas si vas en carruaje — contestó el doctor.

Mi querido guardiánWhere stories live. Discover now