XVI

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— ¿Qué? ¿De qué hablas Brook? — preguntaba un poco perdido el moreno.

— Verás...Hace ya varios años, llegaron a este lugar dos muchachos junto a una hermosa mujer atada de brazos, que al parecer traía con ella a sus dos pequeñitas. El mayor de los chicos portaba un arma, mientras que el más pequeño se escondía detrás de la mujer... — así Brook comenzó a relatar lo que había visto.

— El joven mayor se paseaba nervioso de un lado a otro, y a la menor palabra que pronunciaba la mujer, él reaccionaba de forma agresiva y la golpeaba con el arma. Fue una escena espantosa y yo no podía hacer nada estando metido aquí. Las dos pequeñitas lloraban sin parar y el niño que venía con el tipo del arma intentaba consolarlas, pero ellas no le prestaban mucha atención. Pasaron unos cuantos días, en los que aquella mujer y sus pequeñas fueron lastimadas, humilladas e incluso torturadas, hasta que de pronto un día ese sujeto... La bella mujer trató de salvar a sus dos pequeñitas mientras que aquel tipo había ido a orinar, ella había tomado a las niñas para guiarlas a las escaleras, seguramente las dejaría afuera para que corrieran al bosque, pero en ese breve lapso de tiempo, el tipo las atrapo y... Ese maldito tipo simplemente le disparó a la mujer directo en la cabeza, a sangre fría, matándola al instante y dejando a las dos pequeñitas en blanco. Había sido tan grande el shock que ni siquiera lloraron. Pasaron horas y ellas aún no reaccionaban, incluso cuando un hombre llegó a rescatarlas, ellas no hicieron expresión alguna. El hombre que había venido, traía con él un gran saco lleno de dinero, pero al entrar y ver a la mujer muerta en el suelo, soltó el saco y corrió hacia ella, largándose a llorar desgarradoramente... El tipo que las había secuestrado se aprovechó de eso, tomó el dinero y al pequeño que estaba con él y huyó, dejando esa horrible escena delante de mí, y cuando el hombre corrió a abrazar a las pequeñas, escuché que les dijo "Nami, Nojiko", así que supuse que esas niñas serían las preciosas jovencitas que estuvieron aquí hace un momento, ¿verdad? — finalizó el esqueleto, recordando todo eso con un gran pesar en el corazón; no había podido ser de ayuda, y por primera vez Luffy no se había dormido en medio de una historia.

— Brook... Esa historia probablemente sea la parte que Gen-san nunca supo. Él me contó una vez esto mismo, pero desde su perspectiva. ¿Escuchas algo de por qué ese sujeto hizo aquello?

— No lo sé... Escuchaba que él les decía que por su culpa sus padres habían muerto, pero no hablaba con pena, incluso en una ocasión le escupió en la cara y le dijo que le había hecho un gran favor al deshacerse de sus progenitores, aunque eso realmente no lo entendí — confesó Brook, tratando de recordar todo lo más claro posible.

— Mmmmmh... — fue el único sonido que salió por la boca de Luffy, que se dejó caer pesadamente en el suelo, cruzando sus piernas y apoyando los codos en ellas mientras que trataba de hacer que todo lo que había oído calzara.

Por otra parte, en la casona los empleados aún luchaban contra los hombres que atentaban contra ella. Sabo y Zoro habían llegado hace unos cuantos minutos poniéndose de inmediato en defensa del lugar y de las personas que vivían allí. Usopp estaba feliz de ver que ya no estaba luchando solo contra la multitud de temibles hombres. El pequeño renito también peleaba para defender la casa, y más que por tener un motivo profundo, era porque simplemente la vida de muchas personas corría peligro, y él siendo doctor y pudiendo hacer algo, lo haría. De pronto entró brutalmente en la casa un enorme oso blanco, apoyando a los enemigos y rompiendo todo lo que encontraba a su paso, golpeando a cualquiera que él no reconociera y gruñendo fuertemente.

— ¡Señor Law! ¡Ya estoy aquí! — gritaba entre gruñidos, buscándolo con la mirada pero como no lo distinguió, comenzó a rastrearlo con el olfato, llegando hasta un amplio cuarto en el segundo piso, el que al parecer era el dormitorio del hombre que vivía en el lugar. Dentro se podía oír a dos personas discutiendo, una de ellas la reconoció de inmediato.

Mi querido guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora