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~Killian POV~Dicen que el secreto de la felicidad es aceptar las cosas como son

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~Killian POV~
Dicen que el secreto de la felicidad es aceptar las cosas como son. Hoy lo admito, hoy lo acepto. Tengo sentimientos por Brave y ya no lo voy a negar más.

¿Qué tan fuerte son estos sentimientos? Eso aún no lo sé. Pero me muero por descubirlo.

—¿Y bien?. ¿No me vas a invitar?—Pregunté una vez más.

Sus ojos me atraviesan como solo ella sabe. Por que hay algo en esa manera en que ella me mira. Hay algo en sus ojos que me hacen dejar de ser yo. Algo diferente.

Yo ya sabía muy bien sus planes para hoy. Me encargué de sonsacarle a Grace los detalles de su pequeño paseo con Brave de esta mañana. Obviamente lo hice de una manera discreta y sin importancia. Que yo ande como idiota por Brave no significa que en realidad lo sea. Conozco bien a Grace, basta con hacer las preguntas adecuadas para que comience en una interminable rueda de palabras.

Si, yo sabía que Brave quería ir a la playa con los gemelos. Y no, no la esperé sin camisa a propósito. Tampoco estoy tan mal. Estaba pintando cuando sentí su coche llegar. Abrí la puerta de mi habitación lo suficiente para oir sus pasos y vi cuando entró a la habitación de los gemelos. Bueno. Creo que un poco mal si que estoy.

¿En qué me has convertido intrusa?

—La playa es libre para todos—inquiere en un tono pesado. Se nota que aún no me ha perdonado por lo de anoche. Me salió reincorosa la intrusa—Si quieres ir, ve—Su mirada se aparta y ahora se dirije a los gemelos—Los espero abajo—expone antes de salir de la habitación. Me suelta una mirada de amenaza, pero yo me lo tomo como un reto.

La intrusa me está retando. Que interesante.

Camino hasta mi habitación rápido y me cambio. No recuerdo la ultima vez que fui a la playa. Resulta ridiculo, literalmente la tengo al lado. Solo tengo que caminar dos minutos y ahí está, el paraíso. ¿Porqué será que mientras más tienes, menos disfrutas? O sea, las personas que viven en otros estados pagan para venir y pasar un día en la playa, surfeando, o haciendo lo que quiera que les entretenga. ¿Pero yo?. Tengo la playa al lado, tengo una piscina al frente, un campo de tenis a unos metros y hasta una maldita cancha de baloncesto. Todo eso cerca y a la disposición de mi placer.

Que ridiculo.

Ya cambiado y con una toalla en la mano bajo las escaleras y no veo a nadie. No me lo puedo creer. De reojo veo a Joel entrar a la cocina y camino rápido hacia él.

—¿Sabes dónde está Brave?—pregunto con impaciencia.

—La señorita Brave y los niños salieron a la playa. ¿Necesita algo?—Pregunta dejando en la mesa la fruta que estaba apunto de comerse.

Suelto una carcajada de molestia y Joel me mira extrañado—Es que se suponía que esperaría por mi—Le explico—"Se suponía"—Repito recalcando el hecho de que claramente Brave no quería que los acompañra—Da igual—dije con decepción.

Estaba Esperándote ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora