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~Brave POV~Ir por Los Ángeles en una limusina, definitivamente había subido hasta el principio en mi lista inexcistente de cosas asombrosas que me han pasado a lo largo de mi vida

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~Brave POV~
Ir por Los Ángeles en una limusina, definitivamente había subido hasta el principio en mi lista inexcistente de cosas asombrosas que me han pasado a lo largo de mi vida.

Estaba feliz, enserio que lo estaba.

Todos habíamos llegado a un club reservado solo para mi y para mis invitados. El club era uno de los más famosos de Los Ángeles, y también uno de los más conocidos por lo larga que es su lista de reservaciones. Es un lugar súper privado, ubicado en Venice.

Cuando entramos, lo primero que vi es un largo pasillo iluminado por luces de colores intermitentes. Ya se podía escuchar la música desde donde estabamos, y también se podía ver alguna parte de la decoración que crearon para nosotros.

No nos quedamos en la pista principal. El gerente nos llevó al final del pasillo, subimos las escaleras y llegamos a un salón de luces y paredes decoradas con espejos. La barra era libre y todo estaba pagado. Las luces intermitentes me mareaban un poco pero aún así, me sentía genial.

Música electrónica sonaba a todo volumen y mis pensamientos habían quedado en mute; ¿que más podía pedir?

Alzaba mis brazos, descalza y alocada entre canturreos de mis amigos. Kai ya se había quitado la camisa y Bruno me había tomado de las manos para que bailara con él en algún punto de la noche. No me importaba mucho nada mientras bailaba. Me sentía bien porqué pese a todo lo que ha pasado, sigo teniendo a gente que me quiere y que no les importa estar celebrando un domingo cuando estamos en finales.

Eso es amistad de verdad.

— ¡Callaros todos! — Grace gritó cuando le hizo una señal al Dj para que bajara la música. — Es hora de abrir los regalos.

— ¿Has traído los regalos aquí? — pregunté soprendida y sin aliento.

Grace le hizo otra señal a otra persona y esta cargó todos los presentes en sus manos, Bruno apartó las bebidas encima de la mesa y el hombre dejó toda su carga ahí.

— Tu madre los puso en la limusina antes de irnos. El mío estaba en el coche, casi se me olvida. — Grace se aparta el pelo de la cara y le da un sorbo a su cerveza.

Por la hora que era y también porque al otro día era lunes, casi todos nos conformamos con algunas cervezas.

— ¡Vamos! — Grita Bruno — ¿Qué esperas?, ¡Ábrelos!

Todos comenzaron a aplaudir sin ningún motivo y entonces decidí abrir los regalos en el mismo orden en que habían llegado a la fiesta. Tal vez fue la borrachera que ya comenzaba a afectarme, pero en mi cabeza ese orden era la única manera en que podía hacerlo. 

Tomé la bolsa de Bruno y le lancé un beso en el aire antes de abrirlo. — ¡Me encanta! — suspiré cuando saqué las botas más lindas, probablemente del universo entero. — ¡Muchas gracias! — lo abracé con tanta fuerza que Bruno tuvo que darme unas palmaditas en la espalda para que lo dejara respirar. — En verdad me encantan, joder gracias.

Estaba Esperándote ✔️Où les histoires vivent. Découvrez maintenant