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~Killian POV~Sin ser capaz de creerlo, el día de la boda había llegado

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~Killian POV~
Sin ser capaz de creerlo, el día de la boda había llegado.

Mientras más invitados llegaban a la casa, más impaciente parecía ponerme. Había estado tratando de contactar a Kai durante una semana. Will no quería darme la dirección de su departamento, o su nuevo número de teléfono. Kai había desaparecido, y aunque lo vi poco probable todavía esperaba que asistiera a la dichosa boda.

— Vas a estrujar el traje si sigues acostado. — Brave me recordó al entrar a la habitación.

Me había pedido que no me quedara mirándola; pero era imposible no hacerlo. Llevaba un vestido amarillo estrecho y abierto en uno de los costados. Su cabello corto ahora estaba completamente liso y sus labios rojos contrastaban con el tono tan radiante del vestido.

— Deja de hacer eso. — me advirtió, mientras se ponía los pendientes. — ¿No has tenido suerte?

Negué con la cabeza. — Will se niega a decirme donde está. Por un instante pensé que tal vez vendría; pero no lo he visto entre los invitados que han llegado.

— Aún es temprano. — comenta, acercándose a mi. — ¿Will te dijo que se estaba quedando en un apartamento?

Asentí. — Jason dijo que era un Hotel. Pero yo ya no sé ni que creer.

— ¿Un hotel?

Asentí de nuevo, apretándome la corbata frente al espejo. El traje negro que mi padre había elegido para mi me quedaba algo estrecho; aunque nunca esperé que mi padre tuviera ni la más remota idea sobre mis medidas.

— Kai me llevó una vez a un hotel. Ese día que te vi en el auditorio.

Fruncí el ceño al recordar aquel día. Kai había permitido que Brave tomara de más; estaba completamente borracha cuando fui a buscarla.

— ¿Crees que se esté quedando ahí?

Brave asintió. — El camarero parecía conocerlo.

— Entonces voy a ir.

Brave me detuvo, sujetándome de la manga de la chaqueta. — ¿Ahora?

— Regresaré a tiempo para la tragedia, lo prometo. — Brave gruñó. — Tu misma lo dijiste. Nuestra amistad es una de las que vale la pena salvar. Lo necesito aquí conmigo Brave. Hoy más que nunca.

Dándome un beso, Brave me soltó.

Tenía que intentarlo; tenía que intentar lo que fuera a este punto. La había cagado, ya lo sabía. En un mismo año, he cagado muchas cosas; he dañado a personas que me importan y he arruinado mi amistad con el único verdadero amigo que he tenido.

Paro el coche de un frenazo, y corro hasta la recepción rezando por una respuesta; rezando por una oportunidad de mejorar las cosas y de curar las heridas que he causado. Desde un principio sabia que era prácticamente imposible que me dijeran el numero de su habitación; sin embargo, cuando la recepcionista me confirmó que Kai si estaba aquí; tuve que intentarlo.

Estaba Esperándote ✔️Where stories live. Discover now