Cuando Brave decidió aceptar la oferta del señor Hazer, no pensó mucho en la serie de acontecimientos que tal acción podría desencadenar.
Para empezar, no todos los hijos del señor Hazer son niños. Está el mayor. El artista depresivo y arrogante, q...
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~Brave POV~ Me falta el aire mientras camino por los pasillos del hospital. He llamado unas docientas veces al señor Hazer, pero siempre termino en el buzón de voz ¿Quién utiliza el buzón de voz hoy en día?
Llego a la recepción y una chica rubia me mira de manera extraña. Supongo que será por como he llegado corriendo, y sin aliento alguno.
— Lucas Hazer ¿En que habitación se encuentra?
La chica mira la computadora y luego me mira a mi— ¿Sabe cuando ingresó?
— Hace unos veinte minutos. No lo sé. No estaba con él. Oliver, un chico moreno. Vestido de deporte. Él fue quien lo trajo.
La chica teclea algo que no consigo ver— El niño está en la sala de urgencias ahora mismo. Es por ese pasillo.
— Gracias.
Comienzo a caminar y llego a una sala. Las paredes son blancas y las ventanas son de cristal puro. Hay mucha claridad. Camas, separadas por cortinas y unos floreros espantosos a cada lado de la habitación.
— Estoy bien— escucho la voz de Lucas. Abro la cortina.
Lucas está recostado, pálido como un muerto. — ¿Qué ha pasado?
Oliver se levanta de la silla, y camina hasta mi— Se ha desmayado en las prácticas. El médico ha dicho que no es nada. Ha sido un bajón de azúcar.
— ¿Estás bien?— el niño me mira y sin pronunciar ni una sola palabra asiente.
— Está enfadado conmigo.
Me devuelvo a Oliver— ¿Porqué?
— Por que lo he sacado de las prácticas, y he llamado a su padre.
— Hiciste bien.
Oliver sonríe y yo le devuelvo la sonrisa— El médico le ha hecho unos exámenes de anemia. Tardará un poco.
— No te tienes que quedar.
Oliver toma asiento, agarrando una de las revistas de la mesa de centro— Ya lo sé. Pero tampoco quiero dejarte sola.
— Killian viene de camino.— añado.
— Me lo figuraba. Cuando llegue me marcharé.— sonríe de nuevo.
Asentí. Me apoyé en la cama, buscando mi teléfono móvil. El señor Hazer ya había escuchado mis mensajes, pero ni siquiera me había devuelto la llamada. Tenía unos cuantos mensajes suyos, todos decían que le escribiera cuando llegáramos a casa. Al parecer esta no es la primera vez que algo así le pasa a Lucas.
— ¡Brave!— doy un respingón contra el suelo al escuchar la fuerte voz de Killian.
Estaba sudado, caminaba hacia nosotros en pasos largos y fuertes. Sus ojos se comían a Oliver, como sí eso fuera lo único en su camino. — ¿Porqué no me llamaste a mi? — Killian ladró.
