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~Brave POV~

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~Brave POV~

Estaba espantada.

Mis manos temblaban bajo las de Killian, que se aferraba a mi buscando calma en mis ojos. Su cuerpo pesado, dió un pequeño empujón llevándonos de vuelta a la habitación. Sin hablar, corrió hasta la cama para prender la luz tenue de mi lámpara de noche.

— La sangre no es mía— aclaró, dejándome sin aliento.

Mis piernas habían comenzado a temblar y sentía que necesitaba sentarme de inmediato. La sangre siempre había sido como mi kriptonita. Solo con verla, siento que automáticamente me debilito.

— ¿Estás bien? — Killian se acercó. Corrió hasta el baño tomando un frasco con alcohol de la estantería.—Toma, huele esto. Has perdido los colores.

El aroma tan crudo del alcohol hizo que hiciera muecas al olfatearlo por encima. De repente ese sabor tan extraño se sintió en mi garganta. Sin embargo, pareció ser efectivo ya que poco a poco me fui recuperando.

— ¿Mejor?— Killian me dió el frasco, dando unas palmaditas sobre mi espalda. Su respiración era pesada  y descontrolada.

Me dejó sentada, y caminó entonces mientras se quitaba la camiseta por la cabeza antes de entrar a el baño. Después de unos segundos, sentí el agua correr ¿Se estaba duchando?

— ¿Killian? — balbucee.

Sacó la cabeza por la puerta— Estoy aquí ¿Estás mejor?

Asentí. Puse la tapa del frasco y caminé hasta el baño. Killian estaba lavando su camiseta e intentando deshacerse de las pequeñas manchas de sangre que había sobre esta.

— ¿Qué ha pasado? — Pregunté al fin.

— No te lo puedo contar— fue lo único que dijo. Tomó su camiseta de los extremos y la escurrió dejando el agua tintada de rojo correr por el tragante.

Me quedé en silencio. Él buscó mis ojos y dejó la camiseta en remojo. Caminó hasta mi, y apoyó mi cuerpo sobre el marco— No te preocupes ¿si?

Bufé —¿Cómo te atreves a pedirme algo así? — no me contestó.

Aparté su mano y fui directa hasta mi cama. Me metí dentro de las cobijas esperando a que saliera de mi habitación.

— Brave.— su voz sonó suave. Preocupada.

¿Cómo se atrevía? Salió de la casa sin siquiera avisar, vuelve a esta hora y con sangre sobre su ropa ¿Cómo no quiere que me preocupe? ¿Qué espera? ¿Qué mire hacia otro lado ignorando lo que acaba de pasar?

No, yo no soy así. Yo me preocupo por las personas que me importan, y aunque jamás se lo haya dicho, Killian me importa y mucho.

— Lo siento. No quería asustarte.— resopló con impaciencia.— ¿No vas a decir nada? —Me quedé quieta. No pensaba ceder. Esta vez no. — Está bien— hubo silencio y cuando pensé que por fin se iría, fue entonces cuando sentí su cuerpo acomodarse a mi lado.

Estaba Esperándote ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora