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Había pasado un mes de que íbamos todas las noches a la cabaña a drogarnos con Josh. Nos habíamos convertido en unos adictos. Esto provocaba que todas las mañanas lleguemos a la escuela destruidos, lo cual en mí no era extraño pero todos le preguntaban él si se encontraba bien. Además de estar así, cada vez me golpeaba menos, había días que ni siquiera lo hacía sólo me insultaba, la gente comenzaba a extrañarse.

No éramos amigos, me seguía mirando con odio frente a sus amigos aunque yo sentía que era actuación para que nadie sospeche. La verdad no me interesaba llevarme bien con él, con el simple hecho de que no me golpee tanto como antes me bastaba, aunque cada noche la pasábamos muy bien haciendo estupideces.

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-Hola

-Hola- susurro desenredando mi pie de la planta que está a un costado de mi ventana.

Vamos caminando como siempre en silencio, arrastrando los pies levantando el polvo de la carretera, con la mirada gacha sin saber que hablar hasta que abre la boca para decir algo pero tarda en emitir sonido.

-¿Qué?- pregunto girándome hacia él, suspira profundo.

-Dallon quiere que le demuestre que no me pasa nada volviéndote a golpear como lo hacía antes amenazándome con contarle a mis padres mi estado si no lo hago- dice para terminar ocultado su nariz en el cuello del abrigo

-Ah- vuelvo a mirar hacia abajo –y bueno, hazlo- me encojo de hombros como si no importara.

-Pero te dije que..

-Que mierda importa lo que me dijiste, a ti te debe importar menos, no tendrías por qué tenerme piedad, nunca la tuviste, haz lo que quieras conmigo da igual- se queda callado pensando que decir, no sabe.

Seguimos igual hasta llegar a la cabaña. Mientras estábamos realizando la rutina de todas las noches el teñido vuelve a romper el silencio con un suspiro pesado.

-¿Quieres que te enseñe a defenderte?- pregunta sin sacar la vista de lo que estaba haciendo. Lo miro confundido.

-¿Qué?

-Ya sabes- se encoje de hombros –defenderte de mis golpizas sin necesidad de que me ataques, así puedo golpearte con fuerza para que Dallon vea pero puedas defenderte para que no te lastime- termina largando otro largo suspiro de entre sus labios resecos.

-Dallon se enojará por mi actitud y me querrá golpear también- respondo dejando de observarlo para voltear mi vista rápida a la mesa.

-Él no es el agresor, además no se dará cuenta, tú te defenderás disimuladamente sin movimientos exagerados si me entiendes- dice largando los porros a la mesa sin cuidado jalándome de la muñeca para posicionarme frente a él quién se puso en una pose estúpida para enseñarme los movimientos que debía realizar dependiendo del ataque del contrario.


-Oye para- dije mediante un suspiro agitado cayendo rendido de espalda en un rincón de la sala con la cara sudada y el cuerpo a no poder más. El mayor se reía de mi actitud de debilucho, él no tenía ni una gota de esfuerzo deslizándose por su piel. A pesar de que ambos estemos destruidos el teñido tiene más experiencia que yo en eso y ya está acostumbrado, incluso iba a boxeo, eso lo explica. Yo solo paso las horas de mi miserable vida recostado en un colchón viejo hundido y húmedo, no tengo el potencial.

-Vamos, recién estamos comenzando- se burló entre risas, lo miré con el semblante serio sin dejar de respirar agitadamente elevando mi pecho contadas veces por segundo. Cuando logré retomar fuerzas, y un nivel decente de pulsaciones, me levanté de mi lugar limpiando el sudor de mi frente con la manga de mi camiseta. Josh se acercó a mí con el semblante serio y me miró desde arriba con el pecho elevado con sensación de poder sobre mí. Lo observé de reojo apoyando todo mi peso sobre la mesa con el brazo extendido provocando que la diferencia de altura entre ambos sea mayor de la que debería ser.

-¿Cómo debes reaccionar si hago esto?- pregunta terminando con un movimiento rápido de brazo con intención de golpearme pero reacciono al instante y corro mi mano más veloz que él logrando bloquearlo. Me mira impresionado pero no más de lo que yo a mi mano que temblaba exageradamente. –Vaya niño ¿qué es esto? ¿karate kid?- sigo con la mirada embobada en mi mano lo cual el mayor aprovecha para soltar otro golpe del cuál no me pueda defender por mi distracción –fascinante, pero a mí nadie me gana- dice para terminar soltando una sonrisa de ladina victoriosa dejándome caer al suelo nuevamente por el dolor.

Para el final de la noche, estábamos como siempre recostados en el pasto mirando hacia el cielo del amanecer, pero esta vez sin estar delirando bajo el efecto de las drogas, todo era claro y estábamos cansados.

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Era ya el segundo descanso en la mañana y no me había cruzado con Josh ni de vista. Sabía que en cualquier momento me lo toparía y debería estar preparado y eso me ponía más nervioso provocándome caminar paranoico por los pasillos mientras todos me miraban raro, aunque eso no era nada fuera de lo normal.

-Hey marica- se me alisaron los pelos de la nuca al oír aquellas palabras proveniente de aquel tono de voz. Gire mi cuerpo lentamente mirándolo a los ojos con miedo. Él se encontraba como siempre con una sonrisa ladina listo para todo, pero antes de hacer algo me guiñó el ojo, lo que me resultó alentador no sé exactamente por qué.

Dallon reía al ver mi cara de sufrimiento, siempre ha disfrutado de ver esa escena pero esta vez estaba sobreactuada, Josh me había dicho que a pesar de que pueda defenderme fingiera dolor para que no parezca que tenía piedad de mí y eso hice.

Al dejarme retorcido en el suelo jadeando se acerca a mi oído susurrándome "buen trabajo mocoso" permitiéndome sentir el calor de su respiración sobre mi oreja lo cual me provoco un escalofrío a lo que Dallon seguro creyó que fue una amenaza porque lo felicitó chocándole 5 por el trabajo que había hecho.

Why Are You Like That? [Joshler]Where stories live. Discover now