Capítulo 1

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"¡Mark Lee!"

Mark soltó un gruñido y tuvo que detener su juego en cuanto escuchó un grito de una mujer. "¡Ahora no, mamá!"

"¿Quieres que te despidan otra vez?" Su madre apareció en su habitación.

"¿No puedes pagar por mí?" Jeno le compró la consola que quería y ello le quitó todo, incluyendo su reputación, ya que tuvo que rogarle. El menor compró el aparato, pero Mark tenía que pagarle y, como había perdido su billetera, tuvo que conseguir un trabajo.

Maldita sea la persona que robó su billetera.

"A mí no me robaron, ¿o sí?" Su madre sacó ropa decente de su armario para que su hijo la use en el trabajo.

Mark podía imaginar al ser humano que le robó su billetera riendo ante su miseria, aunque ni siquiera había visto su rostro.

Apostaría a que es un viejo que fuma, toma y sale con cualquier mujer.

"¡Pero mamá!" Mark trató de quejarse tiernamente.

Su madre movió la cabeza de un lado a otro, negando. "Mark, no eres lindo."

Mark se puso de pie y chasqueó la lengua. "Le diré a papá que no te parece lindo."

Varios de sus amigos, incluso gente de la escuela, le habían dicho que se parecía mucho a su padre.

"Mark Lee, juro que-"

Mark soltó una risilla y le dio un beso en las mejillas. "Te quiero, mamá."

Él no era como los otros que se avergonzaban de sus padres. Él amaba tanto a su madre como a su padre y no tenía miedo de demostrarlo. Una vez, cuando su madre lo llevó a la escuela, ambos salieron del carro y el la abrazó frente a varias personas. Ella se avergonzó un poco, pero Mark solo le sonrió con amor.

"¿Por qué eres mi hijo?" Su madre suspiró. En el fondo, estaba agradecida de tener un hijo como Mark.

El canadiense rodó los ojos. "Me amas."

"Es verdad." Ella asintió y salió de la habitación. "¡Ahora, apresúrate o te volverán a despedir!"

🏵

Trabajar en una tienda de conveniencia es el trabajo más aburrido del mundo. No es como si hubiera tenido varios trabajos, solo había tenido dos antes de este: el primero fue como mesero en un restaurante, pero fue despedido al día siguiente por llegar tarde, y el segundo trabajo fue en una tienda de música, pero lo despidieron al enterarse de que destruía las guitarras eléctricas. Este era el trabajo en el que más tiempo había durado. Esta era su segunda semana en la tienda de conveniencia.

Aunque no lo crean, la familia de Mark era rica. Su padre era CEO de una empresa de videojuegos (de aquí nace su pasión hacia ellos) y la familia de su madre es dueña de un parque de atracciones.

"Es bueno verte de nuevo, amigo."

Mark alzó su cabeza y vio al ser más fastidioso del planeta. "Cállate."

Jeno se rió. "Veo que estás trabajando duro."

Mark golpeó juguetonamente a Jeno. "No debí dejar que compraras la consola."

El chico devolvió el golpe. "Idiota, tu padre es CEO de una empresa de videojuegos. ¿Por qué no le pediste que te lo compara?"

"Jeno, ya los conoces."

"Cierto, tienes que obtener las cosas por tu cuenta. Apesta ser tú."

"Engreído"

El mayor se apoyó en el mostrador y colocó su cabeza en una mano mientras observaba la tienda. Solo ha trabajado dos semanas en ese lugar, pero parecían siglos.

"Ah, tengo malas noticias." Jeno frunció el ceño.

Mark alzó una ceja mientras seguía concentrado mirando la puerta por si llegaba otro cliente.

"Jaemin y yo terminamos."

Mark no sabía cómo reaccionar. Estaba acostumbrado a que Jaemin y Jeno terminen y regresen constantemente. No se sorprendería si mañana ya estaban saliendo de nuevo.

"Esta vez es enserio. Me vio besar a un chico de la clase de arte." Jeno golpeó su frente. "Yo estaba borracho."

Mark rió. "Apesta ser tú."

El canadiense dirigió su atención al chico que acababa de entrar a la tienda. Estaba completamente vestido de negro. Le recordaba a alguien.

"Oye, ese chico era lindo," Jeno despeinó su cabello. "pero juro que soy fiel."

Mark no le estaba prestando atención a Jeno, quien hablaba sobre serle fiel a Jaemin y que el chico que había besado era lindo. Su atención estaba dirigida hacia el chico que estaba en la sección de licores. Se le hacía familiar.

"Digo, ¿qué carajos es la fidelidad?" Jeno miró a Mark. "¿Bro?"

Jeno no escuchó a Mark decir algo y fue apartado de la caja por el chico vestido con una sudadera negra y nos pantalones negros rasgados.

Jeno miró a Mark, quien no estaba escaneando la botella que el chico había dejado en el mostrador. "Mark"

El canadiense pestañeó dos veces antes de volver a la realidad. "Lo siento."

Ambos escucharon una pequeña risa que venía del chico misterioso. Era la risa más linda que habían escuchado en sus vidas.

Esperen, no. La de Jaemin era la más bonita (o eso trataba de pensar Jeno).

El chico pagó por el alcohol y se fue, dejando el cambio. Jeno pensó que fue algo genial y Mark solo rodó los ojos. Podías comprar muchas cosas con una pequeña cantidad de dinero.

Mark iba a seguir hablando con Jeno, pero vio que algo caía del bolsillo del extraño. Era una billetera. Mark se dirigió hacia él rápidamente para recogerla.

"Disculpa, se cayó tu billetera." Mark sostuvo al chico por la cintura para que alcanzarle el objeto.

Mark, al mirar la billetera, creyó haberla visto en otra parte. Era de cuero, como la suya. También, vieja, como la suya. Abrió la billetera y se dio cuenta de que no era la del chico.

Era la suya.

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Thief | TRADWhere stories live. Discover now