Capítulo 30

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"El Sr. Lee envió una carta." El chico que entró le dio el encargo al hombre.

"¿Y qué dice?"

"Dijo que no pudo conseguir al chico que le habían vendido."

El hombre colocó la carta en la mesa. "¿Y eso a qué se debe?"

"Es el novio de su hijo." El chico bajó la mirada.

El jefe comenzó a reír. "Las cosas que hace por su hijo... ¿Deberíamos matar al muchacho?" Bromeó.

El chico no quería reírse, pese a que parecía que su jefe se iba a ahogar en cualquier momento de tanto reír por lo que había dicho.

"Bueno, ¿cómo está Donghyuck?"

El chico abrió la boca para responder, pero antes de hacerlo, lo cortó.

"Antes de ello, quiero saber el nombre del muchacho que le vendieron." En realidad, no le interesaba. Tenían miles de personas en el sótano a las que podían usar como ratas. Uno más, uno menos, qué importaba. "¿Cómo se llama?"

Si no le importaba, ¿por qué preguntaba? Qué idiota.

El chico mordió su labio.

"¿Acaso eres sordo? Te hice una pregunta." El hombre sacó una pistola de la mesa. "Me preguntó qué pasará si presiono el gatillo."

Murmuró una disculpa hacia alguien que no estaba presente y respondió. "Lee Donghyuck..."

Pero sonó como un susurro. "Uno, dos, tre-"

Una lágrima resbaló por su mejilla. "Lee Donghyuck"











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La campana sonó y el profesor los dejó salir de su última clase. Todos se pusieron de pie, arreglaron sus cosas y se fueron. Bueno, los que querían hacerle la vida imposible a Donghyuck no.

"Dime, ladrón, ¿en qué gastaste el dinero?" Donghyuck en serio tenía ganas de golpearlos.

Otro chico despeinó su cabello. "¿Lo usaste en tu cita con Mark?"

Donghyuck los fulminó con la mirada. "Oh, ¿Haechan se molestó?" Hicieron un puchero y se rieron.

El menor estaba listo para golpearlos, pero no podía, de lo contrario, lo expulsarían.

Jeno chasqueó la lengua. Iba a acercarse, pero alguien se le adelantó. Los chicos se callaron en cuanto Mark apoyó sus manos con fuerza en su mesa y fue hacia la carpeta de la chica que estaba sentada al frente y esperó a terminara de guardar sus cosas. Cuando lo hizo, dejó un sobre en la mesa.

"¿Me vieron colocar el sobre?" Preguntó en voz alta.

Jeno volteó a ver la reacción de sus compañeros. Puede que ya no lo considere su mejor amigo, pero aún ama verlo enfadado.

Thief | TRADWhere stories live. Discover now