Capitulo 15

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needed me - rihanna

Una de mis rutinas favoritas será el despertar al lado de él, digo "rutina" porque me he acostumbrado a esto. Sólo hemos dormido pero con eso me basta, es la mejor sensación del mundo. El estar rodeada por sus brazos, el sentir el calor de su cuerpo cercano al mío. Inclusive el ver como sus largas pestañas rubias enmarcan su rostro.

Me levanto de la cama y él me detiene antes de que ponga un pie en el suelo, se levanta y me toma por la parte de la espalda apoyando su cabeza en mi hombro.

Suspiro al sentir su aliento calentar mi cuello. Los pelos de toda mi piel se erizan al sentir sus dedos bajar por mi espalda.

- Es muy temprano aún - susurra.

- Estoy acostumbrada a levantarme muy temprano - respondo mientras le doy una sonrisa.

- Te ves preciosa por las mañanas - dice mientras me toma el rostro y me hace verlo.

Muero por probar sus labios, por probar nuevamente la miel rica y exquisita que me ofrece. Juro que voy a tener un orgasmo si recuerdo la última vez que tuvimos sexo.

- Te sienta la barba - digo mientras junto mis labios a los suyos y le arranco un gemido.

Su beso se intensifica y me junta a su pecho ancho y duro como una pared de mármol.

Mis manos se enredan en su cuello, se quedan allí proporcionándole suaves caricias.

- Tus dedos son delicados y suaves en mi piel. Como una mota de algodón que me hace sentir placer.

- Vaya fetiche más raro - rio con mi propio comentario.

Mi vista se dirige de reojo a la mesa de noche. Son hasta ahora las cuatro de la madrugada y el sol hace ver todo como si fuese más tarde.

- Me voy a dar una ducha y después voy a devolverme a mi camerino.

- Todo el mundo te cree dormida, ya me inventare una excusa para sacarte de aquí sin que nadie sospeche nada.

- Es muy arriesgado.

- Vales el riesgo - esboza una sonrisa. Después sale de la cama en sólo pantalón deportivo. Su cuerpo luce casi perfecto por el ejercicio. Marcado a la perfección, incluso en la parte de su cadera. Me hace pecar el sólo hecho de verlo.

- ¿No entrenas por las mañanas?

- Lo hago - dice mientras se encoje de hombros.

- ¿Cuantas flexiones haces?

- Unas sesenta por la madrugada.

- ¿Cuantas puedes hacer si me subo encima de tu espalda?

Suelta una carcajada.

- No sabría decirlo, nunca he hecho flexiones con una chica encima de mi espalda.

- Me ofrezco como voluntaria capitán - digo mientras me levanto de la cama.

- De acuerdo.

Se agacha extendiendo sus manos a los lados y dejando una distancia prudente entre su abdomen y el suelo.

- Cuando quieras.

Me subo encima de él y comienza realizar las flexiones. Las cuento una a una, no protesta, ni siquiera se queja, logra hacer en total unas veinticinco.

Me bajo de encima de él y bajo hasta estar en su posición.

- ¿Estás cansado?

- No - su brazo me hace apoyarme en el suelo de modo que ahora me encuentro debajo de él.

PERFECTO TORMENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora