Capitulo 26

32.3K 3.2K 418
                                    

Ángel - Robbie Wiliams

Dos meses habían pasado desde entonces, trabajaba en esa floristería sin descanso tratando de buscar un nuevo lugar donde vivir, la habitación ya no se podía considerar un buen sitio para criar a dos bebés, Mandy había logrado recuperarse pero abandonó el hospital el mismo día en que fue dada de alta. Ni siquiera le importaba su bebé, había tomado la mejor desicion para  Sammuel, esa era el nombre que yo misma le había dado al pequeño que ya hacia parte de mi vida.

No me atrevía ir a la casa de mi abuelo, solo lograría preocuparlo y no quería que él enfermase, me valdría por mi sola, o en lo que pudiera soportar. Porque la verdad es que no tenia fuerza física para continuar con mi vida. Parecía un zombie, mi imagen había deciado al igual que mi peso, no podia ni reconocerme en el espejo, hace un mes que no podía seguir amamantando a Sammuel, porque no poseía suicientes vitaminas en mi cuerpo. Estaba desepserada. Estaba asustada.

- Deja eso muchacha, creo que deberías descansar, Serena cada dia te veo peor.

- No se preocupe señora Delia. Estoy para eso. Usted ha hecho suficiente con dejarme traer al bebé conmigo.

- ¿Que no te das cuenta? Estas embarazada mujer y tienes a otro bebé contigo. Es mucho estrés para ti sola.

- Yo.. buscare a donde mudarme después de esto. Buscaré un mejor lugar.

- El sitio en el que vives es una completa aberración. No es un lugar para ti.

- Es lo único a lo que puedo acceder por ahora. He pensado en viajar a Siria en busca de mi esposo.

- ¿Aun sigues con eso muchacha? Debes aceptar que ya no esta contigo.

- Se que esta vivo, se que esta aun con vida – sollozo mietras cubro mi rsotro con mis manos.

- Calmate, se que etodo esto es duro para ti – susurra mientras apoya su mano en mi hombro-. Pero debes ser fuerte por tu hijo.

- Debería volver a lo que estaba haciendo – digo mientras me coloco de pie y me apoyo en la pared tosiendo.

- ¿Estas enferma?

- Solo es un resfriado.

- No lo creo, Serena has perdido mucho peso , ¿al menos di si has ido con un médico?

- Lo he hecho, solo estoy baja de peso es todo.

Me sentía tan débil y sin fuerzas que no me había quedado otra opción que regresarme junto a la señora Delia a la habitación del complejo, me hice a un lado de la cama tratando buscar consuelo entre las sabanas. La gripe que había adquirido hace unos días parecía empeorar con el frío.

- Dios mío..esto es horrible, Serena ¿como puedes seguir viviendo aquí? Voy a ayudarte. Desde hoy te vienes a mi casa.

- No.. – susurro mientras tomo su mano.

- Te ves muy pálida, Santo Dios ¿que voy a hacer? – se levanta de la cama y rebusca entre mis cosas-. Debes tener a alguien a quien llamar, un amigo, un familiar...- la señora Delia toma mi móvil entre sus manos y supongo que busca entre el número de mis contatactos-. ¿Si? ¿Hola? Soy una amiga de Serena, ella necesita ayuda, no se encuentra bien, está muy enferma y temo lo peor. Por supuesto, le dare la dirección... - Delia sigue hablando mientras yo estoy perdida entre mis propios pensamientos-. Dicen que vienen enseguida.

- No debiste hacerlo.

- Ese hombre se escuchaba preocupado.

Siento mis parpados pesar, me siento tan cansada y sin ganas de continuar, quisiera en el fondo de mi ser que todo se tratara de una horrible pesadilla. Y sólo así puedo dormir un poco.

PERFECTO TORMENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora