Caminos separados

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 El reloj seguía retrocediendo

- ¡Para! ¡Por favor! ¡No es justo! ¡No puedes hacerme esto!

Se detiene

- Claro que puedo hacerlo. Puedo hacer eso y mucho más.

Brazos en jarras. Se acerca lentamente. Habla lenta y pausadamente, como queriendo infundir temor con cada sílaba.

- Parece que no quieres darte cuenta de donde te has metido. Esto no es un juego de niños. Esto es real. Tanto como que si no ganas el juego cumpliré mi promesa de llevarte a mi castillo, y te aseguro, querida Susana, que no será nada agradable.

No puedo más. Su arrogancia me supera

- Mira, no puedo más. Eres incorregible y eso te pasará factura. Porque te guste o no, la vida no es siempre como queremos que sea

Me coge del brazo y lo ubica encima del suyo. Otra vez se sale con la suya

- Y ahora me dirás que tu sabes mucho de esto

- No voy a contarte mi vida

- Pues deberías

- Pues no debería nada. Y al final te has salido con la tuya. Al final tienes tu paseo

- ¿Tienes que ponerte a la defensiva con cada cosa que te digo?

- ¿De quien es la culpa?

- Tuya, por no saber relajarte. Ambos sabemos que lo conseguirás

¿Eso ha sonado a disculpa?

- Gracias... Pero no deberías estar diciéndome esto. Se supone que quieres que pierda

- ¿Y que interés puedo tener yo por tener un súbdito más al que gobernar?

Que soy la única que te planta cara, capullo... de alelí.

- Ninguno, claro está. No te interesa tener cerca a alguien como yo

Me suelta el brazo e interrumpe el paseo, parece tener interés en escuchar lo que tengo que decir. El contacto con alguien que creía inexistente y que ha sido protagonista de numerosas tardes de fantasía y juegos en mi rincón favorito, me pone nerviosa y me azora un poco.

- ¿ Y en que te basas para decir eso?

- Lo se y punto. Ambos tenemos un carácter fuerte y eso trae problemas. Te lo digo con conocimiento de causa.

Parece muy interesado en lo que estoy diciendo. Y yo sigo hablando al ver que se interesan por mí.

- ¿Has vivido una situación así antes?

-No... Bueno... Siempre me han dicho que tengo un carácter muy difícil y que por eso no tengo amigos... Ni pareja.

- ¿ Y no te has planteado que seas tú quien lleva la razón y no el resto?

- No es lógico pensar así

- Las cosas no son siempre lógicas.

Me sonríe un poco. Nunca me han dicho nada tan bonito. Nadie me había puesto por encima de los demás.

- Bueno... Creo que debería irme. Aun me queda mucho por recorrer.

- Cierto. Es hora de que continúes por tu cuenta

Llegamos a un claro cuyo paso se corta por tres puertas. Todas excavadas en la piedra, Y tapadas por madera. La primera tiene unas letras grabadas con tiza: Camino mas corto. La segunda: Camino un poco largo. La tercera: El camino mas largo

- ¿Y ahora cual se supone que es la correcta?

- Eso depende de la dirección que quieras tomar

-(sarcástica) Eso depende de hacia donde llevan las puertas.

- Una de ellas lleva hacia la entrada directamente. Otra lleva hacia el centro del laberinto. Y una última lleva de vuelta al castillo.

- ¡Pero no es justo! ¡Si me equivoco de puerta volveré al principio y no habrá tiempo de recorrer de nuevo todo el laberinto!

- Me gustaría saber que bases de comparación tenéis los del Supramundo para decidir lo que es justo. Odio esa expresión. Me da dolor de cabeza

- Déjame tranquila.

Me acerco hasta ponerme justo enfrente de tres puertas. Alargo la mano hacia la primera

- Las cosas no son siempre lo que parecen

- Entonces, ¿esta es la que lleva de vuelta al castillo?

- No podría asegurarlo con certeza

- Entonces pretendes engañarme

- Puede que si o puede que no. (Se encoge de hombros) ¿Quien sabe?

- Eres increíble.

Me acerco a la segunda puerta.

- Piensa en lo lejos que has llegado hoy. Seria una pena tirar todo por la borda

Me acerco a la tercera puerta. La del camino mas largo

- Sobran las explicaciones

- ¡AHIIIIIII! ¡Me tienes harta!

Ofuscada abro una puerta sin mirar el letrero y entro, pero no hay suelo y caigo por el agujero. No es muy profundo. Puedo ver la luz que emana de arriba. Jareth se acerca al precipicio del agujero y me observa escalar con socarronería

- Si sigues así arrastarás una buena cojera para lo que te resta de vida

- No hay tanta distancia hasta arriba

- El problema no es la distancia, sino el material del agujero

- ¿Que le ocurre?

- Tiene vida propia. Si se siente amenazado te atacará

Ostras. Eso si que no me lo esperaba

- ¿Y qué puedo hacer?

- Sigues bajando o vuelves a subir. Pero nunca trates de arremeter contra las paredes de Mi laberinto

Buff

- También puedes pedir ayuda a tu magnánimo rey

- No gracias. Yo puedo...

Salto para llegar a la entrada del hueco, pero el suelo se hunde por el peso y vuelvo a caer. 

¿Y si todo fuera un sueño?Where stories live. Discover now