Cuidado con lo que deseas

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Todo comenzó una calurosa tarde de finales de julio. Hace calor, estoy angustiada y decido despegarme de la realidad. Voy hacia mi rincón favorito, a veces mi cuarto, a veces un trocito de campo donde hay un gran árbol y donde la gente no suele acercarse. Doy un paseo hasta el árbol, pero está ocupado, así que vuelvo a casa, me doy una ducha y me pongo un camisón cómodo a la par que fresco. Imagino que es un vestido de princesa como el de Sarah... Entonces me concentro e imagino que viene Jareth y me ayuda a irme de este condenado lugar. Pero hoy es diferente, aunque lo deseo con mucha fuerza, abro los ojos y sigo en el cuarto.


No importa... siempre queda la opción de decir las palabras mágicas.


-No puedes decirlas, después no hay vuelta atrás...- dice mi mente, siempre alerta


¡PERO LO NECESITO! ¡NECESITO DESAPARECER!


Así que sentada en la cama, con las piernas colgando, empiezo a decir las palabras...


"¡Rey de los Goblins, Rey de los Goblins, llévame bien lejos de aquí!"


Nada.


-No lo hagas, por favor-


Yo...lo siento...no puedo más...


-¡NI SE TE OCURRA!-


"Ojalá vinieran los goblins y se me llevaran... ahora mismo"


Cierro los ojos con fuerza...los abro... y nada


"¡Maldición! ¡Debería haber venido! ¡Estoy harta de estar imaginar sin vivir! ¡Quiero aventuras, emoción, romance...no se ALGO! ¡Porque los actores y los personajes de cuentos viven aventuras y yo no! ¡NO ES JUSTO!"


- Dices eso demasiado a menudo ¿no te cansas de decir siempre lo mismo?


Me quedo petrificada. No me lo puedo creer. No está pasando. La voz procede de mi espalda. Pero es imposible. No existe. No puede existir.


-¿Piensas permanecer ahí mucho rato? El tiempo es breve


Giro lentamente. Efectivamente, no cabe duda. En el sillón que hay junto la esquina del dormitorio está ocupado por el flamante y egocéntrico Rey Goblin. El vestuario acentúa su imagen de malvado y despótico tirano: Botas de cuero negras, mallas grises, camisa blanca abierta a la altura del pecho con una delicada chorrera a ambos lados del cuello, chaqueta oscura y guantes de piel negros. Todo complementado con la fusta que utiliza para matar el aburrimiento en su sala del trono y su imperecedero colgante de rey.


-Yo...yo...-Mi cabeza está bloqueada ¿Qué se supone que hay que decir en estos casos?


-¿Pretendes ablandarme con esa actitud? Te recuerdo que eres tú la que me has llamado


¿Qué actitud? ¿Ablandarle?

¿Y si todo fuera un sueño?Where stories live. Discover now