Preparativos de boda

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[Aposentos de la Reina]

Quedan horas para la gran boda. Criaturas de todas partes vienen hacia el castillo para ser testigos del cumplimiento de sus requerimientos.

Yo estoy subida sobre un alto pedestal con el traje de la ceremonia. 

Pica bastante y me da calor, pero quiero acabar con esto cuanto antes y no estoy dispuesta a esperar dos o tres días más para que arreglen el vestido.

Llega Sergéi, con un traje digno de un rey.

- Estáis muy hermosa.

- A mi no me gusta

Incómodo, el guardián trata de desviar la conversación

- Yo... Venía a disculparme por la rudeza con la que os traté ayer.

- Ya era hora.

- Habríais de comprender mi posición. Es una postura peligrosa, pero necesaria. Debía de asumir las riendas de la situación.

Me bajo del pedestal.

- ¿Cómo?

- Se os había ido de las manos todo el asunto del motín. Necesitábamos una solución rápida y eficaz.

- ¡¿Insinúas que todo esto es culpa mía?!

- ¡No! ¡Por supuesto que no, Majestad! ¡Me limito a seguir las órdenes del Rey!

- ¡¿Qué te dijo exactamente?!

- Eso ahora ya no importa

Nos giramos en dirección a la voz.

Con expresión solemne y un embarazo a punto de salir de cuentas, te diriges a nosotros

¿Cuando te ha crecido tanto el vientre?

- ¡¿Cuando has salido de cuentas?!

Sergéi no parece estar sorprendido.

La gente tiene hijos en el Submundo con una facilidad pasmosa

- Eso no importa ahora. Lo que debería preocuparte es qué vas a hacer una vez haya vuelto el reino a la normalidad.

- ¿A la normalidad?

Llegas a nuestra altura

- Si. Eso he dicho. Sergéi no va a venir cada vez que tengas un problema

- Pues debería. Si asume la Corona, asume todos los problemas que deriven de ella.

- Igual te enseña a gobernar y aprendes un poco de liderazgo. No te va a venir mal.

¡¿QUÉ NARICES TE PASA?!

- ¡¿Y esa tontería a qué viene?!

- No es ninguna tontería. Para ser líder hay que saber actuar y reconocer los fallos y las virtudes.

- ¿Yo no lo hago?

- No. Además de quejarte, no veo que hagas nada

- Frizz, te estás pasando.

- ¿Ah, sí? ¿Y qué vas a hacer? ¿Humillarme como haces con Sergéi?

- Frizz...

- Cállate. Estoy defendiéndote

El guardián se calla en el acto

- Yo no he humillado a Sergéi

- Por supuesto que lo has hecho. Y varias veces

- ¿En qué lo he humillado si puede saberse?

- Para empezar no permites que haga su trabajo

- ¿Su trabajo?

- Si, eso es lo que he dicho. Su cometido es velar por ti y por vuestro estúpido reino. Cualquier cosa que hace para cumplir con su promesa la echas por tierra.

- ¡¿Y cómo sabes que todo lo que él dice es cierto?! Todos habláis con una rotundidad que me hace dudar de que Jareth emitiese alguna vez esa orden.

- Yo estaba delante cuando lo hizo.

- ¡¿Tú?!

- Y Víctor

Eso no lo puedo creer

- No me lo creo. Víctor nunca me ocultaría algo así.

- ¿De verdad?

Me das la espalda y llamas a voz en grito a Víctor, que entra con la cabeza gacha por la puerta

- Víctor, ¿tú sabías lo de Sergéi?

El chico te mira a ti antes de contestar

- Fue una reunión secreta. Jareth no quería que lo supieses.

- ¿Por qué no iba a querer tal cosa?

- Por esto

Me señala

- Porque ibas a montar en cólera

Me quedo callada.

Ya no se qué creer...

- ¿En serio dijo eso?

- Lo siento, Susana.

Tomas de nuevo las riendas de la conversación.

- Ya has visto que no es mentira. Sergéi asumirá el cargo de rey en cumplimiento de los deseos de Jareth.

No se qué decir...

Estoy confusa...

- Susana, no te tomes esto como una ofensa contra la memoria del rey

- ¡No está muerto!

- ¡Por supuesto que no! Antes de eso yo mismo entregaría mi vida para salvarlo. Pero esto que hacemos es necesario para todos.

- Ya...

Si mediar más palabra, me dirijo a la Alcoba del Rey.

Necesito salir de ahí...

[Alcoba del Rey]

Con el vestido de novia todavía puesto, entro hecha una furia en la Alcoba y cierro la puerta con llave.

Jareth continúa en la cama

- ¡¡¿CÓMO HAS PODIDO HACERME ESTO?!!

Camino hacia la cama

- ¡¿Tan mala crees que soy?! ¡¿De veras necesito un perro guardián que vele por mí las veinticuatro horas?!

Trato de quitarme el vestido

- ¡Odio todo esto! ¡Y no voy a perdornarte todo esto que me has hecho!

Le doy la espalda y comienzo a quitarme el vestido

- ¡Odio este maldito vestido! ¡No lo soporto!

Lo lanzo contra la pared con todas mis fuerzas.

- ¡Me engañaste! ¡Mi mundo se está cayendo y tú sigues ahí inconsciente!

- Si llego a saber que te pones tan sensual cuando te enfadas, me hubiera esforzado mucho más por molestarte...

- ¡¡Jareth!!

¿Y si todo fuera un sueño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora