No me dejes nunca

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[Salón de boda]

Nos materializamos los tres en el salón donde tenía lugar la boda.

Yo estoy en el suelo, Jareth me abraza y Clarisse se recompone de tanto viaje

Tardo unos segundo en darme cuenta de la situación... ¡Jareth me está abrazando!

Sin poder evitarlo, mi respiración se agita y se echa un poco hacia atrás para mirarme a la cara.

Después de todo lo que ha pasado, sigo sin poder creer que todo esto sea real. Y que me esté sucediendo a mí.

Se acerca a mis labios y habla como en un susurro

- (Con una risa socarrona) ¿Todavía te perturba mi magnánima presencia, cosa preciosa?

Me sonrojo. Después de todo lo que ha pasado, ¿cómo puede seguir siendo tan engreído?

- No me perturba, me acalora

Se acerca todavía más

- Eso es mucho más interesante

- (zafándome de él) Pero no por lo que tú te piensas. Me agobias tan cerca de mí. Me quitas aire.

- Te daré todo el que tengo

- El castillo es muy grande

- No lo suficiente como para evitar que te persiga, cosa preciosa

- (sonriendo) ¿Sabes lo raro que ha quedado eso? Y no me llames cosa preciosa.

- ¿De verdad?

Intento a levantarme, pero la pierna me molesta bastante. Me ofrece su brazo para apoyarme

- Suenas a maníaco obsesivo. Eso no es nada elegante - Yo no soy nada elegante

Nada. No puedo. Justo cuando he conseguido ponerme en pie, me derrumbo. Por suerte, me agarra desde atrás y evita que me haga más daño.

- Déjame ver esa pierna
- No le pasa nada. Se curará sola

- No hagas que te obligue

- (en tono burlón) ¿Me estás amenazando? Te recuerdo que te salve la vida

- Y yo a ti. Estamos empatados. Y si, es una amenaza.

A regañadientes levanto un poco el camisón y vemos el aspecto de la herida.

Parece a punto de gangrena.

- ¿Qué piensas hacer?

- Comprobar si "mi salvación" ha servido para algo

Dicho esto, pone la mano enguantada sobre el muslo y aprieta. Una especie de llama azul parece ir de su mano a mi herida. Una sensación de calor- frío muy potente recorre todo mi cuerpo.

Quita la mano y la pierna ha quedado como nueva. - Intenta levantarte

Con su ayuda consigo ponerme en pie y andar unos cuantos pasos. Lo único que resta de todo el sufrimiento es una leve cogera, que por haberme casi perforado el hueso, espero no me quede de por vida.

- Con el tiempo se curará. - Muchas gracias

Voy caminando hacia él como una niña pequeña que está aprendiendo a andar. Al llegar a su altura, las piernas flaquean un poco y me coge por los brazos.

- (riendo, sin mirarle) Soy una patosa. Si sigo así no voy a hacer nada con mi vida

- No me dejes nunca

Miro sus ojos. Ya no hay broma, miedo, enfado o amor. Es mucho más que eso.... Es adoración y respeto. Las dos emociones más bonitas que pueden existir entre dos personas

¿Y si todo fuera un sueño?Where stories live. Discover now