No sé que pensar

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[Alcoba Real]

El Rey ha mandado traer una especie de silla de ruedas.

La pierna casi no me duele, pero no la puedo mover.

Y la otra tampoco tiene mucha fuerza porque estoy débil.

La señora Druid (con una fuerza sobrenatural a mi parecer), me ha ayudado a bañarme y me ha desinfectado la herida.

Me ha puesto un camisón de satén, largo como un vestido y negro azabache.

Tiene encaje y un pequeño fruncido en el pecho.
Es precioso y elegante. Y además es de muy buena calidad.

Sin embargo no es muy visible, ya que está cubierto casi en su totalidad por un salto de cama del mismo material y estilo.

Las zapatillas, estilo bailarinas, van a juego con todo el conjunto. Ropa digna de una reina.

Y aquí estoy. Postrada en una silla de ruedas mirando por la ventana repleta de barrotes pintados de blanco.

Han aumentado la seguridad de la habitación.

Ya no hay ningún Goblin apostado en la puerta. De hecho, el único que tiene llave de la cerradura de la Alcoba Real es el bastardo de Jareth.

Así que podría decirse que estoy encerrada dentro de una gran jaula blanca.

Abren la puerta.

- B​uenas tardes, mi señora.

Es una mujer con aspecto de extraterrestre. O una extraterrestre con forma de mujer.

Su color es violáceo. Es alargada y plana como una plancha de metal. Es más fea que un pie.

- Vengo a hablar con vos, mi señora.

Nunca me habían tratado de señora.

-D​ispara

- ¿Disculpad?

- Que hables

Voy a tener que modernizar un poco a esta gente si no quiero que acaben conmigo.

- Es acerca de unas clases.

Maldita sea, lo había olvidado.

- A​h, si, bueno, ya no me hacen falta.

- ¿Ah, no?

- No, ya está todo controlado. Ya se como ser buena esposa y todo ese rollo.

El bicho parece no comprender nada

- ¿​ Entonces, no me necesitáis?

- No, pero muchas gracias

- En ese caso, podemos charlar más cómodamente.

Se acomoda en su asiento como si fuésemos amigas de toda la vida.

- E​ntonces, ¿por que estáis tan angustiada? Contadme, querida.

- No se si debo fiarme de ti.

- Trabajo para los Reyes, y técnicamente vos sois reina. Cualquier orden que me deis deberá ser llevada a cabo con el mayor de los esfuerzos.

- Si, bueno.... el problema es que yo no quiero seguir su juego de Ser Supremo y Omnipotente, dueño y Señor de la amantísima pero débil reina, que vive sólo para hacerle feliz. No me van esas tonterías de telenovela.

- Lo comprendo, su Majestad.

- Él no lo comprende. Su único objetivo es salirse con la suya.

¿Y si todo fuera un sueño?Where stories live. Discover now