Soy tu verdugo

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[Pasillos]

Ya no tengo necesidad de correr. Me conozco tanto estos pasillos que he conseguido despistarlos a todos con poco esfuerzo

- Susana, hay que ir a las celdas

- Allí habrá guardias

- Allí tengo lo único que me queda de magia. Puede transportarnos a otro lugar.

- Vamos entonces

[Pasillo contiguo a la puerta de acceso a las celdas]

-Por allí

Los goblins gritan despavoridos

[Celdas]

Llegamos hasta su celda y se pone a rebuscar en el suelo

- Vamos. Ya casi han llegado

- No lo encuentro...¡Aquí está!

Es un pedacito de cristal de espejo

- ¿Cómo funciona?

- Situas el cristal frente a ti y piensas en el sitio al que quieres ir. Se reflejará en el otro lado del espejo y podrás viajar. Pero solamente queda un uso. Hay que elegir bien

- Muchas gracias por tu ayuda

Le arranco el cristal de la mano y me sitúo frente a ella, de modo que no se refleje conmigo en el cristal

- ¿Qué haces? No puedes dejarme aquí

- Todo esto lo has provocado tú. Me has ayudado a escapar pero voy a acabar contigo

- No... tu no eres capaz de eso

- Cuando no tienes nada que perder eres capaz de cualquier cosa 

Apunto el cristal hacia su pecho

- ¿Quién eres?

- Soy tu verdugo

Empuño el cristal para arremeter contra ella, que permanece paralizada por el miedo

- ¡En la celda de la diosa!

Los gritos se oyen muy cerca

Quiero matarla... de veras...

Pero no soy capaz. Soy una cobarde

- ¡Las veo!

Al ver que no soy capaz de matarla, Clarisse esboza una macabra sonrisa de triunfo y habla.

- Cobar...

Una fuerza sobrenatural e incontrolable se apodera de mi brazo, haciendo que inserte el cristal en el pecho de Clarisse justo en el momento en que llegan los guardias, Sarah... y el Rey.

Clarisse muere en el acto

La fuerza desaparece y suelto cristal, ahora ensartado en el pecho de la diosa.

Noto como la sangre cae por mis manos...

No se como reaccionar. Estoy paralizada

Mi entorno se vuelve confuso.

Todos los goblins gritan y están histéricos a mi alrededor, pero no consigo oír con claridad, los sonidos parecen amortiguados.

Puedo escuchar los latidos de mi corazón.

- ¡Asesina! ¡Asesina!

- Es un peligro para todo el submundo

- ¡Matémosla!

No apartarto la vista del suelo hasta que veo un par de botas negras que se sitúan junto a mi, que permanezco de rodillas

Las reconocería en cualquier parte

¿Y si todo fuera un sueño?Onde histórias criam vida. Descubra agora