Capítulo 2 - Cristal Beliariano

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[ 9 horas después de la luna ]

Los rayos de sol que se reflejaban sobre las lanzas cegaban a Marco y Kelly. Apenas podían entrecerrar los ojos, si se descuidaban un segundo serían atravesados, como quien no sabe manejar los palillos y los clava en la pieza de sushi. Ambos estaban espalda contra espalda, con un brazo por encima de la frente y otro detrás de la cintura. La figura empezó a alejarse, de regreso al templo, tras haber dado la orden de capturarlos. Quienes estaban en las armaduras dieron un paso hacia adelante, cerrando el círculo que los rodeaba.

A juzgar por la piel blanquecina de ellos, Marco supuso que serían similares a su dueña y no estarían habituados al sol. Con el brazo que mantenía detrás de sus caderas, tomó lentamente el mango del puñal que Kelly le había dado; ella se percató del plan de Marco y lo imitó. La mano que mantenía escondida la hundió dentro de su cabellera para tomar la espada de la familia. Por un momento sus manos se rozaron.

- ¿Lista?

- Cuando digas - sin mediar palabras, parecía haber entendido el plan implícito.

- Cuando los armadura negra avancen.

Y avanzaron. Los armadura negra tomaron impulso y se abalanzaron sobre ellos. Marco desenfundó rápidamente el puñal y lo giró sobre sí mismo, dándole con el reflejo del sol directo a los ojos de sus enemigos. Kelly la tuvo más fácil, la hoja de la espada alcanzó a muchos más. Lograron aturdir a más de la mitad por unos segundos.

- ¡Ahora! - tomó a Kelly de la mano y empezó a correr en dirección a la entrada de la pirámide.

- Espera - se soltó.

Marco no entendía en un primer momento el porqué Kelly retrocedió siendo que tenían una irrepetible oportunidad de escapar. Lo hizo al verla derribar varios árboles de un solo corte. Los troncos le taparon el paso a los armadura negra, ganando el suficiente tiempo para perderlos de vista.

- ¿Qué fue eso? - preguntó Marco, impresionado.

- Tú dime ¿quién es la mujer de negro de antes?

- ¡Acabas de cortar casi una decena de árboles de un solo corte!. ¿cuánto tiempo has estado aquí?

- Marco. ¡Al frente!

La entrada de la pirámide tenía dos grandes piedras circulares a los costados, acercándose entre sí. Para llegar a ella, debían subir una escalera de unos 40 peldaños. Marco paró en seco, estimando que no llegarían a tiempo. Pero una pequeña llama se le encendió en el pecho, vió a Nachos aparecer volando desde el bosque por el cual escaparon. Ambos se montaron y la dragocicleta despegó de inmediato. Las piedras ya estaban solapándose una con otra, quedaba un hueco triangular pequeño arriba y otro más grande debajo. Marco aceleró todo lo que pudo, pero la abertura se estaba cerrando cada vez más.

- ¡Nos aplastarán las piedras!

- Llegaremos - confió; y aceleró al máximo.

Nachos tenía los ojos encendidos, tocó el suelo y la rueda trasera levantó una columna de humo más alta que la pirámide misma. El ruido de las ruedas contra la piedra era seco, distinto al asfalto, pero imponía de igual forma. Las piedras ya estaban cerrando la abertura de abajo, quedaba un hueco muy estrecho. Marco agachó la cabeza, clavó frenos, derrapó la dragocicleta y se deslizaron de costado, entrando por poco. Detrás de ellos, las piedras se cerraron por completo dejándolos a oscuras.

Se escuchó un suave soplido y se iluminó el lugar. Una pequeña llama se mantenía desde las fauces de Nachos. Kelly intentó desatascar uno de sus calzados que quedó entre ambas piedras, pero solo consiguió un trozo. Resopló y lo acercó resignada a Nachos para encender la punta.

Luego de la LunaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang